“Para un agricultor que llueva o no llueva en estas fechas es un tema climático que no se puede manejar, pero lo que sí se puede hacer es no dejar que cuando llueva, el agua corra hacia el mar y eso implica sacar adelante obras como los embalses”, señala Fernando Jeldres de San Carlos. Su opinión es compartida por sus colegas de distintos rubros silvoagropecuarios. Hay otra opinión compartida que es sobre el famoso bombardeo de nubes, que planifica el Ministerio de Agricultura para la zona norte, que si se señala que es tan efectivo, que también se aplique en el centro sur que sufre con la sequía.
Fernando Jéldrez se dedica al maíz principalmente y en este momento está a finales de la cosecha. Afirma que el agua fue tan poca que ni siquiera tuvo que parar las faenas. También tiene este año, cultivos de remolacha y estima que el agua si bien algo ayuda es totalmente insuficiente, ya que en sus propias estaciones climatológicas, midió 3 y 4 milímetros en San Carlos y en Zemita sólo 2. “Para que la lluvia nos sirva como un riego, se requieren a lo menos unos 20 milímetros”, comenta. Agrega que los agricultores de precordillera que siembran raps y los que tienen empastadas, la situación es crítica.
Al igual que los otros agricultores consultados, Carlos González Mufdi ganadero y Alfredo Wahling lechero y remolachero, estima que más que un déficit de agua, lo que ha ocurrido es una mala distribución de las lluvias en esta temporada.
Alfredo Wahling, afirma que la situación es complicada, más aún con la legislación que obliga a cerrar las bocatomas en invierno, ya que para quienes dependen de los canales, ni siquiera se puede optar por el riego para solucionar la sequedad que afecta los cultivos.
Wahling explica que para los sembrados de granos de invierno, como trigo y avena, hay que contar con una lluvia antes de la siembra ya que esta hace germinar la semilla de las malezas y de esa forma se puede controlar, pero con lo que va avanzado del año algunos agricultores han tenido que sembrar sin tomar esta medida, lo que va a afectar los cultivos de esta temporada.
“Se había anunciado que la lluvia sería de unos 15 a 20 milímetros, lo que habría sido bueno, pero no cayeron ni 9, que es un aporte mínimo, aunque algo ayuda refrescando las siembras y praderas”, comenta el productor.
Carlos González cuyo rubro fuerte es la ganadería, aunque en los últimos años ha diversificado su producción a cultivos tradicionales de granos señala que “en el sector del aeródromo de Chillán cayeron 5 mm, en mi predio que está más hacia el norte 6,7 mm y en Coihueco 9 mm. Si bien esto humedece algo las praderas, es la nada misma y se evapora rápido. Yo creo que esto refuerza la necesidad de que se apoye la construcción de acumuladores, tranques, pozos zanja. Para esto los agricultores requieren de apoyo. También hay que apurar el tema de los grandes embalses”, señala González.
Fuente: Diarioladiscusion
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