10 de enero de 2012
Desde el pasado mes de noviembre
Hortyfruta, la Organización Interprofesional de frutas y hortalizas de Andalucía, cuenta con un nuevo presidente, Francisco Góngora. Proveniente de la banca, donde desempeñaba el cargo de consejero delegado para el Sector Agroalimentario de Cajamar Caja Rural, se trata de un hombre de consenso dentro del sector. Hemos querido conocer de primera mano cómo se presenta el 2012 para los productores hortofrutícolas andaluces, pero también repasar cuáles han sido las consecuencias de algunos de los episodios más significativos del año que acabamos de cerrar.
David Pozo
Francisco Góngora, nuevo presidente de Hortyfruta.
¿Qué puede aportar de su experiencia en Cajamar a su nuevo cargo como presidente de Hortyfruta?
Llevo 42 años vinculado al sector agrícola de Almería a través de la banca, donde he ocupado cargos relacionados con la atención al público. Una vez que, la entonces llamada Cajarural de Almería, comenzó su expansión fui nombrado director de la zona de Poniente de Almería y director territorial para la provincia. Posteriormente, fui designado subdirector general y en abril de 2006 me incorporé al Consejo Rector de Cajamar como vocal y consejero delegado para el sector agroalimentario. Toda esta experiencia recabada durante estos años de trabajo me ha llevado, sin duda, a conocer en profundidad el sector hortofrutícola y estos conocimientos los aplicaré en mi trabajo diario al frente de la Interprofesional.
¿Qué proyectos y retos se marca para su mandato?
A mi entender, el principal reto a afrontar en Hortyfruta y siguiendo las líneas anteriores, es el de conseguir la representación más amplia posible de los sectores de producción y comercialización. Además también vamos a trabajar para lograr que la Administración dote a la Interprofesional de una normativa que nos permita frenar de forma efectiva la grave crisis de precios. Por supuesto que continuaremos con las principales líneas de trabajo de la organización, como son la calidad, la seguridad alimentaria y la promoción de los productos, entre otras.
¿Cómo calificaría el escenario actual en el que se encuentra el sector hortofrutícola?
El sector hortícola andaluz, como la mayoría de los sectores productivos, pasa por una situación tan complicada que puede hacer temer a largo plazo por su sostenibilidad, ya que en los últimos años ha tenido que soportar unos incrementos importantes de los precios de los insumos y en general de los costes de producción, lo que no ha ido acompañado, como sería lógico, de un incremento de los ingresos derivado del precio de venta de los productos, lo que ha estrechado de forma importante el margen de producción. Si a esto añadimos que derivado de múltiples factores, entre ellos una importante crisis de consumo y los precios registrando de forma sostenida valores mínimos, la actividad agraria está cada vez más cerca de valores de incompetencia productiva.
¿Hasta qué punto está afectando el Acuerdo con Marruecos al sector hortícola andaluz?
Está perjudicando al sector hortofrutícola almeriense, andaluz y español de una forma tan grave que de no ponerle freno la agricultura estará abocada a desaparecer. Las consecuencias negativas para las zonas productoras tanto en el ámbito del empleo como de la viabilidad económica de las explotaciones están claras. Sólo en el sector del tomate y en el último año el Acuerdo en vigor ha provocado la destrucción de 12.500 empleos. Y esta situación se trasladará a otras producciones hortofrutícolas, puesto que el nuevo Protocolo prevé la práctica liberalización no solo en hortalizas sino también en frutas.
Desde Hortyfruta estamos muy preocupados puesto que Marruecos no está cumpliendo lo que está establecido en el acuerdo y está desplazando a las producciones andaluzas y españolas del mercado europeo. Es preciso que se establezcan mecanismos de control y vigilancia en las fronteras, porque no es normal que la Unión Europea permita la entrada sin control de estas producciones, y más aún cuando hay un Acuerdo en el que están establecidas unas cantidades, unos calendarios y unos precios de aranceles.
¿Qué le pedirá al nuevo ministro Miguel Árias Cañete, al que al parecer todas las organizaciones de agricultores, también Hortyfruta, han acogido benévolamente?
Le pido, como a todos los representantes políticos de todas las administraciones, que se preocupen por el sector hortofrutícola, ya que de éste dependen muchas familias en toda España y ahora más que nunca necesitamos que entiendan la difícil situación por la que estamos atravesando y apoyen nuestras reivindicaciones para lograr que la agricultura tenga futuro.
¿Qué medidas necesita tener en sus manos la Interprofesional para hacer frente a la caída de precios que sufre el sector?
Hemos demandado en muchas ocasiones a la Administación una normativa para que la Interprofesional pueda trabajar de forma efectiva y frenar la grave crisis de precios. Deben ser mecanismos de intervención en toda la cadena, de forma que con la participación de todos los que intervienen, se pueda llegar a acuerdos beneficiosos para todos, desde el principio hasta el final, donde no haya extremos fuertes y débiles, donde unos se benefician y sólo se perjudica a los de siempre, sino que todos, dentro de cánones razonables y convenientes, obtengan beneficios en orden a los riesgos que soportan, y todo ello con una orientación clara hacia el consumidor final.
Recientemente Hortyfruta firmaba un acuerdo con la Asociación Nacional del Comercio de Frutas y Hortalizas de Alemania (DFHV). ¿Qué se pretende con el mismo?
Nos reuniremos con esta asociación en el marco de Fruit Logistica 2012, donde está previsto que se formalice un acuerdo de colaboración en firme y que vendrá a responder a algunos de los objetivos que se ha planteado la Interprofesional durante esta campaña, como que se integre en el seno de esta organización a la distribución. Además, desde Hortyfruta somos conscientes del poder que ejercen las grandes cadenas. Por este motivo, consideramos importante este tipo de acuerdos para poder trasladar a la distribución la cruda realidad de los agricultores andaluces, que cada vez obtienen menos rentabilidad por sus productos, y entablar un diálogo fluido de cara a evitar estas prácticas abusivas.
Cuando ya ha pasado más de medio año de la crisis del pepino, ¿qué lección hemos sacado de este triste episodio que ha marcado buena parte de 2011?
La principal conclusión extraída es que a pesar de que aquí se hacen las cosas cumpliendo todos y cada uno de los protocolos de calidad y seguridad alimentaria, tanto europeos como los particulares que cada mercado impone, y a pesar de que la mayoría de las producciones se cultivan con control biológico, aún somos muy vulnerables a los ataques y crisis de imagen. Por tanto, debemos seguir trabajando para lograr desmontar falsos mitos y posicionar al sector en el lugar que se merece.
FUENTE: INTEREMPRESAS.NET
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