Heladas en el norte y el cordón Caulle en el sur afectaron a las uvas y los arándanos. En tanto, manzanas y kiwis tuvieron un mejor desempeño.
Se resiste a las clasificaciones. No quiere que le pongan nombre. La temporada de exportaciones de fruta 2011-2012 está casi terminada, por lo menos en cuanto a los grandes volúmenes, y sin embargo, no hay acuerdo en el agro en cómo caracterizarla. Algunos productores hablan de que fue "reguleque", un puñado muestra resultados desastrosos y otros están alegres por el alza en los precios. En definitiva, un verdadero tutti frutti de resultados.
En esta ensalada el principal aliño fue la madre naturaleza. Desde heladas en el norte chico hasta la erupción del cordón Caulle, pasando por un verano inusualmente cálido, desarmaron el naipe de los fruticultores, las exportadoras y los importadores.
De hecho, casi todas las proyecciones de producción y precios erraron, algunas veces en contra, pero también a favor.
Debido a esa heterogeneidad lo mejor es hacer un examen fruta a fruta.
Mala partida de las uvas
Las heladas caídas en la segunda mitad de 2011 hicieron de las suyas en Copiapó. En el valle que abre la temporada de exportaciones de uva de mesa chilena, las bajas temperaturas dañaron la floración de las parras.
Se calcula que se perdieron cerca de dos millones de cajas por el golpe climático. Sin embargo, las penurias de los nortinos no terminaron allí. En Estados Unidos, el principal mercado para esa fruta, el stock de uva de mesa mostraba récords históricos al momento del arribo de la oferta copiapina. Los precios se deprimieron inmediatamente, cayendo a sus mínimos históricos.
Aunque en un primer momento los dardos apuntaron a Brasil y Perú como los causantes de ese estropicio, el análisis final difirió. "Los volúmenes de esos dos países son acotados. El factor que más influyó en los menores precios al inicio de la temporada fue el alto stock de la uva de EE.UU. en diciembre", explica Isabel Quiroz, directora ejecutiva de IQonsulting.
En los últimos años los californianos han estado desarrollando variedades más tardías, alentados por los buenos resultados que obtenía la uva de mesa chilena tempranera. De hecho, ya se habla de la actual temporada como un punto de inflexión en ese rubro. Es difícil que se vuelvan a ver altos precios al inicio de la temporada. Un elemento a considerar en el análisis sobre la viabilidad de la fruticultura de Copiapó y, de paso, sobre las crecientes inversiones que se hacen en Perú.
Paradójicamente, los malos precios de la partida generaron buenas noticias más al sur.
"Los consumidores de EE.UU. son casi de manual de economía. Cuando el precio de la fruta baja, se dispara la demanda. De Santiago al sur los productores de uva de mesa vivieron una muy buena temporada. A comienzos de marzo los precios fueron US$ 4 por caja de uvas rojas sin semilla mejores que a igual fecha de la temporada anterior", explica Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut.
Aunque ya casi toda la uva del país está cosechada, aún queda por comercializar lo que está guardado en frigoríficos y también lo que está en tránsito en los barcos. Según estimaciones de Juan Colombo, gerente para Norteamérica de Subsole, el remate de la temporada estará marcado por la falta de uva de mesa.
"Hasta ahora no se nota la baja porque la producción de los valles se ha traslapado, pero ahora sí se va a mostrar. Son dos a tres millones de cajas de caída en el norte y unas cuatro millones menos en la zona centro sur, producto de las altas temperaturas del verano", afirma Colombo.
Arándanos volcánicos
Buena parte del crecimiento de los arándanos se ha dado en la zona sur, donde se ha transformado en uno de los cultivos favoritos a la hora de reemplazar los cereales. De hecho, con la paulatina entrada en producción de nuevas hectáreas, se esperaba que esta temporada la producción de ese berry creciera 12 por ciento, llegando a 78.000 toneladas.
Casi cerradas las exportaciones de arándanos frescos, ese crecimiento quedó en cero. La explicación pasa por el cordón Caulle. Las emanaciones afectaron a cerca de 4.000 toneladas de fruta, que tuvo que ser derivada a la industria procesadora. A ello hay que agregar una merma de 3.000 toneladas por el calor veraniego.
Los precios, eso sí no respondieron al alza. La explicación estaría, según un exportador, en que no se habría transmitido con prontitud desde Chile la caída en la producción, por lo que los importadores siempre estuvieron a la espera de mayores volúmenes y los supermercados operaron con precios de promoción.
Crece agroindustria y cae Nueva Zelandia
Los dos mayores frutales, en cuanto a volumen, del cierre de la temporada son las manzanas y los kiwis. En ambos, los cambios en el mercado juegan a favor del bolsillo de los productores.
En el caso de las manzanas, la presión es doble. Las empresas agroindustriales ingresaron fuerte esta temporada a comprar materia prima, debido a la buena demanda mundial, especialmente asiática. Aunque no hay cifras oficiales, se estima que el 30% de la producción chilena de esa pomácea se fue a los procesadores.
"No sé si fue una temporada tan buena para las exportadoras, pero claramente sí lo fue para los agricultores", explica Renán Carrasco, productor y comercializador de la Sexta Región.
En el caso del kiwi, que ya comenzó a exportar, los precios se prevén buenos, por la caída del principal competidor del hemisferio sur, Nueva Zelandia, por un brote de Pseudomonas syringae pv. actinidiae en algunas variedades. Se espera que la oferta de ese país caiga en 21%, disminuyendo la presión en el mercado.
Fuente:El Mercurio de Santiago
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