El gesto coreano de 'aflojar' su posición frente a las aspiraciones colombianas de llegar a su mercado agropecuario fue correspondido por Colombia con señales en el campo automotor (vehículos y autopartes) y electrodomésticos, de claro interés para el país asiático.
De esa manera, las entrabadas negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre las dos economías entraron en una nueva fase, como resultado del encuentro de los jefes de los equipos de cada país el martes y miércoles en Washington.
Aunque la apertura de Corea a los alimentos de Colombia no es total, sí ofreció condiciones aceptables, calificadas así por la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), para más de 90 productos de los 112 que no incluía en el programa de reducción de aranceles.
Corea, precisó la SAC, ofreció a Colombia acceso en azúcar, carne de cerdo, frutales y hortalizas, algunos quesos, avicultura, café y flores y otros productos.
El proceso negociador estaba frenado por la negativa coreana de abrir sus puertas a la producción agropecuaria colombiana y la correspondiente posición colombiana de hacer lo propio para los vehículos y partes fabricados en ese país.
No se logró establecer si los dos jefes avanzaron en un punto espinoso de la negociación: la base colombiana de la cual se partirá para reducir gradualmente los aranceles, pues la acordada quedó en un nivel superior luego de la disminución general (excepto vehículos, entre otros sectores) de ese gravamen, decretada hace más de un año por el gobierno colombiano, y que Corea ha querido capitalizar.
Lo cierto es que con esas decisiones y señales en la cita de Washington, la negociación tendrá un camino más expedito hacia su final, panorama que será mucho más claro cuando el 27 de febrero se vuelvan a reunir las dos delegaciones en Colombia, en una ciudad aún sin definir.
Las tres semanas que faltan para ese encuentro serán dedicadas por los dos países a establecer los verdaderos avances alcanzados en la capital estadounidense y buscarles soluciones a puntos todavía sin resolver y que apunten al cierre del proceso.
En Colombia, mientras tanto, ensambladoras de vehículos, autopartistas, fabricantes de electrodomésticos, empleados, organizaciones sindicales y académicos mantienen el rechazo al TLC con Corea, pues consideran que estos sectores serán, junto con los puestos de trabajo que generan, de los más afectados por el acuerdo comercial.
De la misma manera que el tratado tiene fuertes contradictores -como la Andi y Acolfa-, incluso del mismo agro, porque aseguran que será casi imposible venderles un kilo de alimento a los coreanos por las severas restricciones existentes en ese país, también hay quienes lo defienden.
El Ministerio de Agricultura ha señalado que con este TLC bien negociado, el sector dejaría de ser la cenicienta de los acuerdos comerciales.
PUNTO DE PARTIDA PARA LLEGAR A ASIA
La SAC, que había sido crítica del proceso, dice ahora que la decisión coreana da una salida a esta negociación, como partida de Colombia en su integración con Asia, pues está pendiente el inicio de negociaciones con Japón.
FUENTE: eltiempo.com
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