A Savéol, conocida por su producción de tomates, le encanta sorprender. Esta vez, con la llegada de halófilos, como el hinojo marino, que crece en las dunas y en las marismas, pero también puede cultivarse en invernaderos. "Es una planta que no necesita mucho en cuanto a energía y trabajo", dice Philippe Daré, presidente e Savéol. "El invernadero no está calefactado y el hinojo marino crece en esteras de fibra de coco, que se recicla de otros productores".
El hinojo marino solo crece durante unos pocos meses al año en la naturaleza y puede tener un sabor bastante correoso. En los invernaderos, el hinojo marino crece desde abril hasta octubre y tiene dos cosechas. Además, se mantiene suave. El secreto está en regar las verduras con agua salada, que se transporta a través de tuberías de acero inoxidable. En 2012, se vendieron 64 toneladas de hinojo marino en Francia y en el extranjero. "Esperamos duplicar esa cantidad en 2013 y ampliar la gama con otras verduras marinas", dice Daré.
El 19 de abril, el Ministerio de Agricultura, Stéphane le Foll, visitó Savéol. No solo visitó los invernaderos donde se cultiva el hinojo marino, sino que le Foll visitó también un invernadero en Guipavas donde se crían insectos que se alimentan de arañas rojas y otros enemigos de los tomates. En treinta años, esta cooperación ha reducido el uso de productos fitosanitarios en un 90 %. La nueva ampliación ha costado 2,5 millones de euros.
Fuente: Fresh Plaza
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