AGRO 2.0


Políticos italianos proponen el Nobel de la Paz para Ingrid Betancourt
La franco colombiana Ingrid Betancourt saluda al llegar a la base aérea de Catam en Bogotá el 2 de julio de 2008, luego de ser rescatada de las FARC, que la tuvieron cautiva por seis años. Representantes de varios partidos políticos italianos, tanto de la oposición de izquierda como de la derecha, propusieron el 3 de julio de 2008 que le concedan el Nobel de la Paz a la colombiana Ingrid Betancourt, liberada la víspera en Colombia tras seis años secuestrada.

Representantes de varios partidos políticos italianos, tanto de la oposición de izquierda como de la derecha, propusieron este jueves que le concedan el Nobel de la Paz a la colombiana Ingrid Betancourt, liberada la víspera en Colombia tras seis años secuestrada.

"Ingrid Betancourt es símbolo de fuerza y esperanza para todos, en todo el mundo, sobre todo para aquellos que padecen injusticias. Por ello el partido Italia de los Valores (IdV) se compromete a luchar para que le adjudiquen el premio Nobel de la Paz", anunció en un comunicado el diputado de esa formación, Fabio Evangelisti.

"En su figura delgada pero enérgica se reconoce todo hombre, mujer o niño que aspire a la paz, la libertad y los derechos", agregó.

La francocolombiana Ingrid Betancourt fue liberada el miércoles, tras haber permanecido seis años secuestrada por la guerrilla de izquierda de las FARC, por el ejército colombiano junto a otros 14 rehenes, tres norteamericanos y once militares y policías colombianos, durante una espectacular operación preparada por el ejército en el sudeste del país.

"Finalmente ha salido de la pesadilla y del sufrimiento una gran mujer, madre fuerte y valiente. La propuesta de lanzarla para el premio Nobel de la Paz es muy válida", declaró de su parte Giampiero Catone, parlamentario del gobernante Partido de la Libertad (PdL).

"Nos unimos a la propuesta para que le sea otorgado a Ingrid Betancourt el premio Nobel per la Paz. Con ello se ofrece esperanza y futuro a tantos secuestrados y prisioneros de Colombia y el resto del mundo", aseguró el asesor para la cooperación internacional de la Región Toscana (centro de Italia).

"Ingrid Betancourt hoy en día es el símbolo de la democracia mundial, un símbolo de esperanza, una voz sofocada que se aviva nuevamente, el emblema de la libertad como valor universal. Esperamos que se confirme la propuesta hecha por varios partidos de corrientes diferentes para que le concedan el Nobel de la Paz", aseguró Michela Biancofiore (PdL), secretaria de la comisión de Exteriores de la Cámara de Representantes.
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INGRID LIBRE!!!

“¿Qué fue lo peor de todo el secuestro?” – preguntó el periodista.

Y ella respondió: -“Todo el secuestro es lo peor.



Todo minuto vivido en el secuestro es un horror. La separación de las personas que uno ama; la imposibilidad de decirles a los que uno ama que los ama; ver que los años pasan sin poder abrazar a las personas que para uno son importantes; tener que vivir en condiciones que uno no permitiría para los animales que uno quiere. […] Son momentos muy difíciles; es conocer la condición humana en su profundidad; ser conscientes de que todos somos capaces de hacer cosas tan horrorosas”.*



Seis años, cuatro meses y nueve días. Mucho tiempo para algo que jamás debiera haber ocurrido.

El 23 de febrero de 2002 la vida de la colombiana Ingrid Betancourt se transformó en un infierno.

Tal vez haya recordado, en las primeras horas de su cautiverio, la inscripción que Dante Alighieri imaginó en las puertas del infierno de su famosa Divina Comedia: “Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al dolor eterno; por mí se va a la condenada raza […] ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!”



Sin embargo (análisis político aparte) el 2 de julio de 2008 llegó el día de su liberación. ¡Y todos nos conmovimos con la noticia! Todos y todas nos emocionamos al ver las imágenes del reencuentro con sus hijos. Todos – cada uno y cada una desde su lugar – volvimos a elevar nuestra voz a favor de la paz mundial.



Porque necesitamos paz. Esa que no se construye sólo con discursos y buenos deseos, sino que surge como resultado de tener la valentía de desarmarnos del egoísmo, del odio y del rencor, para transitar el camino del amor, el perdón y la reconciliación.



Precisamos recuperar la esperanza, que va más allá de una mera ilusión disfrazada. Abrazar un optimismo que construye. Cultivar una fe que genera cambios. Tomar decisiones que movilicen voluntades (“la mía primero”).



Anhelamos experimentar la libertad. Es probable que ni usted ni yo suframos alguna vez los horrores que implica un secuestro. Sin embargo, conozco muchas personas que viven con el alma secuestrada, privadas ilegítimamente de la libertad que les permita alcanzar una vida plena y feliz.



El gran Rey David escribió: “Dios es quien rescata del hoyo tu vida”. Salmos 103.4a (RVR60).



“¿Su liberación fue el momento más feliz de su vida?” – indagó el periodista. Ingrid contestó: -“El momento más feliz de toda mi vida es este momento en el que estoy con mis dos niños, pero el momento de mayor impacto, como una bomba que estalla, fue cuando el comandante del operativo gritó: ‘¡Somos del ejército nacional! Ustedes están libres’. Yo grité; me salió del alma; fue como una bomba que me estalló por dentro”.*



Más allá del hecho histórico en cuestión. Más allá de los actores políticos. Más allá de las opiniones del caso. Que hoy podamos ser libres de nuestros secuestradores. Que hoy podamos ver cómo se rompen nuestras cadenas. Que hoy tengamos la valentía de recibir la ayuda de Alguien más fuerte que nosotros, de modo que podamos exclamar: “¡Dios es el que rescató del hoyo mi vida!”
La Carta enviada por Ingrid desde el cautiverio es una expresión humana de fortaleza en la adversidad, de agradecimiento y nobleza. No deberiamos pasar de largo sin leerla. De seguro influirá en nuestras vidas, nos plantea una actitud ante la perdida de todo y la esperanza esquiva.
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Seria muy interesante que sea Ingrid la que represente el premio que se le debe otorgar a todos los rescatados, y a los que ayudaron a que este rescate fuera "Impecable" , que tal si tambien pusieramos el nombre de nuestro presidente Alvaro Uribe como candidato para el premio?

Ingrid Betancourt se encamina al Premio Nobel a la Paz
La ex rehén de las FARC podría ser la próxima en obtener este reconocimiento. El gobierno chileno ya inició los trámites para su postulación.

El Gobierno chileno confirmó hoy que prepara la postulación formal al Premio Nobel de la Paz a la ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt, rescatada la semana pasada tras más de seis años secuestrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Desde Montevideo, donde acompaña a la presidenta Michelle Bachelet en visita oficial, el ministro de Asuntos Exteriores, Alejandro Foxley, confirmó que Bachelet enviará una carta al Comité Premio Nobel, en Noruega, respaldando la postulación.

Betancourt defiende valores sudamericanos

Foxley dijo que Chile planteará también esta idea en UNASUR, que actualmente preside Bachelet, "para conseguir un respaldo de los países de esta parte del mundo, porque, mal que mal, Betancourt es una sudamericana ejemplar, que refleja todos los valores en los cuales la comunidad sudamericana debería creer y promover".

"Esta es una idea chilena. No he sabido de ningún otro gobernante que hasta ahora lo haya propuesto. La presidenta de Chile así lo hizo, y lo comentamos anoche en la cena de la delegación para ver los detalles de los pasos siguientes", agregó el jefe de la diplomacia.
"Sin FARC no hay Uribe"
Gerardo Lissardy
BBC Mundo, París

Ingrid Betancourt.

La ex rehén de la guerrilla colombiana de las FARC, Ingrid Betancourt, afirmó que "Colombia está aislada en la región" y acusó al presidente Álvaro Uribe de falta de "serenidad" en varios temas, incluido el escándalo de la "parapolítica".

Escuche la entrevista con Ingrid Betancourt

Durante una entrevista exclusiva con BBC Mundo en el centro de París a menos de una semana de su liberación, Betancourt evaluó la posibilidad de ser candidata presidencial de Colombia, apoyó el polémico ataque militar colombiano a un campamento de las FARC en Ecuador en marzo y reprochó actitudes del presidente venezolano, Hugo Chávez.

Lo que siguen son extractos del diálogo que Betancourt, de 46 años, mantuvo con BBC Mundo en el hotel parisino Fouquet's Barriere.


SOBRE URIBE

Hay mucha gente que está sorprendida por sus declaraciones al ser liberada, sobre todo por sus elogios al presidente de Colombia, Álvaro Uribe. ¿En qué ha cambiado su visión de Colombia en estos seis años?

Ingrid Betancourt durante su entrevista con la BBC.
Según Betancourt, el pueblo colombiano debe decidir si apoyar o no una nueva reelección de Uribe.

Yo pienso que, primero, al César lo que es del César. A Uribe hay que reconocerle lo que ha hecho por Colombia.

Pero desde un punto de vista ya analítico, el problema sigue siendo el mismo en el sentido de que entre Uribe y yo hay una diferencia fundamental y es que Uribe concibe el problema colombiano como una crisis de violencia, de seguridad, y esa crisis de seguridad, esa violencia es la que produce un malestar social.

Yo pienso al revés. Yo pienso que es porque hay un malestar social que hay violencia.

Esas interpretaciones diferentes hacen que las políticas para atacar el problema se piensen de manera diferente.

¿Uribe debe buscar un tercer mandato?

Yo no sé si deba. Eso está en su cabeza. Él verá qué hace. Yo siempre he creído que la constancia de las políticas de gobierno son necesarias para ver resultados.


Yo pienso que, primero, al César lo que es del César. A Uribe hay que reconocerle lo que ha hecho por Colombia

Entonces, el hecho de que haya habido un segundo mandato hoy está recogiendo el fruto de esa continuidad.

Si los colombianos quieren darle un tercer mandato al presidente Uribe pues que se lo den, si consideran que ésa es la mejor opción.

Pero hay quienes dicen que eso podría ser un problema para la democracia, que en definitiva la transformación del país dependa de un sólo hombre.

No, yo creo que no. Creo que hay hombres de generaciones, hay líderes que pueden marcar la historia.

Ingrid Betancourt con su hermana Astrid durante la entrevista con la BBC.

La hermana de Ingrid Betancourt, Astrid, la acompañó durante la entrevista con la BBC.

Yo pienso que desde el momento que sea democrático y de que los colombianos tengan siempre la posibilidad de retirar su apoyo cuando sientan que es necesario.

Y quiero decir una cosa. Hoy en día todo el mundo dice: "Reelección de Uribe".

Si hay un tercer mandato y la posibilidad de que él se presente, y puede que no lo reelijan.

Es decir, nada está dicho. Entonces, dejemos que los colombianos tengan la oportunidad de decir qué quieren.

LA "PARAPOLÍTICA"

¿Qué opina del escándalo de la "parapolítica"?

Eso es grave. Es grave, es profundo, pero es necesario.


Obviamente tocar la 'parapolítica' es tocar los cimientos del apoyo al presidente Uribe a nivel político. Tranquilamente hay que decirlo. Todo el mundo lo sabe

Yo creo que la justicia ha hecho un trabajo extraordinario en una situación muy complicada porque obviamente tocar la "parapolítica" es tocar los cimientos del apoyo al presidente Uribe a nivel político.

Tranquilamente hay que decirlo. Todo el mundo lo sabe. En Colombia se sabe. Eso no quiere decir que estemos diciendo que el presidente Uribe sea paramilitar. No.

Pero el hecho es que sí hay una sensibilidad ideológica que hace que los que están a la derecha, y en particular en la extrema derecha, los paramilitares, le dieron el apoyo a Uribe.

Entonces, claro, el presidente hoy se encuentra con un Congreso diezmado, sin gente, es decir, vacío, porque todos los que eran paramilitares, que eran la mayoría, que eran los que lo habían apoyado, están en la cárcel.

¿Cree que ha reaccionado bien Uribe ante ese problema?

Yo pienso que puede ser más sereno. Yo creo que hay que tener más serenidad.

Y sobre todo pienso que él puede darse el lujo, y en eso pienso que es algo que tiene que ir buscando, de mantener serenidad aún cuando él pueda sentir que lo están atacando.

¿Está bien la idea de Uribe de impulsar un referéndum para definir la legitimidad de la reelección del presidente?

Eso no cambia nada. El presidente puede inventarse 800 referéndums y puede que los colombianos lo vuelvan a elegir 30 veces y que pidan que lo vuelvan a votar.

Pero la justicia tiene que seguir su curso.

PRESIDENCIA

Según las encuestas, usted es uno de los políticos de Colombia con mayor popularidad. ¿No es un estímulo para considerar su candidatura presidencial?

Es un estímulo para servir a la gente que uno necesita que esté ahí, hablando por ellos.

Me irrita un poquito que me pregunten la cuestión esta de la presidencia porque es como si yo saliera con ansias de conquistar la presidencia de la república. No.

Pero es natural en el sentido de que usted es política y la aspiración, el honor mayor para un político es ser presidente de su país...

Sí, de acuerdo. Pero yo soy una política diferente. Me parece que la presidencia está muy bien si uno puede ayudar, pero uno puede ayudar de otras manera.

Y hay otros sitios, otros espacios desde los cuales uno puede ayudar.

Ingrid Betancourt con sus hijos.
Hoy en día los colombianos salen a marchar, dejaron la indiferencia, son más tolerantes. Todo ese proceso creo que es parte de lo que nosotros desde el cautiverio ayudamos a impulsar

Si uno ve que definitivamente, el sitio para uno mover las cosas es la presidencia, muy bien. Pero yo pienso que desde el cautiverio se hicieron cosas muy importantes.

Pienso, por ejemplo, que los colombianos han cambiado su actitud frente al secuestro, al drama de los colombianos.

Mucho más, hoy en día los colombianos salen a marchar, dejaron la indiferencia, son más tolerantes.

Todo ese proceso creo que es parte de lo que nosotros desde el cautiverio ayudamos a impulsar. Simplemente con nuestro dolor.

El ejemplo hace mucho. No necesita uno que lo elijan presidente de la república.

¿De qué depende su decisión en definitiva?

De lo que Dios quiera. Y cuando digo eso suena muy así, pero no.

La verdad es que pienso que los espacios se tiene que abrir naturalmente.

Si yo veo en algún momento que es bueno para Colombia que yo esté ahí, lo estaré.

En este momento no veo la necesidad de estar ahí, peleándome a codos.

Lo que está haciendo Uribe está bien. No es el único que lo puede hacer y puede haber otros que lo hagan mejor.

¿Aceptaría un cargo en el gobierno de Uribe?

Sería un poquito limitante. Pienso que termina uno como poniéndose un bozal. A mí me gusta mucho mi independencia.

No quiero decirle que no, porque uno nunca sabe.

De pronto hay alguna causa extraordinaria que uno quiera defender y no sé.

Pero, en este momento, pienso en la posibilidad de coger temas específicos y tratar de sacarlos adelante, desde la plataforma del micrófono que usted me está poniendo.

LAS FARC


¿Las FARC son un grupo "narcoterrorista", como define el gobierno?

Eso no lo dice el gobierno; lo dicen las acciones que hacen.

¿Hay que seguir atacando a las FARC como hace Uribe o hay que negociar con ellos?

Miembros de las FARC frente a retrato de Marulanda.
Betancourt dice que las FARC se definen por lo que hacen.

La negociación hay que buscarla como prioridad, pero la presión militar hay que mantenerla, porque las FARC nunca van a negociar mientras piensen que tienen una opción militar para conquistar el poder.

Entonces, la presión militar es para hacerles entender que ésa es una utopía que nunca van a lograr.

Es necesario para que se sienten a dialogar.

Y pienso que tiene que haber un cambio dentro del Estado, el gobierno y Uribe en particular, del vocabulario que se utiliza.

¿Apoyó el bombardeo en Ecuador que mató a "Raúl Reyes"?

Sí. Si Colombia tiene la certeza de que las FARC están en otro país y en ese país no hay la posibilidad de que se cumpla con lo que se debe hacer -que es parar esa presencia ahí- pues creo que al final de cuentas sí.

Obviamente, lo ideal hubiera sido que se hubiera contado con el gobierno de Correa, que se le hubiera advertido, que hubiera sido una operación conjunta, pero muchas veces lo que sucede es que no hay confianza entre los mandatarios.

Entonces, por eso es tan importante que se creen vínculos de confianza y hermandad para que ese tipo de operaciones se hagan no contra el otro, sino con el otro.

Es difícil crear vínculos de confianza en este momento, sobre todo después de las acusaciones que ha habido de ambos lados. ¿Qué opina de los ordenadores de Raúl Reyes que muestran contactos y apoyos, según Colombia, a las FARC por parte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y del presidente de Ecuador, Rafael Correa?

Me tiene sin cuidado. Me parece que ese es un tema secundario que no debería ni siquiera ser discutido en público.

Pero ¿no le parece que es grave si es cierto que hay un gobierno de otro país que apoya a una organización "narcoterrorista", como usted define a las FARC?

Me parece que son más importantes las vidas humanas de los secuestrados que están en la selva y, por lo tanto, a mí no me importa que Chávez tenga contacto con las FARC, si ese contacto con las FARC hace que Chávez tenga influencia sobre ellos y que a través de esa influencia pueda convencerlos de liberar a mis compañeros.


Créame que yo no voté por Uribe no solamente porque estaba secuestrada sino porque no hubiera votado por él porque yo soy de otro pensamiento político. Pero lo que sí me parece es que Uribe, que uno lo quiera o que no lo quiera, es el único vocero legal de los colombianos

Lo único que yo sí le pido a Chávez y a Correa es que entiendan que los cambios en Colombia se tienen que hacer por la vía democrática y que ellos tienen que contar con el presidente de Colombia.

Y créame que yo no voté por Uribe no solamente porque estaba secuestrada sino porque no hubiera votado por él porque yo soy de otro pensamiento político.

Pero lo que sí me parece es que Uribe, que uno lo quiera o que no lo quiera, es el único vocero legal de los colombianos.

¿Estuvo bien Uribe al cesar la mediación de Chávez cuando lo hizo diciendo que Chávez había pasado el límite?

No, yo creo que no. (También) lo que estuvo muy mal fue que Chávez se hubiera puesto a vociferar y a utilizar un vocabulario que después cerró la posibilidad de cualquier tipo de comunicación con Uribe. Creo que en eso, Chávez se equivocó.

Pero yo creo que Uribe no debió suspender la mediación de Chávez porque estuvo a punto de coronar.

En ese sentido, ahí yo pienso que Uribe no pensó en la vida de los secuestrados. Tuvo suerte porque ahora logró sacarnos a nosotros y lo hizo de una manera extraordinaria. Qué bien.

Pero quedan otros y, de todas maneras, vamos a seguir necesitando a Chávez y entonces necesitamos que esos puentes se vuelvan a hacer.

¿Le parece que Colombia está aislada en la región?

Yo pienso que Colombia está aislada en la región. Es así.


Ingrid Betancourt.
Pienso que Colombia está aislada en la región. Es así. Tiene, de pronto, a Alan García en el Perú, pero definitivamente sí. Pero, bueno, son puentes que se tienen que tender y los demás países de la región tienen que entender que esa es la opción que ha escogido Colombia

Tiene, de pronto, a Alan García en el Perú, pero definitivamente sí.

Pero, bueno, son puentes que se tienen que tender y los demás países de la región tienen que entender que esa es la opción que ha escogido Colombia.

Hay veces que Colombia va en contravía de los demás países de América Latina porque la situación de Colombia es diferente a la de todos los demás.

El único país que todavía tiene guerrilla es Colombia y por eso es que estamos en la extrema derecha.

Quienes han hecho elegir a Uribe son las FARC. Si no hubiera FARC, no habría Uribe. Los colombianos votan por Uribe porque están hasta la coronilla de las FARC.

RESCATE

¿Se puede dejar de lado la posibilidad que se haya pagado a algún miembro de las FARC, del grupo que los custodiaba, para su liberación?

Para "Gafas" (uno de los miembros de las FARC que lideraba su custodia) estoy segura que no, porque yo lo conocía de manera íntima, y por la expresión en su cara -estaba tan humillado y asustado- yo sé que él estaba sorprendido.


Yo siempre seré de izquierda. Pero no es una izquierda tontarrona ni ingenua. Es decir, yo creo que uno tiene que estar donde la gente sufre, donde uno puede hacer la diferencia

A la captura de los otros no la pude ver, pero después vi el video por televisión, y se ve cuando son capturados, tienen la cabeza baja, es difícil pensar que ellos sabrían algo...

El alma humana es difícil de entender y no pondría las manos en el fuego por eso. Sí por "Gafas", pero no por los otros.

Realmente creo que los militares colombianos que hicieron el trabajo sí arriesgaron sus vidas.

Si no lo hubiesen hecho, la alegría que expresaron no podría haber sido la que compartí con ellos.

¿Y qué de la posibilidad de que se haya pagado a un alto miembro de las FARC?

Eso es posible, es posible. Pero eso no quita el riesgo que las tropas en el campo, si hubiesen pensado que había un problema, podrían haber reaccionado.

Había 60 guardias armados alrededor nuestro. Cualquier cosa que hubiese salido mal, estaríamos todos muertos.

¿Cómo se define usted ideológicamente hoy?

Yo siempre seré de izquierda. Pero no es una izquierda tontarrona ni ingenua.

Es decir, yo creo que uno tiene que estar donde la gente sufre, donde uno puede hacer la diferencia.

A mí me parece, por la ejemplo, que las FARC no son de izquierda.

A mí me parece que son la extrema derecha de alguna izquierda de otro tiempo prehistórico. Pero de izquierda no son.

Para acceder a la presidencia de Colombia usted tendría que renunciar a la ciudadanía francesa. ¿Estaría dispuesta a hacerlo teniendo en cuenta la pasión que usted expresa por Francia?

Va a tocar hacer una reforma constitucional... (risas).

Opiniones Jaque y mate : EL PROCESO HISTORICO DE ALVARO URIBE EN COLOMBIA
Por: Saúl Hernández Bolívar

saulhernandezb@hotmail.com

Hace apenas seis años, por los días en que fue secuestrada Íngrid Betancur, Colombia era un país inviable.

Tres días antes de ese secuestro, el presidente Andrés Pastrana dio por terminado un fallido proceso de paz con las Farc y ordenó la recuperación de un área de 42 mil kilómetros cuadrados que le había cedido al grupo subversivo para facilitar la negociación.

Fueron tres años de burlas porque las Farc jamás dieron muestras fehacientes de querer hacer la paz; por el contrario, como si se tratara de una pesadilla macondiana, incrementaron al máximo sus actos terroristas y dijeron a los cuatro vientos que ellos no buscaban acuerdos de paz sino la toma del poder para instaurar un régimen marxista.

El país estaba embriagado con la esperanza de la paz, tanto que los colombianos soportaron con estoicismo el secuestro de cada día, el bombazo de cada semana, el poblado hecho añicos cada mes, las víctimas de las minas antipersona, los policías y soldados emboscados por terroristas que los superaban en armamento y número, y los muertos de toda laya: ricos y pobres, jóvenes y viejos, cualquiera que a las guerrillas les pareciera contrario a sus intereses.

En contraposición, el paramilitarismo hizo lo propio en buena parte del país como para que no quedara duda de que Colombia era tierra de nadie; en consecuencia, la incertidumbre se apoderó de todos, muchos se fueron sin boleto de regreso.

Pero justo cuando más oscura estaba la noche, mientras todos los colombianos le daban un compás de espera a las Farc para que concretaran acuerdos en la mesa de diálogo, Álvaro Uribe Vélez se atrevió a condenar sin vacilaciones la actitud de las guerrillas y a señalar que era perentorio enfrentarlas con mano firme, a pesar de que la moral de las armas del Estado estaba por el piso después de varias derrotas propinadas por los subversivos.


Con ese argumento, Uribe fue elegido Presidente por un pueblo herido en su dignidad, y los resultados no tardaron en verse: las tropas fueron extendidas por todo el territorio nacional, se llevó la Policía a los municipios de donde las Farc la habían echado a bala, se militarizaron las carreteras…

En cuestión de meses bajaron drásticamente todos los indicadores de violencia: los secuestros, las extorsiones, los asesinatos, las tomas de pueblos, las emboscadas, etc.

Y volvió la confianza, los sueños de futuro, las ganas de trabajar por Colombia. Los ciudadanos, que estaban prácticamente sitiados en las grandes urbes, se tomaron las carreteras en los festivos para volver al campo y a las playas, en caravanas interminables vigiladas por los héroes de la Patria.

La guerrilla se metió a lo profundo de las selvas –y a países vecinos– a la espera de que pasara el chaparrón de Uribe, y entonces se hizo necesaria la reelección, que, en palabras de Íngrid Betancur, ha sido la peor desgracia para las Farc porque la guerrilla esperaba un movimiento pendular de otro gobierno que abortara la política de Uribe.

El pueblo colombiano votó masivamente por la continuidad a pesar de algunas críticas contra el Gobierno según las cuales la guerrilla estaba intacta y no se había capturado ni un cabecilla.

No obstante, el Gobierno obró con perseverancia, confiado en que era cuestión de tiempo. Ya las deserciones habían empezado a minar a la guerrilla y se les interrumpió el contacto con los campesinos, el suministro de alimentos y hasta las comunicaciones. El Ejército ocupó zonas que la guerrilla controlaba desde hace 40 años.

Hacia finales de 2006, la guerrilla de las Farc se reventó. El 31 de diciembre, el hoy canciller Fernando Araujo se escapó –en medio de un bombardeo– del campamento en el que estuvo secuestrado por más de un lustro. Meses después se les escapó el policía John Frank Pinchao y luego empezaron a caer cabecillas: alias ‘JJ’, el ‘Negro Acacio’, ‘Martín Caballero’, ‘Raúl Reyes’, ‘Martín Sombra’, ‘Iván Ríos’, ‘Manuel Marulanda’…

Pero el golpe que nadie esperaba ocurrió el miércoles, cuando el Ejército les arrebató a las Farc sus joyas más preciadas en un acto de prestidigitador que demuestra nuevamente –como en el caso de Emmanuel– que las Farc son un enfermo terminal que acusa una muy avanzada pérdida de sus facultades.

Ya había dicho Napoleón que «La victoria pertenece a quien más persevera”, y a fe que Uribe no ha dado su brazo a torcer hasta el punto de desmovilizar a los paramilitares y devastar a las guerrillas.

Por eso no debe extrañar a nadie que en la apoteosis de su mandato –con seis años en el poder– cuente con un apoyo del 90 por ciento de los colombianos y se pueda sentir optimismo por el futuro del país.

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