El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) denuncia que los tratados de libre comercio pactados por México no han traído beneficios, pues, al contrario, el sector se va hundiendo, ya que la balanza comercial resulta deficitaria, lo que provoca mayores pérdidas al campo. En el análisis realizado por la agrupación se señala que desde hace 15 años la compra y venta de productos agropecuarios ha mantenido un saldo deficitario; la última, registrada en 2010, fue de 3 mil 448 millones de dólares.
El peor dato fue de 2008, en plena crisis, cuando registraron una cifra negativa de 6 mil 23 millones de dólares. “Prácticamente la totalidad del comercio agropecuario de México se realiza al amparo de estos instrumentos, ya que 95 por ciento de las exportaciones y 94 por ciento de las importaciones agroalimentarias se dieron con estos países”, abunda el documento.
Asevera que de 11 tratados de libre comercio y ocho acuerdos de complementación económica, 12 son de balanza comercial deficitaria para el sector agroindustrial, y los restantes siete son ligeramente positivos (excepto el caso Japón). “Hay una profunda preocupación porque han sido, probablemente, el sector más utilizado como ficha de cambio en las negociaciones comerciales del país con el resto del mundo; en una década el saldo comercial negativo es superior a 40 por ciento del déficit total y si nos vamos a dos décadas atrás, el saldo negativo representa casi 50 por ciento del saldo negativo comercial nacional”, puntualiza el CNA.
Algunos de los convenios mencionados son con Costa Rica, Nicaragua, Chile, Uruguay, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, Ecuador, Paraguay, Argentina, Israel, Brasil, y el Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea, entre otros.
Oportunidades desperdiciadas
Rodrigo Sánchez Mújica, director general del Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), señaló que los acuerdos comerciales pueden dar al campo mexicano mayores oportunidades de negocio, por lo que los riesgos no son de efecto inmediato y en ese periodo pueden hacerse competitivos. “En el caso del maíz se está importando 1 millón de toneladas más de las que se hace en el país; México consume alrededor de 30 millones de toneladas, 21 millones las produce y 9 millones las tienen que importar. Lo que se produce es para consumo humano, que es el maíz blanco, y hasta tiene un ligero excedente; el resto se usa como forraje, alimento para ganado, y ese es el que realmente se importa”, refirió.
El directivo agregó que los tratados con algunos países asiáticos, como es Japón, han beneficiado a sectores como el ganadero. “Esto es algo que las autoridades no pueden dejar pasar, por lo que no creo que pongan en riesgo una sector en particular; cada día salen y entran nuevos productores agroalimentarios, pero en términos generales van en crecimiento”, refirió.
Un análisis del World Trade Atlas señala que de las exportaciones agroalimentarias 70 por ciento se centra en 10 productos; de los cuales 37 por ciento son jitomate, aguacate y pimiento. De los productos exportados se obtiene un ingreso de mil 98.4 millones de dólares en jitomates, y en aguacate 797.3 millones.
En importaciones, se da entrada a maíz amarillo con un valor de mil 345.1 millones de dólares, fríjol de soya mil 15.4 millones, y carne de bovino con 790 millones.
Discusión sin fin
Luís Ricardo Rodríguez, especialista de la consultora KPMG en comercio exterior, aseveró que este tema es una discusión recurrente en los diálogos de un nuevo acuerdo comercial, porque el sector agropecuario pide protección ante el poco nivel competitivo que tienen, pero el gobierno no puede protegerlos como piden porque sería cerrarse al mundo. “El problema es la dificultad de conciliar intereses de ambas partes, en su momento el Tratado de Libre Comercio con América del Norte se señaló que acabaría con el campo nacional y en Estados Unidos se argumentaba que todos los empleos se vendrían a México, lo cual ninguno de los dos casos sucedió”, comentó.
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