Investigadores del Institut de Recerca i Tecnología Agroalimentàries (IRTA) de la Generalitat trabajan con un injerto modificado genéticamente que aumenta hasta en un 20 por ciento la producción de algunas variedades de cítricos en las Tierras del Ebro.
Estos investigadores, en colaboración con el Institut Valencià d'Investigacions Agràries (IVIA), han presentado los resultados de una investigación sobre la 'Adaptación agronómica de pies y variedades de cítricos" realizada en una parcela de Alcanar (Tarragona).
El estudio ha permitido demostrar que la combinación de un injerto específico modificado genéticamente con las variedades clemenula y navelate permite aumentar un 20% la producción de estos cítricos respecto a los pies utilizados más comúnmente en las Tierras del Ebro.
El patrón modificado genéticamente que mejores resultados ha dado es el denominado Forner-Alcaide (F&A) número 5, pero la investigación, que comenzó en el año 2000 y ha empezado a dar ahora resultados, se llevó a cabo con dos patrones más también procedentes del IVIA, el F&A 13 y el F&A 418.
Cada uno de estos pies se ha injertado con las variedades clemenula y navelate y su comportamiento ha sido comparado con naranjos injertados con los pies Citrange carrizo.
El estudio se ha basado en el control de crecimiento del árbol, de la producción y del peso de la misma, y también se ha llevado a cabo un control de la calidad del fruto (porcentaje de zumo, acidez, azucares y maduración).
"En un principio, todos los F&A son pies reductores de copa", explica uno de los técnicos del IRTA responsable del estudio, Joaquim Pastor.
Este es un factor clave para reducir los costes de producción, ya que disminuyen los gastos en poda, recolección y tratamientos fitosanitarios, "pero en realidad el único reductor de copa es el pie F&A 418".
Sin embargo, el que ha dado mayores resultados en cuanto a producción es el F&A 5, que "es un muy buen productor, por encima del que se utiliza aquí, tanto en producción como en crecimiento, sobretodo en clemenula", señala.
Tanto es así, que la producción acumulada por los árboles injertados con F&A 5 llega a ser un 20% superior a las variedades injertadas con citrange carrizo.
No obstante, los mismos investigadores del IRTA reconocen que este descubrimiento, que podría ser alentador en unas condiciones de mercado favorecedoras, "no llega en el mejor momento" ya que el sector de los cítricos en las Tierras del Ebro pasa por una de las peores crisis de precios de los últimos años.
Paralelamente al estudio realizado en la parcela de Alcanar, el IRTA está investigando también la adaptación de hasta 11 variedades en otra finca de Bítem (Tarragona) con el objetivo de alargar la campaña citrícola.
Aquí, la plantación de ejemplares empezó en 2009, "por lo que sólo se han podido hacer observaciones, sin obtener todavía ninguna conclusión determinante", asegura Pastor.
FUENTE: Irta
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