En un momento en el que la economía española se estrangula, con unas medidas de crisis que van a reducir todavía más la capacidad de consumo interno, son pocos los sectores que consiguen mantener un cierto músculo productivo. En periodos de recesión o muy lento crecimiento interior, los mercados exteriores son una garantía de estabilidad. Por ejemplo, las ventas de alimentos constituyen casi el 14% del valor total de las exportaciones españolas durante los once primeros meses del 2011.
El valor de las exportaciones hortofrutícolas se incrementó el 1,5% en octubre, hasta los 587 millones de euros. Según ha informado la Federación Española de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX), creció también el volumen comercializado casi un 4% hasta superar las 704.000 toneladas. Las cifras son sintomáticas, ya que la crisis de la E.Coli afectó de forma muy intensa al mercado exterior de frutas y hortalizas españolas, que primero vio reducido su volumen de exportaciones y posteriormente se vio obligado a bajar los precios de forma radical para poder volver a ser competitivos y no perder grandes cantidades de producto perecedero.
En general, ha crecido el comercio exterior español de alimentos durante los diez primeros meses del 2011. Esto no ha impedido que las importaciones hayan repuntado aún más, por encima del 11%. En términos globales, las cifras de negocio españolas han mejorado un 9,6% respecto al 2010.
Fuente: Larioja
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