A la distancia, por los bordes de los inundados cultivos de arroz, resaltan unas espigas de color rosado brillante. De cerca, esa atractiva forma que a ratos parece una flor, se ‘transforma’ en miles de huevecillos de caracol.
Elías Aguirre, de Durán (Guayas), perdió cuatro hectáreas. Los primeros daños surgieron en febrero, cuando las precipitaciones fueron más intensas. Pero este mes, con el agua empozada, todo su cultivo se fue a ‘pique’.
“Lo único que me quedan son estos caracoles bebé”, dice, sosteniendo con su mano una estaca con los huevecillos.
Según Myriam Arias, entomóloga del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias, las inundaciones generan las condiciones para la proliferación de esta plaga. “Los caracoles pueden poner hasta 1 200 huevos al mes, imagínese el daño que pueden ocasionar”. Este animal se alimenta de la planta, cuando está por florecer. Y afecta durante los 30 primeros días del cultivo.
Pero el invierno también promueve las enfermedades fungosas, mientras que existe el riesgo latente de que las plagas provocadas por insectos proliferen cuando las aguas bajen.
También surge la maleza, otra plaga que envuelve al cultivo e impide que crezca. Jacinto y Rafael Jiménez, agricultores de Montalvo (Los Ríos), tienen la tarea de arrancar la maleza de los arrozales ubicados al pie de la carretera. Allí el agua acumulada por el desborde del río Cristal ya drenó, pero dejó esta maleza.
“Se la diferencia del arroz, porque en su tallo tiene unas pelusas”, explica Jacinto. “Es la plaga más común en el arroz y solo queda arrancarla, para que no haya daños”, dice.
Aunque existen agroquímicos que ayudan a eliminar ese problema, Raúl Cerezo prefiere no aplicar esa sustancia. “Trato de echar la menor cantidad de químicos”, expresa Cereza, también de Montalvo.
Actualmente, existe un control natural de insectos: por las lluvias, que van limpiando los cultivos, y los relámpagos que -con sus destellos- ahuyentan las plagas en los cultivos. Así explicó el agrónomo Víctor Hugo Quimí, de la empresa Fitogreen.
La tarea más complicada, ahora, será controlar las enfermedades provocadas por los hongos. “Los mayores problemas serán foliares”. Es decir, en las hojas.
María Leticia Vivas, investigadora fitopatóloga del Iniap, explica que solo en el cultivo de arroz se han identificado 70 enfermedades provocadas por hongos y en América Latina, 13.
En Ecuador, las principales enfermedades de este tipo atacan a la hoja de la plantación, la raíz y el grano del arroz (ver infografía).
Carlos Maquilón intentó salvar su arrozal, pero al arrancar una muestra se percató de que sus hojas estaban podridas. “Aún si baja el agua totalmente no podría recuperar nada, porque la planta se pasmó”, dice a un costado de su cultivo, en la vía a Yaguachi.
La investigadora Vivas explica que este daño es provocado por la Pyricularia grisea, una enfermedad fungosa que provoca la denominada ‘quemazón’ de la planta.
Sin planes de prevención y remediación, la Pyricularia grisea puede ocasionar pérdidas que oscilan el 10 y 30%, ocasionalmente hasta un 90% dependiendo de la variedad de la planta.
Una mañana, Jaime Alvarado se sorprendió al encontrar un insecto que había devorado una gran parte de las hojas del cultivo.
“Alcancé a ver unos gusanos que recorrían las plantas”. Él tiene un predio rural en Yaguachi (Guayas), al pie del río Chimbo.
Este tipo de ataques es provocado por el Spodoptera frugiperda, un gusano que también provoca daños en los cultivos de maíz.
El Ministerio de Agricultura tiene un plan de remediación para los daños provocados por el invierno. Los agricultores esperan recibir asesoría técnica sobre cómo controlar las plagas, coinciden los campesinos consultados.
Consejos
Se recomienda recoger los huevecillos del caracol y guardarlos en fundas plásticas gruesas, cerrarlas y dejarlas expuestas al sol para que los huevos se deshidraten.
Cuando el caracol ataque su cultivo, no eche insecticida. El producto solo mata a los insectos benéficos, fortalece a otras plagas y no le hace daño al caracol.
Si el arrozal está infestado de caracoles, eche un extracto vegetal a base de barbasco, un fruto de árboles comunes que existen en el campo. Se mezcla con jaboncillo.
Usted puede solicitar asistencia técnica al Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Fuente: El Comercio | Elproductor.com
© 2024 Creado por AGRO 2.0. Tecnología de
¡Necesitas ser un miembro de AGRO 2.0 para añadir comentarios!
Participar en AGRO 2.0