El campo está lleno de flores blancas en forma de campanas. Cada una tiene entre 10 y 25 centímetros de diámetro. Nacen en los tallos de los cactus. Cuando son pequeñas parecen botones. Pero en cinco meses se convierten en vistosas frutas conocidas con el nombre de pitahaya. Son amarillas y con protuberancias en toda la cáscara de la fruta.
En la hacienda de Javier Roldán, en Echeandía (Bolívar- Ecuador), los trabajadores deben cruzar por un sendero pedregoso para llegar a la plantación de pitahaya. La fruta es originaria de Centroamérica. Los cultivos se encuentran en la parte derecha de la propiedad y abarcan una extensión de 10 hectáreas, aproximadamente.
En las pencas se pueden distinguir las flores marchitas dando paso al nacimiento del fruto, que es de color amarillo intenso. Tiene espinas oscuras.
Por ello, la primera actividad que realizan los trabajadores, en tiempo de cosecha, es recolectar una planta que se conoce como escobilla. Sus ramas están entrelazadas hasta la mitad y en la punta se sueltan como emulando a las cerdas de una escoba.
Esta ‘escobilla’ es utilizada para quitar las espinas al fruto. “Antes utilizábamos cepillos pero las espinas no salían totalmente. Decidimos probar con la planta y nos dio resultado, aseguró Roldán.
Una vez que se termina el proceso de cepillado se debe cortar la fruta del tallo con una tijera especial para agricultura. Y se depositan en un canasto para llevarlas al centro de lavado con agua.
En el sitio hay una piscina de cemento, de aproximadamente seis metros de ancho por ocho de largo, que tiene un sistema de chorros a presión. En la parte superior se encuentran unos orificios por donde se filtran las espinas y demás desperdicios de la fruta. Este proceso de lavado dura 30 minutos.
Luego la fruta es trasladada a un mesón, donde las operadoras la clasifican según su tamaño. Las más grandes, de 150 a 200 gramos, se empacan en un canasto cubierto de papel periódico y se envía a las cadenas de supermercados como Supermaxi y Mi Comisariato. Las medianas y pequeñas, 100 a 140 gramos, se venden en los mercados de Echeandía y Quito. Aunque también se la encuentra en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.
La plantación de Roldán es considerada la tercera más extensa del país. La primera está en la Amazonía (20 hectáreas), la segunda en el noroccidente de Pichincha, con 15ha. Cada hectárea produce 4 000 kilogramos de pitahaya por ciclo. Se requiere de una inversión aproximada de USD 25 000 para el riego de fertilizantes y abonos.
En el 2003 se creó la primera asociación de productores de pitahaya. Entonces eran 30 agricultores. Luego, y con la consolidación del gremio, se formó Asopitahaya del Ecuador, con 70 socios. Al año se producen 300 toneladas con una variación del 20% debido al factor climático, según Daniel Roldán, presidente de la Asociación. “En el país existían empresas comercializadores de la fruta y no empresas productoras. Por eso hubo la necesidad de unirnos para confrontar un solo ente que nos permita llegar al mercado local e internacional”, señala el presidente. Además, dice, cuentan con el apoyo del Ministerio de Agricultura”.
La utilidad que deja el negocio de la pitahaya depende de la oferta y la demanda del producto en el mercado. “Cuando soy el primero en vender el precio por kilo es de USD 4, pero cuando hay gran oferta los compradores solamente pagan hasta USD 1,80”, aseguró Roldán.
La pitahaya es una fruta que contiene propiedades medicinales por su composición. Está compuesta de fibra, calcio, fósforo y vitamina C. José Luis Valladares, gastroenterólogo, dice que el fruto es recomendable para las personas que sufren de problemas estomacales como gastritis. “La vitamina C actúa en el estómago como un cicatrizante natural”. Se recomienda consumirla dos veces al día, después de comer.
Dos variedades
En Ecuador existen dos tipos de pitahaya amarilla. La una se produce en el callejón Interandino y pesa 160 gramos. La otra, proveniente de la Amazonía, puede llegar a pesar hasta 380 gramos debido al clima y también al proceso de crecimiento.
La pitahaya se usa para preparar ensaladas agridulces en comidas gourmet. Además se pueden elaborar batidos, jugos y postres con la fruta, pues su sabor es muy dulce, por eso es consumida directamente. Para esto, hay que limpiarla previamente, para evitar accidentes.
Fuente: ElComercio.com
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