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AGRO20: Mercosur se afianza como granero del mundo

El primer informe mensual de proyecciones de producción mundial del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) de 2013 vino con sorpresas alcistas para los cereales, que incluso provocaron un repunte en los alicaídos precios de la soja. El USDA ratificó el viernes pasado la lógica del mercado internacional de granos desde mediados de 2012: la sequía en EEUU es el factor determinante. Ha provocado una escasez grave en el principal exportador mundial de granos y todavía amenaza a la producción de la próxima cosecha. Y la escasez actual es mayor de lo que se suponía en maíz y trigo. De este modo, los cereales empiezan el 2013 firmes y han dado vida a la soja, aunque la cosecha de EEUU no fue tan mala y a pesar de que en Brasil la mayor cosecha de la historia empezó a levantarse esta semana.

El precio de los granos alcanzó niveles récord el año pasado por la sequía pero en los últimos tres meses fue aflojando. Y por eso el uso en la alimentación animal en EEUU superó lo esperado.

Al contarse con muy poco maíz en stock habrá más uso de trigo para la alimentación animal, lo que también mantendrá las reservas estadounidenses bajas. Y la sequía sigue, lo que ya se sabe afectará a la próxima cosecha de trigo –que ya está sembrada y reposa bajo la nieve–, pero en muy mal estado y muy amenazada.

Es temprano para saber cuánto del trigo de la próxima cosecha se llevará la sequía. Pero con estas cifras definitivas se sabe que llevó a que se perdiera más de 25% de la cosecha de maíz de EEUU que el USDA estimaba inicialmente.

Los agricultores estadounidenses obtuvieron una cosecha de 273,8 millones de toneladas que marcó en promedio 7.750 kilos cosechados por hectárea, cuando lo normal es que superen los 10.000 kilos. Esperaban cosechar 340 millones. Es la producción más baja desde 2006/07.

Con esa caída de la oferta, el dato que más sorprendió fue la corrección al alza en el consumo de maíz en forma de raciones animales que subió de 105 a 113 millones de toneladas y que acentuó el riesgo de desabastecimiento en los próximos meses.

La escasez llevó a que bajara el uso del grano para etanol y las exportaciones, en este caso en forma muy marcada.

El USDA proyecta que cuando entre la próxima cosecha queden en stock unas exiguas 15,3 millones de toneladas. Este es el dato más fuerte, porque es el menor nivel de reservas desde 1996 y como proporción del consumo es el menor de la historia registrada.

El alto consumo de raciones es una de las causas por las que el USDA corrigió al alza el pronóstico de producción de carne para el año próximo, que aunque en descenso por la persistente tendencia al aumento en el peso de las carcasas será bastante equilibrado.

En el caso de la soja el USDA hizo la corrección contraria, más producción de la estimada previamente y algo más de reservas. Pero la suba del maíz y el trigo se tradujo en una suba del precio de la oleaginosa que venía ajustando marcadamente a la baja en Chicago y en Uruguay. Los precios que habían caído por debajo de los US$ 500 en Chicago, recuperaron posiciones. En Nueva Palmira, de los US$ 470 que se ofrecían previo al informe las ofertas saltaron a US$ 490 al promediar esta semana y pueden volver a los US$ 500 en cualquier momento.

La situación del mercado maicero estadounidense será así de una escasez sin precedentes cuando ingrese la próxima cosecha. La relación stock/consumo, de apenas 6% es la menor alguna vez registrada. No solamente la persistencia de la sequía es una amenaza sobre el abastecimiento futuro. Cualquier demora en la siembra generará una dificultad en el abastecimiento en el mercado estadounidense. Y no solo pueden esperarse precios más firmes sino también más volátiles, algo a tener en cuenta en las estrategias de venta.

La hora del Mercosur.

Compensando parcialmente los problemas de EEUU, el Mercosur parece encaminarse a una producción récord de maíz y soja. Nunca el mundo dependió tanto en su abastecimiento de granos de verano de esta región como en la presente zafra. El Mercosur primero superó a EEUU como exportador de soja, en 2003, algo que se ha ido acentuando al punto tal que solo Brasil este año ya exportará más que EEUU.

Pero la novedad del próximo otoño será que el Mercosur superará por primera vez en la historia a EEUU como exportador de maíz. A pesar de las trabas de Argentina y del enorme consumo interno que tiene Brasil con su industria avícola, porcina y lechera, la caída de las ventas estadounidenses y el salto en el área sembrada volcarán la balanza a favor de los países del sur.

Los agricultores de Uruguay y los países vecinos jugaron con las cartas vistas: con un año Niño que prometía una primavera lluviosa y el quiebre de la cosecha estadounidense, era factible que se diera un año en el que se podía producir abundante y colocar fluidamente en el mercado internacional.

Así, será récord la producción argentina si las lluvias se normalizan en febrero y exportará casi tanto como EEUU. Por primera vez los estadounidenses no dominan el mercado internacional, del que anteriormente colocaban dos tercios del grano comercializado.

En el Mercosur, siembra directa y transgénicos mediante, la superficie agrícola todavía crece ocupando tierras ganaderas o silvestres y eso vale tanto para la soja como para el maíz, en una carrera que no tiene final a la vista.

Y como hay un consumo interno más reducido tanto para la producción animal como para el etanol, los saldos exportables crecen.

Las exportaciones de maíz de EEUU fueron 50 millones de toneladas en 2009/10, y serán de solo 24 millones en 2012/13. En este año agrícola las exportaciones del Mercosur estarán en 40 millones de toneladas, lideradas por Argentina que colocará 19,5 millones, Brasil 17,5 millones, Paraguay algo más de dos millones y Uruguay completará el saldo.

Esta abundancia de maíz regional está teniendo consecuencias importantes, porque ya no tiene el grano local un premio significativo respecto a los precios de EEUU. Por otra parte Argentina exporta maíz quebrado sin impuestos, lo que lo hace muy competitivo, al punto que los agricultores chilenos buscan poner un tope a esa operativa.

Los datos del USDA del viernes pasado confirmaron que la apuesta fue correcta en lo que refiere a la baja oferta de EEUU.

La consecuencia es que los granos comienzan otro año con mucha volatilidad, una muy importante intención de siembra, pero la amenaza de que el clima no permita concretar una buena producción, algo que viene pasando con demasiada frecuencia.

Si los primeros días de febrero traen lluvias significativas, la estrategia se confirmará como exitosa. Si sigue sin llover en zonas agrícolas de Argentina, Uruguay, Paraguay y sur de Brasil más allá de enero, y si se prolonga la sequía en EEUU, los precios pueden dar sorpresas. El mercado entra en una zona de inestabilidad, será movido fuerte por el clima y con un protagonismo de nuestra región como nunca lo tuvo antes.

Más soja en el Mercosur.

La crisis del maíz de EEUU del año pasado llevará a que aumente el área maicera y a que, necesariamente, vuelva a limitarse la de soja. Con el sistema de seguros de EEUU una sequía es un problema menor para los productores: con precios altos, si hay un problema de clima el seguro paga por las pérdidas y el mercado por lo producido.

Pero esa área estable acentúa también en el caso de la oleaginosa la dependencia que el mercado tiene de la región, donde el cultivo está registrando un muy buen desempeño.

Parece difícil inclusive que la falta de lluvias de enero cause una merma importante en la producción. La primera etapa del cultivo fue muy buena y las plantas tienen un nivel de desarrollo que les permiten resistir faltantes de agua a la espera de las lluvias de febrero.

Los buenos precios y márgenes de la oleaginosa y su rusticidad ante las inclemencias del verano parecen confirmar que la expansión de la soja en el Mercosur se confirma y se prolongará por los próximos años al menos en Brasil y Paraguay donde todavía tiene posibilidades de expandirse en área. En Uruguay y Argentina tal vez el tope de área sembrada está mas cerca y el crecimiento dependa principalmente de las mejoras en productividad. Para el mundo, el abastecimiento de estos dos granos depende cada vez más del desempeño en esta región, lo que cobra importancia ya que el clima local pasa a ser “formador de precios” global.

Fuente: FAO

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