Recientemente, Prensa Regional Moquegua difundió entre sus páginas un artículo que hacía referencia a un hecho concreto, el 96 por ciento de las exportaciones de la región responde a la producción minera, pero eso no quiere decir que la minería se oponga al desarrollo de otras actividades económicas.
Todo lo contrario, gracias a la actividad minera, Moquegua cuenta con una generadora de energía a carbón (la única existente en el país), con uno de los puertos que moviliza mayor volumen de carga, que es uno de los bolos propuestos para la construcción de una planta petroquímica –que esperamos siga siendo viable tras el descubrimiento del “shale gas” en los Estados Unidos-, que cuenta con una carretera binacional, que tiene el mayor logro educativo y uno de los mayores niveles de alfabetización y matrícula entre todas las regiones, que –en adición-tiene previsto convertir en recursos económicos una riqueza ya yace inerte en su subsuelo. También, por cierto, tiene potencialidad para generar energía geotérmica con el aprovechamiento de los volcanes.
Moquegua, asimismo, es una región que produce productos de pan llevar en gran variedad, entre ellos deliciosas frutas y, como consecuencia de su buen clima, vinos y piscos incomparables.
Moquegua no depende de la minería, porque la dependencia es una actitud, una disposición inherente a la persona. Los pobladores saben que la minería es una oportunidad económica relevante para mejorar su infraestructura vial, hídrica, de servicios educativos y de salud, de turismo, de entretenimiento, entre muchas otras opciones.
Moquegua sabe que el futuro no es una actividad en particular, el futuro es el conocimiento, la transformación de la riqueza natural en bienes intercambiables, permanentes y sostenibles. Moquegua, por ejemplo, ha hecho el tránsito del buen vino y pisco de chacra al embotellado, etiquetado y participación en ferias.
Moquegua sabe que la inversión generará mayores puestos de trabajo productivos, de la mano de una mayor especialización de su población, sea porque otros peruanos vendrán a capacitarlos o sea porque una vez capacitados y especializados ellos irán a otras regiones a desarrollar agricultura, minería, pesca, geotermia, construcción, transformación de desechos sólidos en combustibles, etc., etc.
Moquegua puede convertirse en la región con mayor Índice de Desarrollo Humano en los próximos años y emprender con optimismo el desafío del desarrollo. En el siglo XIX, Moquegua fue uno de los principales productores de vinos del mundo, una de las pocas regiones en el Perú que contaba con un ferrocarril para el transporte de su producción agrícola, también por entonces se pudo haber dicho “Existe fuerte dependencia por la producción vinícola”. Sinceramente, creemos que no.
Moquegua es un lar cálido, de gente amable, con montañas santuarios como el denominado “Cerro Baúl”, desde su cúspide apreciar la puesta de sol acrisolada de múltiples colores da rienda suelta a la imaginación artística que estimula, satisface y trasciende el espíritu, pero también, a la productiva que nos garantiza la supervivencia del templo que llamamos cuerpo.
fuente perualdia
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