La simple apariencia, hasta el peculiar sabor, su toque salobre y jugosidad hacen del tomate margariteño uno de los productos más solicitados tanto por residentes, como por turistas, proveedores de supermercados, restaurantes y hoteles. Paradójicamente dicho tomate no es “profeta en su tierra”, porque la oferta en cuanto a producción no compensa la demanda. El encarecimiento de este rubro agrícola lo convierte en “todo un lujo”, a razón de 40 a 50 bolívares el kilo y es difícil que en los hogares insulares éste forme parte de la dieta regular.
Solo esporádicamente los margariteños y cochenses disfrutan de este tomate peculiar, porque cultivos similares de tierra firme nunca lo igualan. A falta del margariteño bueno es el tomate “perita”, el cual también recientemente sufrió “una subida de precios”, hasta ubicarse en los mercados entre 40 a 46 Bs. el kilo. Por fortuna esta semana su precio “está bajando” y se consigue en Bs. 36, refirió un regente de supermercado.
José Rodríguez, miembro de la Coordinadora Nacional Ezequiel Zamora y fundador del Conuco del Abuelo, sitio agro-turístico de la población de La Fuente, explica que si bien el tomate margariteño tiene buena salida, hay que reconocer que su cultivo no es nada fácil, porque está sujeto al clima, al control de plagas y a la necesidad de riego. “Claro, hay gente que en sus tierras se las arregla para obtener el agua con pozos o sistemas de riego propios, pero en general la producción no es masiva. “Necesita atención”.
A la hora de invertir muchas veces el productor se inclina a ampliar la producción hacia otros rubros más rentables y de siembra menos difícil, como por ejemplo la del ají margariteño.
Eso hace, por ejemplo, que en tierras de Manzanillo, hasta ahora más familiarizados con la siembra de patilla, auyama, berenjenas o chimbombó, para mencionar algunos de los más tradicionales, exploren actualmente con varias hectáreas de ají dulce que se coloca muy bien en los mercados, explica el agricultor José Gregorio Subero.
Rodríguez aborda otro problema relacionado con la mano de obra. Al viejo campesino actualmente se le dificulta conseguir quien lo ayude. Pocos quieren trabajar la tierra…
Con el comercio, el turismo y la pesca, la agricultura ha sido relegada, a pesar de contarse con fértiles tierras en la isla de Margarita. El presidente de la Federación Campesina en Nueva Esparta, Valeriano González, dijo que debe haber mayor incentivo y que la política agraria se enserie en apoyo a los productores. “En Margarita hay 4 mil 800 hectáreas con vocación agrícola según el Plan de Ordenación Territorial, pero la agricultura continúa incipiente”.
fuente elsoldemargarita
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