Las semillas de chía son un cultivo ancestral de creciente demanda mundial que permite asegurar grandes perspectivas económicas. Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) impulsan y reactivan su producción en el noroeste argentino.
Se trata de un alimento demandado principalemente por Estados Unidos, Japón y Europa, ante la tendencia de una vida más saludable. Su precio ronda los cuatro dólares el kilo.
José Luis Giménez Monge, jefe de la división legumbres y cultivos extensivos del INTA Salta, manifestó que "hay una tendencia mundial hacia una alimentación más saludable" por lo que los consumidores demandan cada vez más productos naturales y funcionales. "Este contexto mundial ubica a la chía en un lugar preferencial".
Marcela Fili, nutricionista del grupo agroalimentos del INTA Salta, consideró a este cultivo como "un alimento funcional natural con un altísimo contenido en nutrientes que aporta ácidos grasos Omega-3 –reductores de colesterol y del riesgo de enfermedades cardiovasculares–. Además, es un insumo de células antiinflamatorias, contiene antioxidantes y fibra dietética".
Giménez Monge expresó que se trata de una producción primaria pero con grandes posibilidades ya que puede de las semillas de chía puede se obtener harina o aceite vegetal. Además, al no conyener gluten, es apto para celíacos.
Hace diez años que se produce chía en pequeñas superficies de Salta y Jujuy y ya suman 500 hectáreas con potenciales rendimientos de hasta 1.200 kg/ha, agregó Giménez Monge.
Carlos Renfijes, técnico de INTA, agregó que aporta energía a quien las consumen, facilita la digestión y mejora la salud del sistema nervioso. Además, se usan para extraer aceites útiles para la industria farmacológica, en particular para el sistema cardiovascular.
También la fibra mejora el tránsito intestinal, ayuda a controlar el apetito y los niveles de azúcar en sangre. Favorece el desarrollo de tejidos y a la salud de los sistemas nervioso e inmunológico.
La nutricionista recomendó mezclar el grano entero levemente molido –para una mayor absorción de sus propiedades– con yogures, jugos, ensaladas, panificados o demás preparaciones cotidianas. Debe ir acompañado de una alimentación sana y equilibrada.
FUENTE: INTA.
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