Después de un 2011 con el Mercosur prácticamente paralizado, la Argentina –que estará a cargo de la presidencia pro temporeen el primer semestre– buscará este año impulsar mayores medidas proteccionistas dentro del bloque y, a la vez, tender puentes hacia otros países para ganar nuevas alianzas comerciales.
“El Mercosur está pasando por una etapa de mucha incertidumbre. Ha tenido poco movimiento en el último año”, apuntó Mauricio Claverí, de abeceb.com. Las pautas principales para los próximos meses quedaron definidas en la cumbre de Montevideo de diciembre pasado, donde se acordó mayor proteccionismo. “En 2012, la impronta del bloque será encontrar el escudo que permita defender el empleo”, señaló el economista Ricardo Delgado, de Analytica.
En Uruguay se negoció una suba del arancel externo común (AEC) que permitirá proteger a las industrias locales de la llegada de productos a bajo costo, básicamente desde Asia. Así se habilitó a cada uno de los socios a aplicar individualmente derechos de importación sobre 100 posiciones arancelarias por encima del arancel externo común, hasta el 35% permitido por la Organización Mundial de Comercio. Hasta ahora el AEC promedio es del 13%, aunque en los productos sensibles llega a 20%. La propuesta fue aceptada a regañadientes por Paraguay y Uruguay. Los dos socios menores se oponían porque importan casi todos los productos industrializados que consumen, por lo que un arancel más alto implica un incremento de costos.
“Vemos como algo positivo (que se aumente el AEC), pero también creemos importante que a las economías pequeñas del Mercosur se les asegure la estabilidad de los mercados regionales. Porque si lo que buscamos a través de las subas de aranceles es la estabilidad de las economías grandes del Mercosur, también tiene que haber una garantía de estabilidad para las economías pequeñas”, ponderó aiEco el canciller de Uruguay, Luis Almagro. “Concretamente, hay que mantener los flujos comerciales que tenemos, con eventuales aumentos. Eso ya sería importante para los países pequeños”, pidió durante aquella reunión.
Para el analista Marcelo Elizondo, “la Argentina y Brasil están más interesados en evitar el ingreso de productos extrazona que en el fortalecer el comercio en general”. Claverí sostuvo que la suba del arancel es más significativa para Brasil que para la Argentina. “Nosotros tenemos alta inflación y esto hará que el beneficio se vaya licuando a lo largo del año. En cambio, ellos tienen una inflación más cercana a los de los países asiáticos y hasta cuentan con un tipo de cambio que se mueve en el mismo sentido que esas monedas. Entonces, la protección que les otorga la suba del arancel será mayor para ellos”. También indicó que “el verdadero proteccionismo del gobierno argentino son las licencias no automáticas y las medidas antidumping”. En ese marco señaló que “la Argentina usará la suba del AEC a su favor en la negociación bilateral con Brasil”.
El gobierno de Cristina Kirchner limita el ingreso de productos brasileños a través de las licencias no automáticas. Además, los sectores “sensibles”, como calzado y textiles, cuentan con cupos que se renuevan periódicamente. “La sensación es que este año habrá un comercio administrado más consensuado”, dijo Claverí. La suba del AEC le permitirá a Brasil ocupar el lugar que antes ocupaba China en las compras argentinas y esto le dará margen al Gobierno para negociar con el equipo de Dilma Rousseff nuevos acuerdos sectoriales.
“Brasil ya asumió que las trabas a las importaciones van a continuar. Lo que pretende ahora de la Argentina es previsibilidad y prioridad frente a China”, deslizó Claverí. Para Delgado, tras la suba del arancel, “la industria local irá hacia la sustitución de importaciones, pero habrá que trabajar fuertemente en el manejo de los conflictos comerciales”.
La ministra de Industria, Débora Giorgi, y la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, están trabajando en la elaboración del listado de posiciones arancelarias que presentará la Argentina para la suba del AEC. Fuentes del mercado estiman que incluirá electrodomésticos, línea blanca y textiles, entre otros. Brasil aún no definió su lista, pero el ministro de Hacienda, Guido Mantega, adelantó que van a proteger los bienes de capital, los textiles y los químicos.
Una de las discusiones centrales de estos meses pasará por definir con qué negociaciones comerciales es conveniente avanzar. Desde hace años están empantanadas las conversaciones con la Unión Europea (UE) para acordar la reducción de los subsidios agrícolas que distribuyen los gobiernos de ese continente y para lograr la apertura de los sectores industriales protegidos en esta región de América Latina.
En ese sentido, el canciller brasileño, Antonio Patriota, vaticinó que “2012 podrá ser un año crucial para la relación Mercosur-Unión Europea”. “Estamos concluyendo la mayor asociación comercial del mundo”, se sumó el canciller de Uruguay, Luis Almagro. En este análisis se plantea que la crisis lleva a Europa a volcar sus productos industrializados al mundo ahora que buena parte de ese continente está en recesión. Y se estima que, para bajar los déficits fiscales, los gobiernos podrían ser más propensos a recortar subsidios agrícolas. Pero otros analistas ven chances escasas. “En el corto plazo no veo posible avanzar con la UE, porque ellos están enfocados en sus problemas domésticos”, apuntó Elizondo.
Del lado argentino le ponen más fichas a la integración regional: América Latina es el mercado por excelencia de las exportaciones industriales de los dos socios mayoritarios del bloque. En este sentido, Elizondo remarcó que “la Argentina debería aprovechar la buena performance económica que tienen países como Perú y Colombia”. Fuentes del Ministerio de Industria señalaron que se trabajará en “incrementar el comercio intra-regional en Latinoamérica e incorporar parte de los US$460.000 millones en manufacturas que la región importa al año”.
En Montevideo se acordó la creación de una comisión para promover la incorporación de nuevos miembros permanentes al bloque, como una estregia para sacar al Mercosur del estancamiento y aprovechar la actual prosperidad de la región. La comisión buscará destrabar el ingreso formal de Venezuela, paralizado desde 2006 porque el Congreso paraguayo no dio su aprobación. El siguiente país en la lista será Ecuador. “No tenemos que ocultar la realidad: nuestra visión comercial coincide mucho más con la del Mercosur que con la de nuestros socios del Pacto Andino, básicamente Colombia y Perú, que han firmado Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos”, explicó el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en la capital uruguaya.
La propuesta de aumentar la integración regional no pasa sólo por sumar más países al bloque. En la cumbre, Dilma propuso “distribuir cadenas productivas geográficamente por el Mercosur”. En este camino, el primer paso se centraría en el sector automotriz, responsable por la mitad de los US$40.000 millones del comercio bilateral entre la Argentina y Brasil. “Hay que revertir el proceso de desnacionalización de autopartes porque, si no, estaremos condenados a apenas ensamblar autos en el Mercosur”, explicó el asesor especial de la presidencia brasileña en política exterior, Marco Aurélio Garcia. “Más que aumentar el contenido regional, queremos crear un polo exportador de autopartes”, apuntó. Ambos países quieren elevar el actual componente regional de autopartes de los vehículos. La exigencia saltaría del actual 65% a un número aún no definido como forma de agregar valor y de desarrollar proveedores. En China, por ejemplo, esa exigencia de contenido local es de 90%. “Ya existe un grupo de trabajo en pleno ejercicio para la simbiosis de nuestras industrias de autopartes. Vamos a aumentar el porcentaje de contenido regional al máximo”, señala. “Se deben fortalecer las cadenas productivas regionales, ganando escala y competitividad con mayor innovación y tecnología, para sustituir así importaciones extrazona y generar una oferta exportadora regional competitiva”, acotaron desde el Ministerio de Industria argentino.
Las fuentes consultadas aseguraron que la Argentina aprovechará la presidencia pro tempore para impulsar un tema clave ante la inminencia del Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, ambos con sede en Brasil. El Mercosur ya cuenta con un acuerdo para que los miembros del bloque participen en igualdad de condiciones en las compras gubernamentales que realiza cada país. Pero mientras la Argentina ya le dio ese status al socio mayoritario del bloque, Brasil aún no suscribió ese acuerdo, lo que le cierra las puertas a las empresas locales para participar en las licitaciones de cara a esos eventos deportivos. Por eso la Argentina insistirá con este tema. “Es ahora o nunca”, dijo Claverí.
Para Elizondo, hoy el Mercosur tiene “una agenda muy coyuntural, muy focalizada en la crisis y no en estrategia de crecimiento”. Y señaló que, sin una agenda estratégica, podría perderse una gran oportunidad histórica. “El bloque es el principal productor y exportador de alimentos del mundo. La agenda a futuro debería ser de integración”, remató.
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