En los últimos diez años la agropecuaria dominicano ha sido impactada fuertemente por fenómenos naturales y plagas que han agujereado la economía. Los nombres de esos fenómenos han sido distintos, pero muchos de ellos han tenido elementos coincidentes: han arrasado con plantaciones de plátano, frutales, arroz, hortalizas y ganado y han obligado al gobierno y a los propios productores a disponer de millonarias sumas de dinero para su recuperación.
En el caso de las plagas, aunque entre 2008 y 2012 el país no ha recibido ninguna enfermedad que pueda afectar o amenazar la producción agrícola, cuando se echa una mirada al pasado, aparecen malos recuerdos de episodios en los que sí se produjo la introducción de plagas invasivas al país, como la broca del café, el ácaro de coco, la mosca blanca de invernadero y el caracol del arroz.
El fenómeno natural más reciente que tocó el país fue el huracán Sandy, cuyas lluvias dejaron daños en la agropecuaria por RD$993.3 millones, según cifras oficiales. Los mayores estragos fueron cultivos de plátanos, hortalizas y otros rubros. Esa situación produjo en los días posteriores alzas de precios en algunos de esos alimentos a nivel comercial.
Antes de Sandy, por República Dominicana pasó la tormenta tropical Issac. En lugares como Jimaní, el paso de esta hizo colapsar la agricultura, considerada de subsistencia pues se consideró que el 90% de los daños recayeron en ese renglón en toda la provincia Independencia, a la que pertenece Jimaní.
Entre 2003 y 2012, entre las tormentas y huracanes que cruzaron por República Dominicana figuran: Odette, Alpha, Jeanne, Irene, Emily, Tomás, Mindy, Gustav, Hanna, Dennis, Anna, Noel, Olga, Isaac y Sandy.
En noviembre de 2003 los productores de banano reportaron pérdidas económicas por RD$180 millones, debido a los torrenciales aguaceros que dejó a su paso la tormenta Odette. Otros renglones de la agricultura también fueron afectados. En diciembre se reportaron daños en el 35% de las plantaciones de plátano en Bahoruco (sur del país) como consecuencia de las lluvias de ese mes.
En 2004 el país volvió a ser sacudido de nuevo. Esa vez, el huracán Jeanne dejó pérdidas por RD$9,647 millones, indicó la entonces Secretaría de Agricultura (actual ministerio). Sin embargo, un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) cuantificó los daños de ese momento en RD$8,636 millones en el agro y otras áreas. La institución presentó un informe donde indicaba que los daños de Jeanne habían impactado el producto interno bruto dominicano con el 1.7%.
En los primeros días de octubre de 2005, el gobierno se vio obligado a disponer la entrega de RD$150 millones para resarcir los daños que en esa ocasión produjo la tormenta Alpha, que afectó especialmente el suroeste del país. Ese mismo año los cultivos dominicanos sufrieron otra “visita poco agradable”.
Se trató del huracán Dennis, que tiró por el suelo las inversiones de muchos productores agrícolas. En el 2006 el país tampoco se libró de los problemas atmosféricos. En ese año, torrenciales aguaceros afectaron también varios cultivos.
Noel, Olga y otros más
A finales de 2007, faltando pocos días para culminar la temporada ciclónica (la temporada de huracanes en República Dominicana inicia el 1 de junio y termina el 30 de noviembre) las tormentas Noel y Olga hicieron estragos. El entonces director del Instituto Agrario Dominicano, Quilvio Cabrera, informaba que Noel había dañado 350 mil tareas de varios rubros, especialmente, las plantaciones arroceras del Bajo Yuna. “No salió ningún producto agrícola ileso”, informó en otro escenario el entonces ministro de Agricultura, Salvador Jiménez, cuando se refirió a Noel.
Los productores, de su lado, pidieron al presidente de la República la asignación de por lo menos RD$1,000 millones, a través del Banco Agrícola para que fueran colocados esos recursos de manera gradual en el mercado para reducir los efectos del evento atmosférico.
En el caso de Olga, los efectos dejados obligaron al entonces presidente Leonel Fernández, a disponer de RD$1,967 millones para mitigar los desastres. En el 2010, aunque no dejó daños mayores, el huracán Tomás, constituyó una amenaza para las inversiones agrícolas.
En el año 2011, República Dominicana tuvo las “visitas” de la tormenta Emily y el huracán Irene. Ambos dejaron miles de tareas inundadas. Los daños fueron severos en la agricultura, aunque de manera concreta no se ofrecieron cifras. l
Dolor de cabeza viene desde los años lejanos
En 1975 se reportó la presencia de la mosca blanca del tabaco, afectando a vegetales y ormamentales. En 1978 apareció la mosca blanca de invernadero, causando daños a los cultivos de habichuela, vegetales y tomate industrial. La merma a la producción se calculó en un 48%. En ese año también apareció el ácaro del ajo.
En el caso del ácaro de coco, este llegó en 1979. Ese mismo año llega la peste porcina africana que obligó a sacrificar 1.4 millones de cerdos. Las pérdidas se calcularon en US$37 millones. En 1979 apareció el moho del tabaco, controlar eso en 150 mil tareas costó RD$90 millones/año. Entre 1980 y 1990 las plagas introducidas a RD afectaron otros rubros como berenjenas y vegetales, aguacate, tomate industrial (1993) la lechosa, los cítricos y la yautía.
Fuente: http://www.fao.org
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