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VENEZUELA. Las consecuencias del Mercosur para el agro venezolano

Feguimos con nuestras consideraciones sobre las consecuencias de la aceptación de Venezuela como miembro pleno del Mercado Común del Sur (Mercosur). Esta vez nos referimos al sector agroproductor, que está sufriendo una de las crisis más graves de la historia venezolana, como consecuencia de la política de controles del Gobierno.
En el informe de la Cámara Venezolana de la Alimentación (Cavidea), acerca de cómo nos afectará unirnos a este mercado, se señala que uno de los sectores donde las sensibilidades serán mayores, es el sector agroindustrial.
"Debemos recordar que Mercosur como bloque es el principal productor de alimentos del mundo, con PIB agrícola mucho mayor que el de Venezuela, que en el 2010 fue sólo de 4% y que registra tasas negativas de crecimiento desde hace varios años, al contrario que los países del Mercosur", señala el documento de la cámara.
Así vemos que la adaptación de Venezuela al Arancel Externo del Mercosur implica una reducción arancelaria de aproximadamente 6 puntos porcentuales (promedio) para el sector. Es decir, que por un lado hay que seguir desgravando al sector arancelariamente frente a los países del Mercosur, y por el otro frente al mundo.
Partiendo del hecho de que el protocolo de adhesión al Mercosur establece que en enero de 2014 el ACE 59 quedará sin efecto, se presume que la fecha reservada para desgravar los productos sensibles, que es el 2018, deberá reducirse al 2014 tal y como lo señala el artículo 5 del referido protocolo, o como mucho al 2016, que es el período máximo de cuatro años que tiene Venezuela para adoptar toda la legislación del Mercosur ( si así se negociare).
Por otro lado, dentro del Mercosur no está permitida la aplicación de medidas de defensa comercial, como las salvaguardias, entre sus miembros, aunque sí a terceros, lo que implica que las medidas de defensa comercial especiales (sector agrícola), que tenemos dentro del ACE 59 no podrán ser usadas en ningún caso, y contra ningún miembro del Mercosur, después del año 2014. Algunos de los productos del sector que tienen la posibilidad de aplicársele medidas especiales son: carnes, queso, cebollas, ajo, papas congeladas, naranjas, manteca y aceite de cacao, cacao, mezclas y pastas para la preparación de productos de panadería, galletas, tomates en trozos, jugos, algodón, leche, nata, aceite, arroz, sorgo, harina de maíz, embutidos, etc.
Mientras… el control de precios afecta al sector
Una vez advertidas las consecuencias de la adhesión de nuestro país a ese mercado, pasamos a hacer otras consideraciones locales, en relación con la situación del agro venezolano.
Hace poco, representantes del sector agroindustrial entregaron los balances con las estructuras de los costos de producción de los alimentos regulados a la Superintendencia de Costos y Precios Justos (Sundecop).
En el documento se informa que, en el caso de la harina de maíz, que tiene un precio regulado en 4,06 bolívares el kilo desde noviembre de 2011, "es necesario un aumento de precios urgente". La urgencia se deriva de la incidencia del incremento de mano de obra, de los servicios, de los empaques y de los fletes de traslado de la materia prima, sobre los costos de producción.
Sumado a esto, el sector advierte que habrá otro impacto sobre esa estructura, el cual proviene del aumento de 47%, que registrará el maíz blanco a partir de agosto, pues pasará a costar 2,20 bolívares por kilo pagado desde la agroindustria al productor primario.
Los procesadores quieren que el kilo de harina precocida aumente, al menos, 70%, equivalente a 2,84 bolívares sobre el precio vigente, y así el rubro costaría 6,90 bolívares para el consumidor final.
En el caso del arroz el cuento es parecido. El precio regulado del rubro es de 5,62 bolívares para el tipo I, pero el sector aspira un incremento de 69,9%, que equivale a 3,94 bolívares más. De manera que quedaría en 9,55 bolívares. Los representantes del sector indican que así se podría compensar el aumento de los costos de producción que ya tienen varios meses de rezago.
También plantean la necesidad de revisar nuevamente los precios de las variedades de aceites comestibles. El precio del aceite de maíz, por ejemplo, se verá afectado por el aumento del cereal y los representantes del gremio indican que el mismo sea aumentado de 10,69 bolívares a 17,90 bolívares por litro.
La pasta igualmente tendría que sufrir aumentos, pues se reporta que por cada kilo de pasta vendido a 4,33 bolívares, la industria pierde 2,66 bolívares. En este caso, hay una brecha entre el costo de producción y la regulación que se ha incrementado. El sector plantea que el kilo de pasta debe estar entre 9,80 y 10,50 bolívares.

FUENTE: entornointeligente.com

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