Renovamos la metodología para el estudio de los suelos

Con la introducción de la Revolución Verde, se impuso una metodología para la agricultura, totalmente orientada a la manipulación mental del Agrónomo y del agricultor mediante el análisis químico del suelo, buscando incrementar las ventas de fertilizantes.

En un principio se observaron resultados sorprendentes, máxime con el agregado de las variedades mejoradas. Pero en poco tiempo comenzó a experimentarse una curva descendente, no solo en los resultados técnicos y económicos, sino en los ambientales y de salubridad llegando a un nivel catastrófico. 

Es innegable, que el impacto sobre los suelos ha sido perjudicial, las invasiones de plagas y enfermedades, cada vez más frecuentes y exigentes, la respuesta igualmente es un desastre porque se requieren tóxicos de mayor intensidad, que están exterminando flora y fauna benéficas.

Son muchos los profesionales y agricultores que han tomado consciencia de este negativo impacto, pero pocos los que se han dedicado a estudiar e investigar sobre cómo romper estos paradigmas y proponer nuevas metodologías eficientes y amigables con el medio ambiente.

Novoagro se permite invitar a los interesados en conocer sus nuevas e innovadoras propuestas para hacer de la agricultura un oficio más grato, más emprendedor y acorde con las necesidades alimentarias de la humanidad. Mitigar el impacto de los insumos y dar un giro radical a estos esquemas que tanto daño vienen causando al planeta.

El Suelo. Es el principal recurso para el desarrollo de la agricultura. Para conocer su estado en el momento de necesitarse para el inicio de un cultivo, es necesario someterlo aun estudio. Esto va más allá del simple análisis químico, puesto que son 3 los factores fundamentales: el químico, el físico y el biológico. Por tanto, se requiere un ajuste en estas condiciones naturales para procurar el mayor equilibrio que le permita a las raíces de las plantas crecer con holgura, respirar, absorber las soluciones nutritivas, emitir sus raicillas y pelos absorbentes, anclarse bien para sostener plantas vigorosas y abundantemente productivas.

El problema de los suelos no se soluciona con productos de tal o cual naturaleza, se soluciona acondicionando bien las cualidades mencionadas. Para esto es necesario disponer de los instrumentos de medición adecuados como el penetrómetro, los tambores que miden la velocidad de filtración y de retención de humedad, el higrómetro, el termómetro, el peeachímetro y las soluciones que ayuden a detectar los niveles de materia orgánica.

De esta manera se toman las acciones pertinentes para realizar los ajustes, antes utilizando enmiendas que fórmulas mágicas para fertilizar. Las enmiendas físicas y biológicas deben ser bien seleccionadas para que cumplan sus funciones correctamente y la parte química se puede proporcionar mediante soluciones órgano-minerales destinadas a la nutrición vegetal, no a la fertilización del suelo.

No hay productos malos, tampoco más buenos o excepcionales; la agricultura no es un problema de productos sino de procesos. Además, después de equilibrar las condiciones del suelo, se deben tener en cuenta las condiciones ambientales propias del cultivo. Aún siendo de un mismo clima, las especies requieren diferentes niveles de humedad en el suelo, luminosidad solar, humedad relativa, etc. De lo contrario, las plantas se estressan y se hacen vulnerables rápidamente a las plagas y enfermedades. Lo importante no es el tóxico que las controla o elimina, sino el no crear la oportunidad de su presencia.