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Argentina: La biotecnología busca cultivos resistentes a la sequía

La actual situación de sequías temporales que se está viviendo en estos días en toda la zona productora de granos de la Argentina, en la que Tucumán no está exenta, nos demuestra a las claras que el principal reto que tiene el país y el mundo es la disponibilidad del recurso agua. Disponer del recurso agua no solo es poner la vista en el cielo y rezar a quien el productor crea conveniente, para que caiga rápidamente en el momento que se la necesite, más ahora que los cultivos están “desesperados” para poder no sólo crecer, sino y en la mayoría de los casos, para sobrevivir. No hay dudas que se trata de un recurso indispensable para producir alimentos y que debe ir bien acompañado por el recurso suelo y la tecnología de siembra y la producción que el hombre, con su conocimiento e inteligencia, pone al alcance del “Hombre de Campo”.

Según diferentes estudios realizados en todas partes del mundo, se remarca que la disponibilidad del recurso agua se agravará en los próximos años. A esto hay que sumarle que la población mundial superará los 9.000 millones de personas en algo más de 30 años y que necesitaremos que la producción de alimentos se incremente 70% para cubrir la demanda de todos los habitantes. La disponibilidad de tierras y de agua es cada vez más escasa y se suma a que el agua dulce debe, a la vez, servir para el consumo humano, como primera medida, y después para riego, uso industrial y como bebida para el ganado.

Por todo ello, una gestión óptima de un recurso tan escaso y valioso es fundamental para la supervivencia humana, un recurso que la tecnología aplicada al campo y la biotecnología puede ayudar a preservar. Es indudable que preservar el agua es hoy lo primero que se debe hacer, no dejar que el agua como viene se vaya y que no exista nada que no permita usarla eficientemente.

La inteligencia del hombre busca embalsarla, encauzarla y distribuirla en los campos de la mejor manera posible, con adecuados equipos de riego. La tecnología aplicada al campo puso al alcance del hombre rural herramientas como la siembra directa, las rotaciones y los manejos adecuados de los cultivos para lograr que estos capten y almacenen de la mejor manera posible el agua de lluvia, que muchas veces precipita en momentos que el cultivo no la necesita, pero queda guardada en el suelo para el momento oportuno.

La biotecnología es hoy un nuevo pilar en el que se asienta el sistema productivo mundial, cuyas investigaciones lograron poner al alcance del productor eventos biotecnológicos para mejorar la productividad por unidad de superficie con creces. La Organización de las Naciones Unida para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirma que los cultivos transgénicos son una de las herramientas claves para asegurar el suministro alimenticio futuro y para permitir que la actividad agrícola siga siendo productiva, a la vez que se lucha contra los efectos del cambio climático. El aporte de la biotecnología no es la creación de una única variedad resistente a sequía, sino el desarrollo de un amplio abanico de variedades que se adapten de una forma óptima a las condiciones climatológicas extremas de la región donde se vaya a producir el cultivo.

Frente al actual contexto internacional que se vive, con récord de aumentos en los precios de los alimentos y la escasez de los mismos, la biotecnología es un aliada importantísima para mitigar los efectos de la sequía y permitir que las pérdidas en la producción no sean tan altas como las que se hubieran padecido de no contar con las herramientas existentes. Todo el paquete productivo que viene de la mano de la tecnología y de la biotecnología, como la siembra directa, el control de malezas, la mayor libertad para decidir la fecha de siembra con las diferentes variedades y la resistencia a insectos y enfermedades, produce un salto cualitativo y cuantitativo que se traduce en más alimentos para más gente.

Hoy la sequía golpea pero no hay dudas que el golpe sería mayor si no existiesen los aportes tecnológicos que se vienen dando. Debemos entender que la escasez de agua durante los periodos críticos de los cultivos es una de las variables que provoca la mayor disminución del rendimiento y en muchos casos las pérdidas totales del cultivo, por lo que trabajar, tanto el productor, las organizaciones gremiales, las autoridades que toman decisiones y las instituciones y empresas de investigación y desarrollo, servirá para mitigar de alguna manera los efectos no deseables que generan las sequías que se dan de a periodos, muchas veces más cortos, sean cada vez menores, en pos de lograr un mejor y más eficiente uso del recurso agua.

FUENTE: FAO

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