Hay una escuela capitalina cuyo reto va más allá de apostarle a la excelencia académica y cumplir con los 200 días de clase, tal como lo exigen las leyes educativas del país.El centro educativo Cerro Grande, ubicado en la zona II en la colonia que lleva el mismo nombre, le apuesta a dejar de ser común para convertirse en un Centro Básico de Ensayo Tecnológico Empresarial.En sus aulas se alimentan con el pan del saber 920 alumnos, los que se forman como verdaderos empresarios de éxito, capaces y creativos. Sin descuidar sus libros y tareas diarias, los niños apartan tiempo para chapear, cuidar y regar los cultivos, preparar jaleas y hasta a fabricar con madera verdaderas obras de arte. Y es que la escuela desde hace dos años ha implementado el proyecto piloto Productivo Agroempresarial Escolar. “De esta manera nos nace la idea de formar niños emprendedores, que sean capaces de poder sostener sus estudios el día de mañana, de poder ayudar en su hogar y vencer los problemas de seguridad alimentaria”, declaró Irma Esperanza López, directora del centro educativo.Formación de empresas El proyecto piloto ha dado paso a la formación de cinco empresas, cada una de ellas con un fin determinado y que de inicio operan con un capital semilla de 42 mil lempiras.Cada una de estas empresas está integrada por 10 alumnos, pero esto no significa que el resto de la población escolar desconozca el proyecto o no esté familiarizada con él.Estas empresas son Delicias Alimenticias del Cerro, que elabora jaleas, encurtidos, confituras, panadería, vinos y mermeladas. Una de las niñas emprendedoras que integra esta empresa es Silvia Reyes, alumna del sexto grado sección B. Su pulcro delantal y el gorro blanco en su cabeza la hacen ver como una experta en preparar mermeladas, encurtidos y otros productos.“Uno tiene que aprender para ser alguien en la vida, y todo lo que la escuela nos enseña lo practicamos en nuestros hogares”, declaró la alumna.Demaderas, una próspera microempresa escolar, tiene que ver con productos útiles para el hogar, elaborados a base de rústica madera. Detalles y Manualidades es otra de las microempresas, aquí los estudiantes confeccionan adornos, bisutería y delantales.Aromas del Cerro es la empresa dedicada al empaque de condimentos de cocina como sal de ajo, especias, achiote, azafrán y curri.Clase de Agropecuaria Una de las empresas donde se centra la prioridad, sin dejar de restarle importancia a las demás, es Agropecuaria del Cerro (Agropec), que consiste en la siembra de hortalizas.Mientras que en otros centros educativos la clase de Agropecuaria parece haber desaparecido de los programas de estudio, en la escuela Cerro Grande esta asignatura va estrechamente ligada a las demás materias.En los predios de la escuela se puede observar una gran variedad de hortalizas sembradas: lechugas, remolachas, cilantro, apio, tomates y chiles. Para las siembras se utiliza material reciclable como embases de refresco y llantas, además el sistema de riego se hace a través de goteo. En más de 1,500 envases y llantas viejas crecen verdes vegetales y hortalizas que luego serán comercializadas en la comunidad.“Lo más interesante de este proyecto es que les hemos enseñado a los alumnos a cultivar de forma amigable con el ambiente, pues se cultivan productos orgánicos, les enseñamos a hacer los biopreparados para control de plagas y abonar y todo lo hacen los niños de primero a sexto grado”, explicó Glenis Ramos, coordinadora del proyecto agropecuario. A través de este programa también se ha logrado la construcción de un invernadero, utilizado para la siembra de plántulas que son utilizadas para el huerto escolar y otras son llevadas por los alumnos a los huertos familiares que tienen en sus casas.Los productos que se cosechan, unos son vendidos por los alumnos en las pulperías de la comunidad y otros son consumidos como parte del Programa de Nutrición y de la Merienda Escolar.Asimismo, los otros productos que se elaboran se comercializan a través de expoventas.Pero la empresa Agropec también enfrenta necesidades y una de ellas tiene que ver con la construcción de un aljibe (cisterna) para la recolección de aguas lluvias y que estas puedan ser utilizadas para el riego por goteo accionado con energía limpia.La escuela ya consiguió los fondos para la construcción, los cuales fueron donados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pero se necesitan los kits de riego para los huertos.Las autoridades escolares tienen también planes de construir piscinas para la cría de tilapias.
FUENTE: El Heraldo
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