La producción de plátano está en peligro. Hace dos años las inundaciones en las regiones donde se produce el fruto afectó a las plantaciones, y desde entonces los precios al consumidor han tenido considerables aumentos, tras la pérdida de la producción en el distrito de Barú y en la provincia de Bocas del Toro.
Para Leonardo Marcelino, gerente de proyectos de plátanos por el Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá, ese cultivo —al igual que otros— tiene un mercadeo bastante dinámico; sin embargo, con el pasar de los años la actividad ha sido desplazada por la siembra de palma aceitera.
Según Marcelino, actualmente existe una reducción en las áreas de siembra; y aunque los productores que han quedado en el negocio han aplicado tecnologías para compensar la reducción y mejorar la productividad, existen áreas que están en emergencias de plátano, en las provincias de Veraguas y Chiriquí.
El funcionario detalla que el costo de producir una hectárea de plátano oscila en 6.500 dólares, y al mismo tiempo generan una ganancia de 2.500 dólares, aunque todo varía según el nivel tecnológico utilizado por los productores, a los que, según indicó, se les debe ofrecer un material genético que se pueda sembrar, y que garantice un alto rendimiento a más bajo costo.
Nuevo proyecto
Lilian Marquínez, coordinara del Fondo de Tecnología Agropecuaria (Fontagro), expresó que actualmente se desarrolla un proyecto en cuatro países de Centroamérica (Costa Rica, República Dominicana, Nicaragua y Panamá), para mejorar la calidad de vida de los productores, fortaleciendo el componente de la producción, así como también el de la agroindustria y la comercialización.
Marquínez especificó que en Panamá la inversión del proyecto, incluyendo dos etapas, oscila en aproximadamente 57.000 dólares, con estudios específicos de suelos en las comunidades de Barú, Chiriquí Viejo y Quebrada de Arena.
Por su parte, Miguel Dita, investigador del organismo internacional Bioversity, ubicado en Costa Rica, sostiene que el proyecto que se desarrolla busca analizar los componentes necesarios en el manejo de las enfermedades que atacan las plantaciones de plátano, sobre todo en la provincia de Chiriquí, área donde la sigatoca negra y otras afectaciones se han convertido en los enemigos principales de los productores.
En la presentación del informe final del proyecto Fontagro, el cual busca mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales a través de innovaciones tecnológicas en la producción y procesamiento del plátano, se pudo constatar que en Panamá existen aproximadamente 8.600 productores del rubro, mientras que en Chiriquí unos 3.200 agricultores esperan que la actividad mejore, ya que en el campo solo reciben entre 12 y 15 dólares por cada cien producidos, aún cuando las áreas más productivas son Chiriquí, Bocas del Toro y Darién.
Fuente: Laestrella
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