La cantidad de productores e industrias gallegas que dedican su actividad a la agricultura ecológica se ha disparado un 164% desde que el Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica (Craega) comenzó a controlar el sector a principios de la década pasada: en 2001 había 217 operadores y en 2010 se llegó a la cifra de 573. Pero en ese mismo periodo lo que ha aumentado de forma todavía más espectacular son las hectáreas destinadas a cultivos naturales mediante técnicas que no utilizan sustancias químicas ni aditivos artificiales y, sobre todo, respetan el medio ambiente: hace diez años había 1.974 y al terminar 2010, 14.163, un incremento del 617%.
Sin embargo, pese al aumento de la demanda de productos por parte del consumidor y al creciente interés de las familias por llenar la despensa con alimentos naturales, el auge que experimentó esta modalidad de agricultura en la primera mitad de la década pasada no fue tan acentuado en los cinco años siguientes. Si entre 2001 y 2005 el incremento de productores ecológicos fue del 95%, con un salto de 217 a 425, entre 2006 y 2010 quedó rebajado al 25%, al aumentarse la cifra de 456 a 573 operadores. La superficie dedicada a la agricultura ecológica experimentó una subida del 363% en el primer lustro de este siglo (de 1.974 a 9.156), aunque el porcentaje descendió al 47% en los cinco años posteriores (de 9.624 a 14.163). Craega no obtendrá los datos definitivos de 2011 hasta el próximo abril, aunque estima que el número de operadores se aproximará a 600 y la de hectáreas, a 18.000.
Cereales, frutas, hortalizas, frutos secos y productos lácteos y cárnicos siguen siendo ahora, como a comienzos de siglo, los tipos de cultivo predominantes en las más de 14.000 hectáreas de huertas y prados ecológicos de Galicia. El actual crecimiento ralentizado de esta clase de agricultura en la comunidad responde a factores que tienen que ver con la promoción, explica Javier Lozano, secretario de Craega.
"Hay algunos problemas que impiden un mayor desarrollo. Por un lado, en otras regiones se potencian más las líneas de ayuda porque la Administración prima por superficie y no por cultivos. Galicia es minifundista y para criar ganado hacen falta muchas hectáreas. La demanda ecológica crece mucho por el valor que tiene la promoción de un producto con certificado oficial. Pero varias empresas gallegas venden fuera porque la demanda en el exterior es grande y aquí tenemos que hacer promoción interna. Aquí sigue teniendo más peso el llamado producto natural de aldea, lo que retrae a la hora de comprar otros aunque sean muy sanos. En Cataluña no hay aldeas, así que allí, por ejemplo, es más fácil introducir productos ecológicos", repasa Lozano.
Galicia se contagió con retraso de la tendencia a desarrollar producción ecológica en España y hasta comienzos de la década pasada no empezó a cultivar de forma natural huertos ni a alimentar cabezas de ganado con pasto carente de productos químicos. Sus cambios en las técnicas de producción fueron consecuencia de las nuevas demandas en el mercado alimenticio a las pequeñas y grandes empresas y a la especialización que abordaron ganaderos cuyos clientes empezaron a reclamar productos ecológicos. Contribuyó la proliferación de jóvenes agricultores llegados al campo desde la ciudad en busca de trabajo, que descartaron de sus pequeñas huertas el uso de herbicidas y abonos químicos y apostaron por componentes naturales; la cosecha, después, comenzaron a venderla.
Al terminar 2010 Galicia se mantuvo en el undécimo puesto del ranking de autonomías según el número de productores que ya ocupaba a mediados de la pasada década. En la tabla de regiones por hectáreas de cultivo ecológico, en cambio, cayó un puesto, al duodécimo, debido a un leve descenso del 0,5% en su superficie agrícola ecológica.
fuente: laopinioncoruna.es
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