Los cultivos de Itápolis en Brasil están cargados de naranjas, lo que debería ser motivo de celebración para los agricultores, pero la mayor parte de la fruta esta en el suelo y se pudre.
Un productor sembró 15 mil pies, que deben producir al menos 75.000 cajas. Nada ha sido negociado hasta ahora. “Esto es el peor momento de la citricultura”, dice el agricultor.
En los últimos años, las industrias producirán más zumo de lo que venderán y las existencias se encuentran llenas. Por otra parte, las exportaciones disminuyeron a Europa, principal comprador de zumo brasileño. La importación cayó un 3%. La venta de zumo concentrado a los Estados Unidos está suspendida desde enero, debido al uso de carbendazima, un pesticida prohibido allí.
El cultivo en todo el estado de Sao Paulo será aproximadamente de 370 millones de cajas.
Fuente: G1
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