No hay ningún otro rubro de la economía uruguaya que durante 200 años de historia haya resistido ser el único que exporta”, dispara Juan Peyrou y a los que dicen que el país debe dejar de producir bienes primarios para alcanzar el estadio del desarrollo los desafía con firmeza: “Que me digan a qué tenemos que dedicarnos. ¿A qué?”.
Con la experiencia de haber integrado (parte como director) durante 15 años de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y el conocimiento de la actualidad agroindustrial que le da el contacto diario con inversores en ese rubro de actividad, este ingeniero agrónomo que integra la dirección del Programa de Agronegocios de la Universidad Católica y se manejó como probable ministro de Ganadería de Luis Alberto Lacalle previo a las últimas elecciones nacionales que el exmandatario nacionalista perdió con José Mujica, advierte que la izquierda juega con fuego al arremeter contra “el único sector que es capaz de vender su trabajo en el exterior”. Asegura además que la pérdida de competitividad es similar a la que existía previo a los últimos dos quiebres cambiarios de 1982 y 2002, lo que ha provocado que grandes frigoríficos hayan paralizado algunas de sus plantas de faena
Advierte que en el actual gobierno existe una carga ideológica contra el agro que comenzó en 2006 con “el asado del Pepe” y continúa hasta la actualidad con la instalación del ahora derogado Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR) y la reinstauración del Impuesto al Patrimonio. A continuación una síntesis de la entrevista con El Observador:
¿Cuál es la situación actual y las perspectivas de la agropecuaria? Hay cierta prédica en el sentido de que el rubro perdió relevancia en la economía y que hay otras actividades más importantes como el turismo y los servicios en general. ¿Eso es real?
Eso es real en parte pero responde a una visión citadina de las cosas.
El agro dejó de crecer y este año posiblemente tampoco va a crecer. No se puede decir que cuando le va bien es el clima y cuando va mal es el gobierno, pero la realidad es que no hay inversión. Entre 2006 y 2011 el PBI creció 40% y el agro perdió 1%. No está creciendo desde 2006 porque la inversión está parada y eso no es propaganda política. El agro es el único que puede vender trabajo uruguayo en el exterior ya que ni el turismo porque es caro. ¿Y quién financia esta fiesta del mercado interno en donde todo el mundo gana toneladas de dinero? A través de un sector competitivo que es el agro pero en el largo plazo no se puede sostener y si tenés estancamiento esto es una bomba con la mecha prendida, algún día esto se complica. Probablemente no explote mañana pero la historia ya nos ha enseñado de esto. A los que dicen que hay que abandonar los productos primarios y dedicarse a otra cosa yo pregunto ¿a qué? Agregar valor es caro y no es culpa del agro sino que Uruguay es caro.
¿Cómo observa el nivel de competitividad del agro?
El atraso cambiario está en los peores niveles de la historia, solo en el 82 estuvo peor. Somos caros y si tu trabajo se retribuye más que en el mundo no lo vas a poder vender. Es la forma en que la sociedad capta el ingreso del sector agroexportador, que lo está matando. Y las políticas públicas vía más déficit fiscal y mayores salarios es echarle leña a la hoguera. Si tu trabajo sale caro y no lo podés vender en el mundo es un problema. La gente tiene que entender que hay reglas en la economía, que la oferta y la demanda juegan que si hacés un trabajo tiene que haber inversión y eso es lo que se está parando.
La instalación del ICIR y la posterior reinstauración del impuesto al patrimonio tras haber sido declarado inconstitucional ¿está generando algún impacto en la corriente inversora hacia el agro?
Hay un impacto aunque no se pueda cuantificar. Esto es estrictamente ideológico no fiscal. Para un Estado que gasta US$ 600 millones, US$ 60 millones que es lo que dicen que iba a recaudar el ICIR no es nada. Esto se trata de pegarle a la competitividad, no permitir que el agro crezca en escala, desconocer que hay atraso cambiario y cortarle las patas que se requiere para poder crecer y poder competir. Un estudio de Opypa demostró que los impuestos a la tierra lo que hacen es bajar el precio de los campos, aumentar el tamaño de los predios y bajar la productividad, es decir, lo contrario a lo que se dice buscar. El agro paga de impuestos igual o más que los demás sectores y ahora con este nuevo mamarracho va a pagar mucho más.
¿En qué niveles está la competitividad del agro?
La competitividad está en los peores niveles de su historia, no es manija política; cada diez o veinte años se da una devaluación, 1982, 2002 (muestra una gráfica de tipo de cambio real que lo ilustra). Eso es fiesta para todos menos para el que exporta que tiene que salir a vencer aranceles, trabas. Además hay un permanente clima de hostigamiento y cambio de reglas como el permiso para exportar ganado que es ilegal, inconstitucional y está destruyendo el mercado porque es muy perverso, hemos transformado un certificado sanitario en regulador de la corriente comercial. Ahora es noticia que dejen salir exportaciones de ganado ¡Ya no es libre!, y eso ya lo decía Artigas: es demasiado veleidosa la voluntad de los hombres.
Hay un conjunto de cosas que explican porque el agro en el mejor período de la historia en materia de precios no crece y la inversión está parada. El asado del “Pepe” le costó al sector ganadero US$ 250 millones por la brecha entre el precio de exportación y mercado interno, coordinaron una cosa que es ilegal. La amenaza de tocar la cuota Hilton en función de intereses políticos y no de maximizar los retornos fue otra. Todo eso explica que el agro en el mejor período de precios de la historia no crece. No crece porque no hay inversión, está parada porque la inversión requiere reglas, certezas. Entre las amenazas que algunas se concretan y otras no está el ICIR. ¿Cuál es el objetivo? La concentración de la tierra que efectivamente se verificó en el censo y desaparecieron 12 mil productores. Pero la concentración es una consecuencia del mercado porque se agrandan de tamaño porque buscan más competitividad y productividad, limitar eso es limitar la competitividad y pegarle al que vende afuera. ¡Con eso no se juega! Podés jugar con el tamaño de los kioscos, de las tiendas, pero con esto no. Es como si en una casa solo uno laburara y a ese vos lo cargás más que a los demás, al que vende su trabajo afuera. La concentración es una expresión de la competitividad, del aumento de tamaño de escala Hay que ir contra eso. Lo que sí podés buscar es que la sociedad participe de eso por ejemplo a través de las Afaps, los fideicomisos, etc. Se debe promover la forma que las empresas sean más competitivas, no al revés. El ejemplo de Conaprole es buenísimo y nadie se asusta pero sin embargo estamos siempre tratando de impedir. Hay que lograr que la sociedad invierta en el campo, en soja, ganado, etc. y no hacer pagar al agro por una cuestión ideológica. Hay que abrir todos los mecanismos posibles no cerrarlos pero hacemos todo al revés, todos tienen sociedades anónimas menos el agro. ¿Y después quieren que no se concentre en pocas manos? Si la escala es un objetivo y tu impedís que las grandes masas participen de las grandes escalas no tiene sentido. El agro paga lo que paga todo el mundo y un poco más. Ahora con este zafarrancho va a pagar mucho más. Con todo ese combo se hipoteca el futuro del agro. Perdimos seis años preciosos y no se hizo nada, no tenemos más inversión. Caminos no tenemos, puentes no tenemos, puertos no tenemos, ¿dónde está toda la plata que se recaudó? ¿Y quieren más ahora? ¿Qué servicios prestan las intendencias? Los fletes son caros Todo va generando pérdida de competitividad, es una sumatoria de cosas. En Vichadero aparecieron El Tejar, aDP, MSU y otros y ya se están yendo todos por los fletes que son los más caros del mundo, cuesta dos veces más caro llevar una tonelada de Vichadero a Nueva Palmira que de Palmira a China: 70 contra 21. Leí a (Marcos) Guigou, de Agronegocios del Plata en El Observador decir que si el trigo no está muy cerca del puerto o del molino no lo planta más. Eso es perder competitividad.
Los frigoríficos pidieron por carta al gobierno una devaluación o aumentar la devolución de impuestos y advirtieron por el riesgo de cierre de plantas. ¿Existe tal riesgo?
Ya es una realidad. Marfrig por ejemplo tenía cuatro plantas muy buenas y tiene dos cerradas (Colonia y Florida) porque los márgenes se han ido achicando, achicando, achicando por debajo de la tendencia. Los costos salariales se triplicaron en los últimos siete años, la energía se duplicó y el margen del negocio se ha venido achicando. Eso va a llevar a una concentración no tengo dudas y alguno va a salir no se si ahora, dentro de tres meses o un año. Pero va a ocurrir. Parte del problema es la escasez de ganado en el momento de mayor bonanza y eso implica capacidad ocioa y hay riesgos crecientes.
fuente elobservador
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