Mientras algunos entendidos comentaron que no hay antecedentes que respalden fehacientemente la afectividad de la medida, otros cuentas sus positivas experiencias.
Ante la emergencia hídrica que vive el país, el Ministerio de Agricultura anunció que está en estudio un eventual “bombardeo de nubes” para generar lluvia artificial. Según el titular de la cartera, Luis Mayol, las precipitaciones podrían aumentar un 15%. Un porcentaje similar había dado un experto chino -como invitado por el seremi del ramo de la V región -adelatándose a la proyección oficial.
Transcurridos los días otros entendidos aportan al debate, con la salvedad de que estas nuevas visiones no son tan auspiciosas. Cristóbal Juliá, climatólogo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza) expresó -a diario el día-que tiene una visión bastante crítica respecto del respaldo técnico que puede tener este tipo de iniciativas. “Lamentablemente su efectividad carece de una investigación muy acabada”, sostiene.
Dice que desconoce el asesoramiento técnico que tiene el Gobierno para llevar a cabo esta idea, pero según su percepción, “no hay un porcentaje de resultados que esté absolutamente respaldado, que señale que se comprobó que, tras ser aplicado, aumentaron en cierto porcentaje las lluvias”.
Por su parte el hidrólogo Eduardo Rozas, también expresó sus reparos, ya que-comentó- no se han acumulado antecedentes anteriores, sobre la forma en que llegan las nubes y en qué meses es más adecuado realizar el proceso. “No basta aseverar que lo harán, como dicen, desde mayo, si no que se debe averiguar cuál es el momento más propicio”, recalcó. En todo caso, asegura que el procedimiento podría llegar a provocar mucho más que un 12% de aumento en las precipitaciones y que es “perfectamente factible”, agrega.
Buena Experiencia propia
Robert Hillard es el presidente de la Junta de Vigilancia del Río Cachapoal, en la región de O’Higgins. En esa zona llevan trabajando por 8 años con este sistema y, según los antecedentes aportados por este último, ha tenido óptimos resultados. Cuenta que en la actualidad tienen 8 equipos en la cordillera para estimular la precipitación nival. “A nosotros, de acuerdo a los análisis y a los estudios que hemos realizado nos está dando alrededor de 13% de aumento promedio”.
Respecto de si estos resultados podrían replicarse en la región, considerando que en el sur las precipitaciones son mayores, Hillard manifiesta que “cuando los años son climáticamente malos, lo más probable es que el incremento no sea muy bueno, pero cuando son buenos el aumento es mayor, por eso debe ser continua en el tiempo, no sólo hacerlo en los años críticos”.
Miguel Martínez es meteorólogo y participó en la experiencia que se realizó en la región de Coquimbo hace algunos años, a cargo de la empresa Cepriser. Asegura que, pese a los mitos que se generaron en esa ocasión, respecto de que no habría tenido efectos positivos y que incluso habría llovido en Argentina, los resultados obtenidos fueron óptimos. “Se produjo un aumento entre un 10% y un 15%”, indica, aunque el escenario climático, señala, no era el mismo que tenemos hoy.
Dice que existen muchos mitos respecto de la metodología, pero los atribuye al desconocimiento. Sin embargo, expresa que esta experiencia ya se ha probado en otros países como Israel, Sudáfrica o China. “Es una técnica absolutamente validada, respaldada por la organización meteorológica mundial y respaldada por cientos de programas que se han desarrollado alrededor del mundo”, precisó.
Fuente: Diariodelagro
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