MÉXICO. Infraestructura de riego duplicaría producción de alimentos: IICA

México deberá invertir en mejorar la infraestructura de riego, no sólo para mejorar el uso del agua, sino porque podría duplicar la producción de alimentos y garantizar la seguridad alimentaría, dijo Gino Buzzetti Irribarra, representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en México.

En el marco del Seminario “Experiencias Institucionales Público-Privadas sobre Agricultura bajo riego en México y Oportunidades para Centroamérica”, el funcionario detalló que a los productores nacionales les hace falta invertir, a fin de avanzar en un sistema más tecnificado.

Actualmente, México cuenta con una infraestructura de riego de 6.5 millones de hectáreas que se distribuyen entre 85 distritos y 39,492 unidades de riego; no obstante, sólo 1.3 millones está altamente tecnificada con sistemas de multicompuertas, aspersión, goteo y cintilla y el resto es suministrado mediante riego superficial.

En tanto, Rogelio Granguillhome Morfín director de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, confirmó que la agricultura bajo riego representa una fuente indispensable de producción de alimentos, todo ello para asegure altos rendimientos de los diversos cultivos.

En el seminario al que acudieron funcionarios e investigadores del sector público y privado de países como Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y México se informó sobre la estrategia que se puso en marcha el último ciclo agrícola en el sur-sureste del país, en donde se incrementó la productividad de 3 a 6 toneladas por hectárea, estrategia que pude ser replicada en los países centroamericanos con condiciones similares de producción.

Asimismo, durante su participación Arnulfo del Toro, director general de vinculación y desarrollo tecnológico de la Sagarpa, dijo que en lo que va de la presente administración se ha logrado tecnificar con riego al menos 2.5 millones de hectáreas que se suman a las que ya existían.

FUENTE: El Economista