“Consideramos que la utilización plena de esta tecnología contribuirá a mejorar la competitividad de la soja producida en Paraguay, fortaleciendo el posicionamiento internacional del producto”, dicta un dictamen del MAG del 2011 y 2012, reproducido en la resolución.
La resolución también cita el dictamen favorable de la Comisión Nacional de Bioseguridad Agropecuaria y Forestal (Conbio), que argumenta los informes remitidos por las entidades pertinentes, además de citar la liberación de la semilla en Brasil, México, Argentina, Unión Europea, Corea del Sur, Uruguay y Colombia.
El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) argumenta en una nota entregada en enero de este año que la seguridad de la variedad de soja liberada fue demostrada “por numerosos estudios y por su misma utilización como alimento por más de 50 años”.
“No se observan toxicidad (en la semilla) o que contenga potencial alergénico puesto que constituye una muy pequeña parte de estas proteínas en la ración y además no comparte similitudes estructurales o de secuencia con toxinas conocidas”, detalla el escrito.
El Senacsa dicta también que los estudios demuestran una “alta digestibilidad” de la semilla y que “no contienen genes marcadores de resistencia a antibióticos”. “Ante todo lo expuesto y a la luz de las publicaciones científicas consultadas, se considera que su puesta al mercado tendría el mismo riesgo que cualquier otra soja comercial”, concluye el informe de Senacsa.
El Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición emitió también una nota el 11 de febrero donde concluyen que la variedad múltiple de soja “es tan segura como su equivalente convencional”, sin embargo, destacan que “es necesario realizar acciones de vigilancia y control que sean pertinentes para prevenir, evitar, mitigar y controlar eventuales efectos adversos a la salud humana”.
Fuente: Agromeat
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