El sector rural argentino, que en 2008 puso en jaque al Gobierno con sus protestas pero luego no logró consolidar su influencia política, podría aliarse con el jefe de la mayor central obrera del país para presionar juntos por cambios en el modelo, en medio de señales de desaceleración de la economía.
El Gobierno de Argentina, uno de los mayores proveedores mundiales de alimentos, regula los mercados de granos para garantizar el abastecimiento local y el fisco se alimenta en gran medida de los impuestos a la exportación agrícola.
Tras las masivas manifestaciones que cuatro años atrás desequilibraron la economía local, los productores intentaron sin éxito lograr cambios en la política oficial.
Al mismo tiempo, el grupo que une las cuatro asociaciones del sector se encuentra muy limitado por sus diferencias internas, lo que lleva a la entidad más numerosa a explorar nuevas alternativas.
Y el momento oportuno parece haber llegado. El quiebre total de la alianza entre el Gobierno y Hugo Moyano, líder de la principal central de trabajadores que ahora desafía abiertamente a la presidenta Cristina Fernández , podría ser el nuevo vehículo para los reclamos del sector agrícola.
"La posibilidad de una alianza con Moyano nosotros la vemos muy viable", dijo a Reuters Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), que agrupa a miles de agricultores de baja escala.
"Es muy posible una marcha donde estemos juntos estos sectores en este presente", advirtió el lunes en declaraciones a una radio local el dirigente, que agregó que también están dispuestos a movilizarse con otras importantes entidades gremiales y empresariales.
Hugo Moyano es también la cabeza del poderoso sindicato de camioneros, que tiene en sus manos la sensible tarea de transportar los granos argentinos hacia los puertos y las plantas procesadoras, en un país con una infraestructura ferroviaria que hace décadas está en decadencia.
En las últimas huelgas comerciales de los productores de granos, fueron los camioneros quienes mantuvieron el flujo de materias primas en Argentina al llevar los inventarios acumulados por los intermediarios hasta las terminales agrícolas.
Entonces, un paro conjunto podría cortar toda la cadena y causar un impacto mucho mayor en la economía, que en los últimos dos meses mostró señales de desaceleración con un retroceso en el índice de actividad general en mayo -la primera caída desde el 2009- y una tercera contracción consecutiva de la producción industrial en junio.
FUENTE: Terra
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