Hasta hace dos años era poco mi conocimiento acerca de los caracoles, no llegaba mas allá de saber que eran moluscos, aunque muchas veces había comido caracol de mar, en diferentes preparaciones… exquisitos por cierto, nunca me hubiera imaginado comiendo caracol de tierra, aunque he sido muy abierta hacia las alternativas gastronómicas. Para comenzar a contar acerca de mi experiencia con los caracoles, creo conveniente dejar claros algunos antecedentes de mi vida que considero importantes para poder comprender por qué la decisión de profundizar en esta investigación.
Por cosas de la vida vivimos en el Km 30. Vía al mar, donde conocimos a un grupo de personas que estaban trabajando en la elaboración de un Zoocriadero helicícola, por nuestra facilidad en el manejo de materiales para soluciones en planes de contingencia, terminamos trabajando con ellos… de esto no puedo hablar mucho por aquello del tema de la confidencialidad, solo puedo decir que ahí estuvimos durante seis meses conociendo un poco del mundo del hélix Aspersa muller
No siendo mi estado de salud el mejor, debido a mi SFC (
síndrome de fatiga crónica) y
fibromialgia diagnosticadas 8 años atrás, teníamos temor de que el trabajo en el campo acentuara mis crisis, espacios de tiempo donde realmente no puedo levantarme de la cama, el nivel de agotamiento y de dolor es demasiado fuerte y llega a minar mi espíritu, cuando se dio el diagnostico, mi vida cambio aun mas que lo que ya había cambiado debido al dolor, la angustia y la incertidumbre, no solo a nivel físico y personal sino también a nivel familiar y social. Al principio, el no tener respuesta a todas las sensaciones y síntomas que presentaba, la incredulidad de los médicos y personas a mi alrededor hacia mi estado, la perdida de facultades son cosas que me fueron agotando poco a poco hasta sumirme en una profunda depresión y todo se convirtió en un gran ciclo vicioso en el cual mi vida giraba en torno de la cama y los médicos, tenía 30 años y me sentía como si hubiera vivido el doble, esa es la mejor explicación que podía dar a mis sensaciones.
Cuando por fin se conoció el diagnostico y el médico que lo confirmo cree y conoce un poco del tema, comenzamos un tratamiento con medicamentos y otra serie de exámenes que descubrieron que mi terrible dolor de espalda es un osteoma en el ala anterior de S3, con neo formaciones en la cadera y esta fue la explicación para muchos de las alteraciones en los exámenes. Se solicito biopsia, pero ningún médico quiso hacerla aludiendo que el acceso era muy difícil y con muchos riegos, al recibir esta respuesta el ortopeda que solicito la biopsia se quedo sin herramientas y hasta allí llego el estudio, siendo un paciente tratado con,
arcalion, amitriptilina, fluoxetina, para la fibromialgia,
Tramadol en gotas, medicamento al cual soy intolerante, ibuprofeno, metocarbamol, y otra serie de medicamentos para el dolor, que por cierto me hizo reconocer partes de mi cuerpo en las que nunca había pensado. En ese tiempo el arcalion no lo cubría, no sé si ahora lo haga, el sistema de salud, un medicamento más bien costoso, que me proporcionaba alivio del cansancio extremo momentáneamente.
Cuando me sentí completamente inmersa y hundida en un mundo de preguntas sin respuestas, decidí empezar a investigar por mi cuenta, tímidamente, aprovechando que tengo conocimientos básicos médicos, por ocho semestres que hice en mi juventud, en mi casa desde el computador, porque ya solo el hecho de desplazarme en ella era difícil, mucho menos podía pensar en salir. Al principio encontré muy poca información en la web, pero encontré que yo no era la única persona sintiéndome así y que apenas estaba empezando a difundirse información acerca de estos síndromes. Mi familia a jugado un papel primordial dentro de todo este proceso, siempre apoyándome desde, donde y cuando podían, sintiéndose impotentes ante lo que ocurría, sin saber que hacer y con muchas ganas de ayudar, a veces incrédulos, porque es más fácil negar la realidad que no tiene explicación, a aceptarla, cuando empecé a compartir con ellos la información encontrada fue de gran ayuda porque todos pudimos entender el proceso, M, compañero de investigación, enfermero, amigo, padre, esposo, se hizo cargo de todas las labores físicas necesarias para que las cosas pudieran seguir su curso normal, incentivándome y apoyándome constantemente, sin dejarse vencer por la tristeza que le veía en sus ojos al cargarme, siempre con una sonrisa, la misma que me dedicaba cuando salíamos a montar bicicleta por los caminos de Capurganá dos años antes.
Empecé a leer información, me inscribí en grupos, encontré manuales de ayuda, ejercicios, formas de mejorar la calidad de vida, pero siempre encontraba la pared donde decía que era irreversible, cosa que aun en este momento, que mi salud es mucho mejor, me preocupa muchísimo, porque la pérdida de memoria “selectiva”, como la llamo yo y los espacios mentales en blanco, son algo a lo que no logro acostumbrarme, leí muchos casos, todos muy tristes y siempre estaba pensando que debía haber algún tipo de terapia de ayuda para personas como nosotros que además de la parte física debíamos padecer la incredulidad de la sociedad, nunca imagine que en esa finca, con los caracoles iba a encontrar el comienzo de una nueva vida, podría verlo como una segunda oportunidad, porque aunque al momento de escribir este, no estoy curada, si puedo decir que llevo una vida casi normal, que han desaparecido casi por completo las crisis incapacitantes, que me recupero en mucho menos tiempo después de un cansancio agotador, que logro conciliar el sueño sin necesidad de medicamentos, no tomo ningún medicamento de prescripción y es raro que me tome un acetaminofen para el dolor.
Cuando vi los caracoles por primera vez, sentí una afinidad muy especial, siempre me han encantado los animales, podría decir que la mayoría de ellos, pero nunca había tenido la oportunidad de ver un caracol de tierra tan cerca, me pareció un animal fantástico, es la única palabra que encuentro para definirlo, parece un animal de un mundo mágico, cuando empezamos a manipularlos y por primera vez tuve la oportunidad de estar en un espacio cerrado con muchos de ellos, pensé que ya habían pasado cuatro meses de una exigencia física muy dura y no había presentado ninguna crisis, me emocione muchísimo, por supuesto quería conocer la causa, pero no tenia como hacer un control, todo lo que estaba a mi alrededor era un ambiente nuevo, estábamos en un clima frio, en el campo, alimentación muy natural, lo más importante y extraño, Caracoles, mientras pensaba esto escuche el momento del despertar de no menos de veinte mil caracoles, en una cacofonía hermosa, comunicándose entre sí y dirigiéndose a su alimento, comencé a observar su comportamiento, sintiendo tantas sensaciones dentro de mí, que no sé cómo definirlas, ni explicarlas, pero que más adelante se aclararan, cuando hablemos de los protagonistas de la investigación.
Terminando nuestro trabajo, volvimos a Cali, con mucho interés en seguir trabajando en el tema, aunque aun era muy poca información la que teníamos acerca del caracol, porque en el medio helicicultor hay tanta confidencialidad y egoísmo que nadie comparte nada, pienso que por esta razón no se dan cuenta de muchas cosas en las que están equivocados. Comenzamos a buscar informar acerca de la helicicultura y se encontró mucha, siendo toda muy similar y muchas de las cosas que leíamos no encajaban con lo que nosotros vimos y vivimos con los caracoles en la finca, así que decidimos empezar con una pequeña investigación privada, con pocos animales de control, con la intención de observarlos y aplicar en ellos ciertas ideas que teníamos basados en la información que habíamos acumulado y lo que habíamos aprendido.
En otra entrada les contare que paso cuando los caracoles a nuestra casa....
K.
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