España: Traballo no invernadoiro porque non hai outro remedio

Vicente Grande ejemplifica un fenómeno que se está detectando en los últimos tiempos en O Salnés: gente joven que, a falta de trabajo, opta por el campo como medio de vida. En su caso lo tiene más fácil que otros, que se ven obligados a partir de cero. La suya es una casa con tradición agraria y en la que hay ya montados dos invernaderos con 2.000 metros cuadrados de terreno. Vicente recoge ahora el testigo de sus padres.

Es vecino de Vilanova y tiene 22 años. Con 16 empezó a trabajar en una cerrajería de Vilagarcía y desde hace dos está en el paro. En este tiempo buscó empleo en su ramo, y harto ya de esperar por una oportunidad que no llega, optó por probar con las fincas. No es la suya una decisión vocacional. «Non hai outro remedio», afirma, pero ya puestos en esta tesitura, afronta el futuro con esperanza. «A ver que pasa». En esta empresa cuenta con el apoyo de su novia y de sus padres, que algo saben de asunto. El invernadero ha sido siempre el medio de vida en esta familia de modo que Vicente ha estado ligado a la tierra desde niño. «Sempre había que botar unha man na casa».

Por eso sabe bien que el de la huerta es un trabajo duro y sin sueldo fijo. Ahora le toca ponerse las pilas porque todavía le cuesta diferenciar las plantas.

Hace más un mes que plantó sus primeras lechugas y acelgas, en las que tuvo que invertir 400 euros. Y gastó otros 380 euros en arreglar el plástico del invernadero que estaba roto por el viento. Por delante queda mucho trabajo y esperar una buena cosecha.

FUENTE: lavozdegalicia.es