INIAP HACE RECOMENDACIONES A PRODUCTORES ARROCEROS

Entomólogos, Fitopatólogos, Nematólogos y especialistas en plagas, enfermedades y suelos, acompañados de Mejoradores del Programa de Arroz de la Estación Experimental Litoral Sur del INIAP, visitaron el sector arrocero en Los Ángeles, cantón Simón Bolívar, Provincia del Guayas, donde los agricultores enfrentan problemas fitosanitarios que afectan la producción de la gramínea.
Problemas como vaneamiento de la espiga, manchado del grano y “quemazón del arroz”, son entre otros los casos que se evidencian en los cultivos de arroz, y según los productores, han reducido a la mitad los rendimientos en los cultivos.

Los investigadores del INIAP sostienen que los problemas que se manifiestan en los cultivos de arroz, responden al accionar simultáneo de varios factores en los que intervienen bacterias, hongos, abuso en la aplicación de agroquímicos y de fertilizantes, utilización de grano comercial sin tratamiento ni selección como semilla reciclada y maquinaria agrícola contaminada que se mueve de una zona a potra sin ningún control ni limpieza de las mismas, lo que contribuye a la diseminación del complejo de problemas y enfermedades que se manifiestan.

La Ing. Myriam Arias, entomóloga del INIAP, señala que los problemas que afectan la producción de arroz, responden al uso indiscriminado de agroquímicos y una gama de insumos sintéticos que sin ninguna experiencia técnica se recomienda a los productores, entre los que se destacan nuevas fórmulas de nutrición o estimulantes de crecimiento, entre otros. La especialista destaca que el problema que afecta a los arroceros se debe al mal manejo que hacen del cultivo de arroz.

Leticia Vivas, fitopatóloga del INIAP, destaca que los problemas que se evidencian en las zonas arroceras, obedecen a la presencia de un complejo de problemas en el que actúan bacterias, nematodos, hongos y enfermedades, como producto del mal manejo del cultivo que hacen los agricultores.

Recomienda como mecanismos para superar el problema, iniciar con el uso de semillas certificadas; fertilizar de acuerdo a las recomendaciones que se obtengan de los análisis de suelos; asumir una cultura de un manejo integrado de plagas, donde los químicos son la última opción; limpiar la maquinaria agrícola cuando ésta se movilice a otras zonas, entre otras prácticas agrícolas.