México es un país megadiverso, y según Amanda Gálvez Mariscal, coordinadora del Programa Universitario de Alimentos (PUAL) de la UNAM, de aprovechar la flora comestible, se podría reducir de forma importante los altos niveles de desnutrición y a la vez los de obesidad y sobrepeso.
De acuerdo con la coordinadora, al comenzar estos problemas nutricios también se puede comenzar a tener un impacto frente a la diabetes, pero afirmó que es necesario encontrar estrategias para que el 53.8% de niños y jóvenes que viven en pobreza extrema, tengan acceso a los alimentos.
Según la académica, el aprovechar todos los vegetales, legumbres, raíces y de más alimentos naturales, sería innecesario consumir proteína de carne, porque muchos de estos productos naturales aportan lo mismo que un trozo de cerdo, “el problema es que no se comercializan, si a caso podemos encontrarlos en pequeños mercados locales”.
A todas estas especies, conocidas como subutilizadas u olvidadas, se les puede encontrar en las milpas, como son todos los quelites, que incluyen:
Gálvez señaló que todos ellos están clasificados por el Jardín Botánico de la Universidad Nacional, y que de todo lo disponible, hay 300 mil especies vegetales comestibles, pero solo 30 son consideradas para el consumo, y de ellas, solo siete mil se comercializan.
Y aunque el amaranto es relativamente común, la experta señaló que su consumo se ha relegado mucho cuando debiera ser uno de los principales alimentos por su rico valor nutritivo y su carente contenido de calorías.
La tortilla es otro de los alimentos que se ha ido eliminando de la dieta mexicana, para favorecer el consumo de harinas refinadas y grasas, porque la gente cree que comer productos industrializados, pizzas o hamburguesas da un mayor estatus que consumir tlacoyos.
Y conforme la cultura se fue acercando más a las costumbres sajonas, se comenzó a recomendar comer diariamente huevo, pollo, carne res y de cerdo, pero las mezclas tradicionales mexicanas a base de frijoles, lentejas, garbanzos, habas y alberjones también aportaban las proteínas, pero sin las grasas saturadas, y sí con más fibra.
Para evitar el sobrepeso, la obesidad y la desnutrición que reflejó la última Encuesta Nacional de Salud, realizada en 2012 “se, debe mejorarse la posibilidad de adquirir los alimentos, frescos o procesados, que se requieren para contar con una nutrición balanceada”.
Una de las tesis que sostiene el Programa, es que la mala nutrición se explica por el abandono que la dieta tradicional mexicana ha sufrido de generación en generación. Para revertirlo, se propone revalorizar la producción y consumo de alimentos frescos, fuente natural de fibra, proteínas de origen vegetal (frijoles y otras leguminosas), y fitocompuestos.
Asimismo los expertos proponen que en los supermercados haya una gama más amplia de alimentos frescos “no solo tomate saladette y bola, cuando hay 30 especies diferentes en México”.
Y, a la vez de abrir posibilidades de consumo, los investigadores afirman que es necesario proteger y difundir el conocimiento sobre la realidad de la dieta mexicana y así sea posible tener una población bien nutrida, con menos enfermedades y un sistema sostenible.
fuente sumedico
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