Investigadores de la Universidad Ben-Gurion del Neguev informan que han creado con éxito un sistema de desalinización a base de energía solar que proporciona agua de riego para cultivos en regiones áridas.
Los investigadores universitarios del Proyecto Oasis Josefowitz, según lo informado, utilizan un sistema que funciona en base a energía solar y utiliza membranas de nanofiltración para tratar agua salobre local. El agua de riego desalinizada según informan “brinda una mayor productividad al agua y a los fertilizantes inorgánicos en comparación con las prácticas actuales. Los cultivos que crecen con agua desalinizada requieren un 25 por ciento menos de riego y fertilizante que el riego mediante agua salobre. En algunos casos, el rendimiento de los cultivos ha aumentado”.
“La creciente demanda global de alimentos y la competencia por recursos entre sectores económicos obliga a los futuros sistemas agrícolas a ser más eficientes en el uso de los recursos naturales, tales como la tierra y el agua” dijo Andrea Ghermandi del Instituto Zuckerberg para la Investigación del Agua de la Universidad Ben-Gurion. “En el Medio Oriente, la falta de agua dulce promueve la explotación de fuentes de calidad marginal tales como lo son los acuíferos salobres, pero resulta cuestionable la sustentabilidad de las actuales prácticas de dicho manejo”
El sitio elegido para el desarrollo del proyecto fue el Valle de Arava en Israel. Ubicado al sur del Mar Muerto, el área de la cuenca de Arava es conocida por ser extremadamente seca. Las actividades agrícolas dependen en gran medida del agua salobre subterránea proveniente de los acuíferos locales. La tecnología de desalinización se instaló en una granja de producción agrícola existente.
En la investigación agrícola de la Universidad Ben-Gurion, los científicos estudiaron agua de riego de calidad variable y su aplicación en cuatro diferentes cultivos durante dos temporadas de crecimiento. El sistema de desalinización que desarrollaron utilizó membranas de nanofiltración, lo que claramente significa que la tecnología podría utilizar menos energía. De los informes de la investigación surgió que la planta era capaz de operar a bajas presiones con poca necesidad de mantenimiento.
Uno de los cultivos tolerantes a la sal utilizados fue la remolacha roja. Los investigadores informaron que el cultivo fue capaz de “consumir en forma correcta los residuos líquidos de la instalación piloto durante dos temporadas de crecimiento”. El residuo líquido fue el desperdicio originado en el proceso de desalinización de agua salobre, por lo que los investigadores concluyeron en que puede ser un subproducto utilizable de su sistema.
“El Proyecto Oasis Josefowitz tiene el potencial de ayudar a satisfacer la sed de un mundo muy seco” declaró Doron Krakow, el vicepresidente ejecutivo de American Associates de la Universidad Ben-Gurión del Neguev.
Los resultados de la investigación fueron presentados en un documento en la Conferencia sobre Desalinización para el Medio Ambiente en Barcelona en el mes de abril de 2012. El proyecto fue financiado por Samuel Josefowitz de Lausana, Suiza; la Alliance for Global Good; y por American Associates, de la Universidad Ben-Gurion del Neguev.
FUENTE: RWL Water Group
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