La guayaba es una fruta rica en nutrimentos como calorías, proteínas, calcio y hierro, es rica en vitamina C incluso más que la naranja y el limón; además de tener los niveles más altos de antioxidantes. Indistintamente de consumirse fresca, sirve como materia prima para la industria de la panadería y la producción de dulces, jaleas, almíbares, mermeladas y refrescos, preferida por su dulce sabor.
El mercado mundial de la guayaba es aún limitado en comparación con los de otros frutales, aunque las cifras de comercio internacional agregan su volumen total de importaciones junto con las de mango, ambas sumaron 946,000 toneladas en el 2010, y las del comercio total de frutas tropicales sumaron 4.3 millones de toneladas, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés).
La guayaba es un fruto que no es conocido en todo el mundo y su consumo difícilmente se hace en fresco por condiciones de transporte desde los países de origen, por lo que la comercialización se ha logrado realizar como producto procesado especialmente en jugo y néctar.
De acuerdo con cifras del Sistema de Información Comercial Vía Internet, México incrementó el volumen de sus exportaciones en 56.5% medio anual del 2005 al 2012, debido a que a partir del 2008 los principales estados productores en México realizaron esfuerzos conjuntos con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos en materia de sanidad e inocuidad que permitieron certificar la producción y vender el producto en su país.
A pesar de la expectativa de crecimiento y un mercado internacional relativamente nuevo, la producción nacional no ha tenido incrementos significativos e incluso se redujo 0.65% debido a la concentración de la producción y a que los rendimientos se mantienen bajos. Esto es, la comparación internacional con datos de FAO muestra que mientras que en México los rendimientos son de 9.2 t/ha en Brasil son de 16.3 t/ha.
Las condiciones de este mercado internacional muestran las amplias posibilidades de extender el comercio a otros países; sin embargo, se requieren esfuerzos de comercialización e industrialización que conjunten y realcen las características del fruto y logren posicionarlo en el mercado extranjero.
Conociendo las características del mercado es posible invertir en el cultivo para incrementar sus rendimientos e impulsar su industrialización y tal vez elaborar también licores, ates, jaleas y productos semielaborados como puré, concentrados y pastas congeladas de mayor aceptación en otros países y que permiten darle valor agregado al producto fresco.
fuente eleconomista
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