El Instituto de Investigaciones Forestales y Agropecuarias (IIFA), ente descentralizado del Ministerio de Producción, desde hace 23 años propone y promociona forestar en la provincia del Chaco. Así es que en el reciente Congreso Maderero llevado a cabo en Resistencia organizado por la Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (FAIMA) presentó una propuesta de modelo productivo.
Hoy por hoy, ya posee una trayectoria de trabajo continuo y uniforme que se fue forjando durante el transcurso de estos últimos años. Y en ese sentido es que mantuvo una línea coherente, tanto en su política forestal y agropecuaria como en su presencia ante productores y en la comunidad misma.
Para incrementar el desarrollo del sector forestal de la provincia es necesario el trabajo articulado por una integración entre las instituciones, del sector privado, del sector público y la participación de la comunidad en general.
Cada plan, proyecto o acción que se lleva adelante tiene como fin último lograr la expansión del cordón forestoindustrial sustentable de la provincia y la protección del ambiente.
Por otra parte si bien es cierto que desde los principios de gestión, el IIFA propuso y promocionó como especie principal recomendada para forestaciones en la provincia, al Algarrobo blanco (Prosopis alba), no es casual ni fortuito, ni mucho menos un capricho sobre esta elección sino por el contrario, debido a todos los beneficios que esta especie aporta al ambiente y su adaptación inmejorable a una gran amplitud de sitios, por la propia rusticidad de una especie nativa.
Pero fundamentalmente, el impacto más incidente que produce ambiental, social y económicamente, es la presión extractiva de esta especie en los bosques nativos de la región, lo que finalmente provoca un inexorable déficit de la clase diamétrica cortable y, consecuentemente, genera un período de tiempo ocioso en el ciclo industrial y comercial.
Considerando que el valor de la tonelada de Algarrobo supera por el triple al valor de la tonelada de algunas maderas introducidas en la región y el turno de corte (cosecha), prácticamente no difiere entre el algarrobo y el pino, por ejemplo, son razones motivadoras para el IIFA seguir sosteniendo la línea con la que se viene trabajando.
Pese a todo lo descripto, el IIFA en ningún momento excluye a las especies exóticas o introducidas de su paquete de investigación, forestación y seguimiento, recomendables para la región. La propuesta del IIFA que a través del cuerpo técnico baja al sector de productores, deja el mensaje concreto de cuál es la estrategia de forestación y sus beneficios desde el momento de plantación inicial y sus etapas posteriores con tratamientos silvícolas, con el beneficio financiero de la Ley 25.080, hasta el momento de la cosecha forestal, en la que a lo largo de ese período, se incluye un manejo de agroforestería completo, tales como agricultura intercalar en los primeros años de la forestación; y luego forestoganadero, cuando ya la altura de los árboles superan la etapa crítica del ramoneo del ganado, generando la posibilidad de implantación de pasturas.
FUENTE: DÍA POR DÍA
Además en esa etapa, el algarrobo empieza a producir chauchas, ya que conocidas son sus propiedades proteicas y palatables para el ganado tanto mayor como menor, para entrar entonces a un manejo de corte netamente forestal mediante los tratamientos silvícolas (poda y raleo) que siguen generando beneficios, en partes por el crédito no reintegrable que contempla la Ley, y en otras por las posibilidades comerciales de productos obtenidos en esas prácticas, para llegar finalmente al turno de corta con su máximo rendimiento y alta productividad.
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