“El Gobierno brasileño espera que, tras todos los esfuerzos para aclarar la situación y ante el pronunciamiento de la Asamblea Mundial de la OIE, se normalice plenamente el comercio bovino con socios comerciales que impusieron restricciones al producto brasileño”, según un comunicado de la Cancillería brasileña.
La nota hace referencia a los 17 países que suspendieron en diciembre pasado sus importaciones de carne bovina de Brasil, entre ellos Japón, China, Sudáfrica, Arabia Saudita y Egipto, tras registrarse en el país un caso atípico del mal de la “vaca loca”.
La Cancillería brasileña destacó en su nota la decisión anunciada ayer en París por el pleno de la Asamblea Mundial de la Organización Internacional de Sanidad Animal de mantener a Brasil en la lista de países con “riesgo insignificante”, el nivel más bajo, para la llamada Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), pese a dicho caso.
Según el comunicado, la decisión de la asamblea ayer confirma un parecer de una comisión técnica de la OIE de febrero pasado según el cual el caso registrado en el país “no redunda en riesgos para la salud pública y animal de Brasil o de sus socios comerciales”.
Algunos importadores anunciaron en diciembre pasado un veto a la carne brasileña luego de que se confirmara un caso de la enfermedad en el estado de Paraná, en el sur del país.
El caso, clasificado por el Gobierno como “no clásico”, fue confirmado por pruebas de laboratorio realizadas a una vaca que murió en Paraná en 2010, y que mostraron que la vaca poseía el agente que desencadena la EEB, aunque el animal no manifestó la enfermedad ni murió por esa causa.
Para revertir el veto, el Gobierno brasileño inició una intensa campaña diplomática para ofrecer informaciones sobre la seguridad del sistema sanitario brasileño y sobre la condición atípica del caso registrado.
“Fueron realizadas gestiones por medio de la red de 139 embajadas de Brasil en el exterior y debates en organismos internacionales como la OMC y la propia OIE, así como enviadas misiones a diversos países”, según el comunicado.
Dichas acciones, agrega la nota, permitieron minimizar el impacto comercial provocado por el caso y reducir a sólo 17 el número de países que mantuvo las restricciones contra el producto brasileño.
Brasil, país que preside Dilma Rousseff, es el mayor exportador de carne bovina del mundo, con ventas en 2012 que llegaron a 1,24 millón de toneladas por un valor de u$s 5.766 millones. Las exportaciones del año pasado crecieron un 13% en volumen y un 7% en valor frente a las de 2011.
Según previsiones del Ministerio de Agricultura, Brasil puede convertirse en 2020 en el abastecedor del 44,5% de la carne bovina consumida en todo el mundo.
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