SANTA CRUZ DE TENERIFE Los agricultores canarios advierten de que los cultivos de secano –los que dependen expresamente de la lluvia para su riego– peligran si persiste la sequía en las próximas tres semanas. De las 41.542 hectáreas destinadas al sector primario en el Archipiélago, el 35,19% corresponde a las producciones de secano, mientras que el 64,21% es de regadío.
El técnico de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga), Javier Gutiérrez, explica que la cosecha de papas y cereales "ya se está viendo afectada" porque se siembran en diciembre y, si no hay precipitaciones, "no emergen y se puede perder el cultivo". De hecho, "el cereal lleva un mes y medio sin agua y en Los Rodeos y en La Esperanza ya está amarillo". "Por ahora aguanta gracias al rocío", agrega.
El secretario regional de la Organización de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Mario Escuela, alerta de que "las producciones bajarán un 40% si no hay lluvias". Sin embargo, para él el problema no terminaría ahí, pues considera que la situación sería aún más complicada con las secuelas que generaría una sequía. Si no hay precipitaciones, "subirá el precio del agua porque escaseará y, con ese coste añadido, no es rentable el cultivo". Advierte, como ejemplo, que "hasta en La Palma ya hay problemas por la escasez de chubascos".
Mario Escuela, no obstante, pronostica que, si se tiene en cuenta la cantidad de producciones que no llegan a venderse en la actualidad, el hecho de que no haya precipitaciones podría dar lugar "a que se plante menos y a que los cosecheros obtengan más ganancias, porque haría falta menos agua y lo que se recolecte se vendería más caro". Además, especifica que "se necesitaría menos mano de obra y abonos".
Javier Gutiérrez puntualiza que las plantaciones de regadío –que abarcan el 64,21% de las hectáreas cultivadas en el Archipiélago–, por el contrario, "no se verían tan afectadas ni tendrían problemas tan grandes" con la ausencia de chubascos en las Islas , porque "las plagas no aparecen si no llueve".
El pronóstico por parte de este técnico de Asaga es bastante pesimista en caso de que "no se produzcan precipitaciones en el plazo de dos o tres semanas". Las consecuencias serán malas, especialmente para los cultivos de la papa y el cereal, agrega.
En el caso del viñedo, indica que es en este mes cuando la planta tiene que almacenar agua para el verano, por eso también "es importante que llueva".
En el caso de las papas, como se plantan a finales de diciembre, ya se ha perdido "bastante producción, aunque depende de la zona en las que se encuentren las parcelas", avisa el técnico de Asaga. Dependiendo de la geografía de los terrenos y del tipo de cultivos, algunos productores "podrían perder incluso toda la cosecha, mientras que otros podrían salvar algo", agrega Gutiérrez.
El experto en agricultura, asimismo, señala que otro tema que le produce intranquilidad es que algunos embalses de Canarias se encuentran en estos momentos entre el 25 y 30% de su capacidad y es "importante que aumente, porque si no llueva ahora, implicará serios problemas en verano".
La misma preocupación persigue al secretario de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos en Tenerife (COAG), Miguel López, que destaca que las lluvias siempre se producen entre los mes de octubre y abril y, en esta ocasión, "no ha habido nada". A pesar de que las producciones más afectadas son las de la papa y los cereales, su inquietud se extiende a la totalidad de cultivos, porque "la calidad bajará" para todos ellos.
Preocupante
No cabe duda de que es una situación "preocupante", declara, porque, además, comparte la opinión del representante de la COAG, Javier Gutiérrez, cuando éste considera que se "encarecerán las producciones canarias porque el agua será más cara y de peor calidad. En caso de que llueva, se remediará algo, pero ya no será lo mismo", advierte.
Otro de los handicap que produciría la escasez de precipitaciones sería las sales minerales que aumentarían en el agua y sería peor para el cultivo, declara Miguel López. Comenta que el invierno de 2009 "fue muy bueno y la conductividad –sales minerales en el agua– estaba en 800. Ahora se han dado casos de llegar a 1.500".
Ante la incertidumbre de lo que pasará y cuáles serán las consecuencias, reprocha a las administraciones públicas que "no sean previsoras". "Desconocemos un plan B y solo se limitan a decir que está todo controlado", critica.
El único colchón que López vislumbra ante la posible caída de la producción como consecuencia de la falta de lluvias es que, como se encuentra abandonado mucho terreno agrario existe ahora una menor demanda de agua por parte del sector primario.
El presidente de la Asociación Canaria Independiente de Pequeños y Medianos Agricultores y Ganaderos (Acipmaga), Gabriel Dorta, al igual que el resto del sector, manifiesta su intranquilidad ante la posibilidad de la escasez de lluvias. Aunque a las hortalizas y verduras "no afecta directamente, la cosecha no será igual".
También reprocha el hecho de que, aunque muchos productores han abandonado la agricultura, los precios del agua "no han bajado a pesar de que en el Sur de Tenerife hay más oferta que demanda". Reconoce, además, que en La Gomera y en La Palma "las presas están medio vacías".
Una predicción que, en caso de que se haga realidad, se uniría a los recortes que ha aplicado el Gobierno autónomo al sector primario. Según COAG, un tijeretazo del hasta el 21,28 % respecto a las ayudas del año pasado.
FUENTE: laopinion.es
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