A cinco días de que los jefes negociadores del Tratado de Libre Comercio (TLC) Colombia-Corea del Sur se reúnan en Washington, en Bogotá arreciaron las críticas a este acuerdo comercial.
En una demasiado inusual convergencia, empresarios, principalmente fabricantes de autopartes, trabajadores, sindicatos, dirigentes gremiales, investigadores de la academia, estudiantes y congresistas de diferentes partidos se pronunciaron ayer en contra de ese TLC.
En el foro ‘Riesgos del TLC con Corea’, organizado por el Grupo Proindustria, que hace parte de una coalición que rechaza el acuerdo, el director del Centro de Estudios Económicos de la Escuela de Ingeniería Julio Garavito, Eduardo Sarmiento, dijo, refiriéndose al acuerdo que se está negociando, que “es un nuevo error nacional”.
El académico señaló que mientras en los últimos 40 años la productividad en Colombia creció un uno por ciento anual, en Corea del Sur las tasas fueron de 7-8 por ciento.
Con un TLC con este país “nos inundarán con sus productos” y acabarán con todos los sectores, como metalmecánica, metalúrgica, electrónica y “la economía colombiana regresará a la estructura elemental que tenía en 1990, dominada por la minería y los servicios, que no generan empleo de calidad”, pronosticó Sarmiento.
Colombia, agregó, tiene que tomar el camino de la industrialización y del desarrollo agropecuario y rechazar el TLC con el país asiático.
La negociación del acuerdo está frenada y destrabarla es el objetivo de la reunión, martes y miércoles de la semana próxima, de los voceros de los dos gobiernos.
Corea del Sur se niega a abrir su mercado agropecuario, que es de sumo interés colombiano, y pide que Colombia le abra el de vehículos y electrodomésticos.
También hay desacuerdo con la base a partir de la cual arrancaría el desmonte de los aranceles colombianos. Guillermo Rodríguez, vocero del Grupo Proindustria, asegura que el TLC con la nación asiática afectará gravemente la industria colombiana, que tiene una producción limitada por las economías de escala que jamás podrá competir con su similar de Corea.
Así que, expresó, mientras en Colombia se fabrican 180.000 vehículos al año, en el país del lejano oriente supera los cuatro millones.
La firma del acuerdo será la hecatombe para el sector automotor y sus más de 150.000 trabajadores directos e indirectos, a lo que hay que agregar los sectores de electrodomésticos, calzado, confecciones, etc., que también se van a ver golpeados.
Camilo Llinás, presidente de Acolfa (gremio de los fabricantes de autopartes), califica de “desastroso” el acuerdo que se negocia, que agravaría la situación prevista para los otros TLC, por lo que considera necesario evaluar y revisar esos tratados.
BOGOTÁ SERÍA UNA DE LAS MÁS AFECTADAS
Según Diógenes Orjuela, de la cúpula de la CUT, la capital colombiana sería una de las ciudades más afectadas con el acuerdo, por la contribución al PIB nacional, que supera el 25 por ciento.
En Bogotá, dijo, saldrían perjudicadas, en producción y empleo, las ensambladoras de vehículos, las fábricas de electrodomésticos de línea blanca y las de los sectores metalúrgico y plásticos.
Por su parte, Armando Benedetti, senador del Partido de la U, aseguró que “Antes de proseguir las negociaciones del TLC con Corea, el Gobierno (colombiano) debe hacer una pausa para evaluar los resultados de todos los acuerdos suscritos en los últimos años”.
También hubo palabras de rechazo al TLC con el país asiático por parte de los senadores Jorge Enrique Robledo y Luis Fernando Velasco.
FUENTE: portafolio.co
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