Ayer estuve en el primer congreso de Mercados Municipales de Catalunya. Este acto está enmarcado dentro del mes del comercio, que dinamizan diferentes estamentos públicos del territorio. Me asombró la numerosa asistencia de público al evento. Acostumbrado a ver un número limitado en tales eventos, y a encontrar siempre las mismas caras, ayer me sorprendió el aforo. Se hablo de muchos temas, como suele suceder en la programación de unas jornadas de esta índole. Aunque mucho de lo que se habló me sonaba a repetición, se abrieron algunas luces. Y también hubo alguna intervención de estas que no olvidas fácilmente, como la del antropólogo Jesús Contreras director del Observatori dels Aliments de la U.B. Resumo su intervención: si somos lo que comemos, y actualmente no tenemos muy claro que es lo que comemos, - aportó el término OCNI (Objeto Consumible No Identificado)- , por está regla de tres, eso quiere decir que nosotros no sabemos quienes somos.
No voy hacer una crónica de la jornada, pero voy a destacar algunas reflexiones que creo importante puntualizar y analizar. Ayer se habló de La cadena de Valores, lo que me lleva desarrollar mi reflexión en el análisis de la situación actual de todos los actores del sector agroalimentarios: desde los productores y elaboradores, los encargados de la comercialización, hasta llegar al consumidor final. Y ya lo veréis, el panorama no es muy alentador.
Los agricultores:
La comercialización:
La localización de venta de productos frescos en España, se divide en estos porcentajes:
Hipermercados 12’2%
Supermercados 60’8%
Autoservicios 1’5%
Tienda especializada 10%
Super servicio 15’50%
Los productos frescos el año pasado 2009, bajaron de precio a razón de:
Fruta –8’82%
Carne –4’20%
Pescado –7’56%
El volumen de productos frescos consumidos en Catalunya durante el 2009 es:
Fruta 50 millones de kilos.
Carne 8 millones de kilos.
Pescado 4 millones de kilos.
De cada 10 pollos que se comercializan en Catalunya solo tres están criados en España.
Conclusión:
Pero no vale ser catastrofista. Toda situación tiene su reverso, toda crisis tiene una vía abierta en la innovación. Por de pronto, se imponen dos reflexiones importantes:
Mientras a nuestros agricultores les controlan escrupulosamente todo el proceso de producción, en las estanterías de los supermercados encontramos productos en los que se han empleado para su producción y conservación productos fitosanitarios no legalizados según la normativa comunitaria.
Conclusión:
Nos falta información, hace falta dinamizar campañas de sensibilización. Y sobre todo, especificar toda la información en el etiquetaje.
¿Podemos permitirnos esa desaparición?
¿Podemos continuar sin perspectiva de un claro relevo generacional?. Conclusión:
Si el mundo agrario continua así el sector quedará amén de tres o cuatro grandes marcas. Si lo juntamos con la influencia de las grandes distribuidoras, nuestra necesidades básicas estarán dominadas por diez gigantes de la alimentación. Peligro!!!
Pero atisbamos ya un cambio de rumbo, unas direcciones nuevas que creemos que van a imponerse en todos los niveles, y que afectarán sobretodo los modos de comercialización:
La única manera de sobrevivir en este mundo global es trabajando juntos productores y tenderos, trabajando en una misma dirección aunando sinergias, aprendiendo a escuchar al consumidor y dando respuesta a las necesidades de este. Solo trabajando en esta dirección podremos ver un horizonte claro para nuestros productores, elaboradores y tenderos.
Os invito a vivir una experiencia, a ser un gastronómada más, un viajero de las cocinas locales, un descubridor de productos autóctonos y un caminante de singulares terruños: http://carlesmera.blogspot.com.
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