AGRO 2.0

Uruguay: Crecimiento exportador no condice con el aumento del producto del agro

LA GANADERÍA EXTENSIVA CONVIVE CON OTRA INTENSIVA PARA EL ENGORDE A CORRAL QUE SE VUELVE CADA VEZ MÁS IMPORTANTE


Si bien la producción agropecuaria no puede seguir el ritmo de crecimiento de otras actividades muy dinámicas de la economía, el producto bruto no está reflejando los avances del sector como sí lo hacen las exportaciones, en donde los productos del agro mantienen una presencia hegemónica como fuente directa o derivada, afirmó el ingeniero agrónomo Eduardo Blasina, director de la consultora Blasina y Asociados, quien analizó la situación del agro uruguayo. A continuación un resumen de la entrevista.

-¿Cuáles son las perspectivas del agro para el corto plazo luego de varias semanas de sequía en enero?

-El mes pasado fue muy difícil para la producción agropecuaria no solo por la escasez de lluvias, sino también por temperaturas muy altas y vientos bastante intensos que aceleraron el déficit hídrico. Esto produjo un daño importante en la agricultura. Por lo tanto, los rendimientos de los cultivos de sorgo y soja se verán limitados, pero el más perjudicado será el maíz. En el sector ganadero, los rodeos se han visto muy afectados en el noreste del país donde prácticamente no llovió el mes pasado. Por ser una zona de criadores, este clima no ha favorecido el entore y, en consecuencia, va a generar una limitación en el número de terneros que nazcan en la próxima primavera.

-¿Qué expectativas de rentabilidad tienen los productores agropecuarios en el período 2011-2012?


-Si el régimen de lluvias se normaliza, puede esperarse una rentabilidad levemente menor a la obtenida en el ejercicio anterior. Esto se explica porque los costos de producción, incluyendo la mano de obra, continúan ascendiendo y los precios de venta tienden a una ligera corrección a la baja respecto a los de 2011, tanto en el ganado como en los granos, aunque la lechería podría escapar a este pronóstico.

-¿Cómo evalúa la actual rentabilidad del agro en relación a la inversión en el sector financiero?

-Es muy difícil comparar rentabilidades globales. Sí se puede afirmar que hay esquemas de captación de fondos de inversión para el agro que continúan generando rentas nítidamente superiores a las de los activos bancarios y con un nivel de riesgo manejable. En la explotación ganadera, algunos esquemas permiten obtener una rentabilidad cercana al 8% anual, lo que está muy distante de las tasas que ofrecen los bancos. En la agricultura, la variabilidad de la renta es mucho mayor, aunque se debe diferenciar la rentabilidad de los propietarios de la tierra y la de los arrendatarios. Los márgenes de estos últimos son cada vez más estrechos debido a que los valores de los arriendos se han mostrado muy inelásticos a la baja pese al descenso moderado de los precios de los commodities agrícolas en 2011. Como muchas empresas suelen arrendar miles de hectáreas para cultivos, su riesgo de pérdida o de rentabilidad nula es considerable.

-¿Cómo ha evolucionado el producto agropecuario en los últimos años?

-Percibo un cierto desfasaje entre las mediciones oficiales del PIB y otros indicadores económicos. Las exportaciones uruguayas en dólares se han multiplicado por cuatro en el último decenio y los productos agropecuarios mantienen una presencia hegemónica como fuente directa o derivada en las ventas al exterior. Sin embargo, ese crecimiento exportador no condice con la expansión del producto bruto agropecuario.

-¿Cómo se podría explicar ese desfasaje?

-Tal vez en la matriz de medición no se han tenido en cuenta debidamente los cambios radicales ocurridos en el agro uruguayo. Hace diez años aquí no se plantaba soja ni había volúmenes suficientes de trigo para exportar. Estas cosechas hoy suman varios cientos de millones de dólares. Por lo tanto, esa evaluación merecería una mirada más fina desde la macroeconomía.

Ciertamente, la producción agropecuaria no puede seguir el ritmo de crecimiento de otras actividades muy dinámicas de la economía como, por ejemplo, las telecomunicaciones o el comercio. Sin embargo, hoy existe un dinamismo interesante en el agro uruguayo, pero el producto bruto no está reflejando los avances del sector como sí lo hacen las exportaciones. Además, se invierte no solo en la compra de tierras, sino también en la incorporación de infraestructura y equipos, como es el caso de la construcción de silos.

Tributación

-¿En qué medida estima que el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR) aprobado a fines de 2011 va a incidir en las inversiones en el agro?

-En realidad, ya está afectando a los negocios de campos. Luego de este cambio en las reglas de juego, se han concretado pocas operaciones inmobiliarias en el agro. Por otra parte, la nueva ley va a dificultar las transacciones de todo tipo de inmuebles rurales porque el ICIR, además de gravar a las grandes extensiones, obliga a pagar una tasa por la valorización de la tierra de acuerdo con un ficto en el momento de la compraventa de un predio cualquiera sea su superficie. Ese monto se transfiere al Instituto Nacional de Colonización (INC) para que adquiera tierras a efectos de asentar a familias del medio rural.

-¿Vislumbra que así se aumentará el número de pequeños productores?

-El INC va a ser un participante más activo en el mercado de comercialización de tierras al contar con una vía de ingresos teóricamente mayor a la que tuvo hasta ahora, aunque podría ser menor en la práctica si se redujese el volumen de transacciones. De todos modos, esa política no va a alterar a nivel global la tendencia a la concentración de la propiedad de la tierra por razones de economías de escala.

-¿No se verá perjudicada la forestación por el ICIR debido a que esta actividad requiere grandes extensiones de tierra para su desarrollo?

-No. El área forestal sobrepasará el millón de hectáreas en todo el país por el fuerte aumento de la demanda previsto una vez que Montes del Plata finalice la construcción de su planta procesadora de pulpa de celulosa. Luego, seguirá creciendo en forma gradual, pero persistente. Además, el nuevo impuesto ha hecho cambiar la estrategia de las empresas forestales. Hoy día se están buscando activamente convenios con los productores para plantar árboles en algunos campos destinados a la ganadería ya que los rebaños necesitan sombra en verano y abrigo en invierno. Esta política va a generar nuevos formas contractuales, ya sea arrendamientos a largo plazo, compra de campos pequeños, intercambio de tierras, etc.

Ganado vacuno

-En 2010-2011 el rodeo uruguayo se redujo por tercer año consecutivo. ¿Cuándo prevé que se recupere el stock vacuno?

-El clima del verano tiene suma importancia para el ganado porque en esta estación se define la producción de terneros. Si observamos los últimos cuatro veranos, incluyendo el actual, hubo tres adversos para la ganadería y uno -el de 2010- medianamente benévolo. Si el ciclo de La Niña finalizara este año y se pasara al de El Niño en 2013, lo que hace pensar en un estío medianamente lluvioso, entonces podría comenzar un lento proceso de recuperación del rodeo que permitiría retornar a los niveles del stock vacuno de 2008 a mediados de esta década. No obstante, ese es un escenario condicional porque la ganadería uruguaya tendrá que enfrentar un desafío adicional ya que deberá crecer en un área que se va reduciendo por el avance de los cultivos y la forestación.

-En 2007-2008 hubo una parición de 2,8 millones de terneros, pero ese nivel descendió en los años siguientes, habiéndose llegado a los 2,3 millones en 2010-2011. ¿No hay tecnologías adecuadas en el agro uruguayo para aumentar las tasas de procreo?

-Por un lado, la tasa de procreo no es el único indicador de cambio tecnológico en la cría. Puede suceder que un establecimiento registre una tasa más baja de procreo, pero tenga más animales por hectárea, con lo cual está produciendo más carne en la misma superficie de campo. Por otro lado, hay tecnologías disponibles, pero las empresas criadoras son generalmente pequeñas y tienen escasos recursos financieros. Sus campos son los más vulnerables, o sea muy superficiales, no disponen de potreros con sombra y en períodos de calor muy intenso, como ocurrió el mes pasado, las vacas dejan de estar en celo. No obstante ello, la situación ha mejorado. Una década atrás la tasa de procreo descendía por debajo del 55% en épocas de sequía, mientras que hoy los niveles son moderadamente superiores bajo las mismas condiciones climáticas.

-Los textos tradicionales señalaban que se practicaba la ganadería extensiva en Uruguay. ¿Se puede afirmar lo mismo en la actualidad?

-Hoy existe, por un lado, una ganadería extensiva, lo que no implica una connotación negativa desde el momento en que hay segmentos de consumidores que aprecian la calidad de su carne porque proviene de un ganado pastoril alimentado en forma ecológica. Ese tipo de explotación convive con una ganadería intensiva para el engorde a corral, que se vuelve cada vez más importante porque es una estrategia de los frigoríficos para asegurarse parte de su materia prima. A partir de este año, los importadores de la Unión Europea, que cuentan con un cupo libre de aranceles otorgado en 2011, quizás empiecen a adquirir cortes de alta calidad de reses uruguayas alimentadas a base de granos en su última etapa, con destino a un público que prioriza la terneza del producto.

Ovinos

-¿Están dadas las condiciones para una reconstrucción de la producción ovina luego de la importante suba de precios de la carne ovina y a la mejora en la cotización de la lana en 2011?

-Puede esperarse el comienzo de la recuperación de la majada, pero no un crecimiento espectacular. El sostenimiento de ese repunte dependerá de cómo evolucionen los precios tanto de la carne ovina como de la fibra. No obstante, es factible que las cotizaciones internacionales de ambos rubros se mantengan en niveles muy buenos debido a que ha caído la población lanar en todo el mundo. Antes el kilo de cordero tenía un valor similar al kilo de novillo, pero hoy la carne ovina se cotiza mucho mejor. A su vez, las compras de lanas por parte de Europa continúan firmes pese a la crisis financiera como resultado de la poca oferta de este commodity en el mercado mundial.

-A fines de junio del año pasado la majada era de 7,4 millones de cabezas. ¿Podría el stock ovino alcanzar, en el mediano o largo plazo, las cifras históricas de 25 millones de lanares registradas a comienzos de la década del noventa?

-Eso es impensable. La razón es que la mayoría de los productores no se va a dedicar a la cría de ovinos porque se perdió el know-how en muchos establecimientos y se abandonaron las instalaciones destinadas a esta explotación. Además, esta actividad se ha vuelto muy riesgosa por el creciente aumento de robos de ovejas, sobre todo en zonas cercanas a centros poblados, y por la susceptibilidad de estos animales ante el ataque de enemigos naturales como perros y jabalíes.

Granos

-¿Estima que seguirá creciendo la producción de granos en nuestro país?

-En el caso de la soja, es dudosa la expansión del área destinada a su cultivo porque esta oleaginosa presenta un problema de productividad en Uruguay. El promedio nacional de su rendimiento no llega a 2.000 kilos por hectárea, mientras que Brasil y Argentina superan ese nivel promedio. No se sabe con total certeza las causas de este déficit. En parte se debe a que en algunas zonas se utilizan suelos relativamente marginales para este cultivo. Luego, hay varios factores que se discuten: la genética de las semillas, las fechas de siembra y las estrategias de fertilización de los suelos, entre otros. Con seguridad el tema va a ser objeto de debates a lo largo de este año.

-Entonces, ¿qué cultivo de verano prevé que tenga mayor crecimiento a corto plazo?

-El sorgo es un cultivo más rústico que viene ganando terreno y tiene margen para seguir creciendo. Aunque este grano rara vez se exporta, tiene cada vez más predicamento entre los productores por su rendimiento estable, que en promedio es de 4.000 kilos por hectárea, y por ser muy adecuado para alimentar al ganado. Además, este año las empresas agrícolas deberán presentar al MGAP su planificación anual en el marco del plan piloto para el buen uso y manejo del suelo impulsado por dicho ministerio. En este sentido, podrán recurrir al cultivo de sorgo al ser una planta que por su mayor volumen de raíces devuelve más carbono que la soja. Es previsible que estas regulaciones promuevan un proceso de diversificación de cultivos a gran escala en el corto plazo, que va a estabilizar el área de soja y, por ende, van a crecer el sorgo y el maíz.

-¿Cuáles son las perspectivas del precio del trigo?

-Entre los granos, el trigo es el que presenta un panorama de mercado más débil y su precio podría caer a US$ 200-250 la tonelada, que es aún alto en la comparación histórica. Aunque hay un stock considerable de este cereal a nivel mundial, la cotización de este commodity ha tenido un repunte interesante en los primeros días de febrero por las fuertes heladas registradas en Rusia y Ucrania. No olvidemos que es un producto que tiene un componente político muy importante. Cuando el precio del trigo superó los US$ 250 por tonelada el año pasado, las multitudes tomaron las calles en Medio Oriente.

Exportaciones en pie

-¿Qué importancia tienen las exportaciones de ganado en pie para los productores?

-En promedio, se exportan por año unos 200.000 vacunos antes de llegar a la edad de ser faenados, lo que equivale a un 10% del total de la faena anual. Permitir que salga ese porcentaje de animales en pie es una señal imprescindible para que los criadores sean propensos a hacer apuestas tecnológicas. De lo contrario, con una oferta excesiva de ganado dentro de fronteras, esos productores corren un serio riesgo de que el precio de sus animales no compense su trabajo y, por consiguiente, les convenga más arrendar sus campos a las empresas agrícolas o forestales.

-¿Qué política debería adoptar el gobierno en esta materia?

-Lo deseable sería que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) fijase reglas claras en cuanto a la apertura de las exportaciones en pie. Los datos históricos lo demuestran. Hasta 1991 estuvieron prohibidas estas ventas, supuestamente para proteger la mano de obra nacional, pero la ganadería se mantenía estancada. En cambio, a partir del inicio de esta modalidad exportadora, el salto cuantitativo del sector ha sido formidable.

La lechería es un ejemplo de integración agroindustrial

-En 2011 la lechería fue el sector de mayor crecimiento del agro, con un récord de aumento de su producción del 20%. ¿Qué elementos favorecieron esa expansión?

-Un factor muy importante ha sido la estabilidad de precios, que tiene dos componentes. Uno es que la cotización de los lácteos se ha mantenido en niveles bastante estables en el mercado internacional. El otro componente, que es interno, se refiere a que los productores lecheros uruguayos cobran en pesos.

Otro elemento a tomar en cuenta es la mejora notable en la relación entre los productores y la industria, que es muy diferente a la de la ganadería. Hasta hace unos años, el productor lechero tenía la sospecha de que las industrias lácteas no trasladaban los precios internacionales debidamente. Esa desconfianza se ha ido modificando por una percepción contraria. Los productores ven a las industrias como aliados y no como un sector que trata de bajar sus costos reduciendo el precio de la leche al productor. Eso ha quedado demostrado cuando el precio de la leche cayó en Europa, pero su valor permaneció casi sin cambios en el mercado interno. Esta situación le da muchas más certezas al productor y, por tanto, una mayor tranquilidad que no tiene ningún otro sector del agro. En resumen, existe un proceso de integración agroindustrial destacable.

-¿Cuentan los tamberos con suficientes recursos para detener la irrupción de la agricultura en la cuenca lechera?

-Hay algunos tambos que se pierden por no haber un recambio generacional dado que la lechería es un trabajo extremadamente sacrificado. No hay feriados, la jornada laboral es muy extensa y se requiere trabajar con personal permanente que, a veces, es muy numeroso. Por eso, es probable que en un período de diez años se automaticen los tambos con equipos de tecnología de punta, incluyendo la robotización del ordeñe. Por lo tanto, vamos a ver un proceso de concentración en el sector con un mayor número de vacas, pero con muchas menos empresas lecheras.

fuente: elpais.com.uy



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