Argentina: Varias regiones sufren daños en los cítricos por la sequía

Además de la región central de Argentina, la falta de lluvias está afectando al nordeste del país. Misiones se encuentra prácticamente en emergencia hídrica debido a la intensa sequía que afecta a esta provincia, donde desde hace dos meses dejó de llover. El fenómeno La Niña hace estragos y afecta a cultivos de todo tipo. No hay agua potable en numerosas poblaciones, mientras se queman reservas naturales, bosques nativos, pinos implantados.

Pese a estar al borde de tres grandes ríos como el Paraná, Uruguay e Iguazú y contar con más de 250 arroyos interiores, la sequía golpea fuerte. El intendente municipal de Bernardo de Irigoyen, Edgardo Aquino, la localidad más oriental del país fronteriza con Brasil, solicitó al gobierno conducido por el renovador Maurice Closs el envío de camiones cisterna porque la zona se está quedando sin reservas acuíferas.

En tanto, arden 150 hectáreas en el Campo San Juan, reserva natural propiedad de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), 40 hectáreas de pinares cerca de Campo Ramón en la zona centro y selva natural cerca de Andresito, donde los habitantes de esta progresista colonia van a Brasil en busca de agua potable. Se estima que los cultivos más afectados por esta sequía son el tabaco, los cítricos, la piscicultura (los estanques artificiales están agotados), la ganadería y la yerba mate, por la caída anticipada de hojas. Según Rosana Argüello, dirigente de la Asociación de Productores de Misiones (Apam), se perdería la mitad de la cosecha tealera, como consecuencia del mismo problema.

En Formosa, el 30% de los cultivos de algodón, sorgo y maíz ha sufrido serios daños. Los técnicos consignan que se está en la etapa de definición de los cultivos, sobre todo en el caso del algodón, un cultivo altamente resistente pero que en la actualidad está en una situación muy crítica.

La campaña se mostraba excelente hasta prácticamente el 20 de noviembre, cuando ocurrieron las últimas precipitaciones.

Hay zonas en las que los técnicos colocaron el termómetro contra el piso y registraron entre 57 y 58 grados, que es lo que sufre la planta.

Fuente: La Nación.