Buscar nuevos motivos, para comercializar los productos agroalimentarios

Hoy mi hija ha llegado a casa cargada de flores de maría luisa, hierbabuena y laurel. Hoy a mi hija le han explicado la primavera, las flores, los colores y las tradiciones. Esta noche mi hija soñará con las leyendas que le han contado, leyendas de brujas que curaban con infusiones de flores, historias de viejos hechiceros que sanaban con ungüentos hechos de raíces. Hoy 11 de mayo día de Sant Ponç, patrón de los herbolarios y los apicultores, la calle Hospital de Barcelona se viste de fiesta, para festejar la llegada de la primavera y con ella la explosión de la naturaleza. Artesanos agroalimentarios de toda Catalunya venden sus mejores productos, en una festividad que si bien parece perdida en el tiempo, cada vez tiene más seguidores en la gran ciudad. Amantes de lo natural, seguidores de lo eco y de lo bio, al lado de señoras ancianas que todavía llevan el frasco de cristal vació para que le rellenen de miel nueva del año. Todos abarrotan la calle buscando algún producto que seduzca su mirada o endulce su paladar, mil tipos de miel, frutas confitadas y mermeladas de manzana, de pera, cerezas o naranjas, requesón, yogur, quesos artesanos. Pero sobre todo hierbas medicinales, manzanilla, orégano, menta o azahar sabrosos productos que benefician el cuerpo y el espíritu. En definitiva hoy la calle Hospital se convierte en un espacio urbano más humano, atemporal perdido en los rincones de la memoria.

Historia:

El Costumari Catalán, del mestre Amades, recoge esta tradición que data del siglo XVI, y antaño se realizaba delante de la iglesia de San Miquel de Barcelona. Otros historiadores sitúan su origen en la época romana, en las fiestas dedicadas a Flora, diosa de la vegetación. Sant Ponç, según la leyenda, llegó a Barcelona, y al ver tal cantidad de miseria y pobreza, se dispuso a preparar pócimas de hierbas medicinales y todo tipo de remedios con el fin de curar los males de la población. Por esta razón, y en agradecimiento a la labor de Sant Ponç, los barceloneses decidieron rendirle culto y celebrar la feria de las hierbas en su honor.

Además, esta fiesta está cargada de simbolismos y leyendas; sin ir más lejos, las creencias populares manifiestan que si limpias a fondo la casa el día de Sant Ponç, alejamos los parásitos de nuestro hogar durante todo el año. Antiguamente, era costumbre poner un paquete de hierbas, comprados el día de la feria, debajo de la cama con el fin de alejar los malos espíritus creyendo que esto tenía un alto poder sanador.

Comercialización:

En definitiva, hoy he escrito este post pensando en como podemos adaptar las tradiciones, para desarrollar acciones de comercialización de productos artesanos.

Hemos de pensar en abrir nuevos canales de distribución, pero sobre todo hemos de cargar de contenido, hemos de tematizar, y hemos de lograr que la compra ,de los productos agroalimentarios artesanos de calidad, se convierta en una hecho lúdico. Hemos de conseguir que los consumidores asocien la compra gastronómica con placer con diversión y para esto hace falta que los vendedores estén concienciados, y que los organizadores de eventos de este tipo estructuren un programa d’acciones acordes con el mercado. catas, degustaciones, cuenta cuentos, comida teatralizadas, o animación de la calle que hagan de la jornada un día único. Matiz importante no vamos a ponernos Kitch, como la cantidad de mercados medievales que se programan actualmente. Donde se han invertido los valores. Feliz día de Sant Ponç, y que el santo nos proteja de los malos espiritus.

Os invito a pasear por mis teruños: http://carlesmera.blogspot.com