La imperante necesidad de una mayor producción de alimentos para saciar la demanda a nivel mundial, trajo consigo la elaboración de fertilizantes, herbicidas, fungicidas y plaguicidas, productos que a la larga ocasionaron una contaminación del suelo y problemas de resistencia de las diferentes plagas, por lo que se tuvieron que sintetizar productos cada vez más tóxicos; hoy en día, las naciones industrializadas han vuelto sus pasos hacia una agricultura más primitiva, conocida como orgánica, en la que el manejo de los cultivos en base a productos naturales, ha generado un importante nicho de mercado para los países en desarrollo.
En opinión del investigador de la Universidad Veracruzana, Julio César González Cárdenas, de la Facultad de Ciencias Biológicas Agropecuarias en Tuxpan, actualmente es una necesidad volver a las prácticas que desarrollaron los ancestros de la humanidad, cundo la agricultura se realizaba a nivel de subsistencia o autoconsumo, y el control de plagas y enfermedades se realizaba con métodos naturales, donde los productos químicos prácticamente no existían.
La creación de los agroquímicos trajo como consecuencia frutos más grandes, huertos más productivos en el corto plazo, sin embargo, los organismos crearon una resistencia hacia estos productos y comenzó un uso indiscriminado de los mismos, generando contaminación de suelos y el agua.
Uno de los agroquímicos más potentes que surgiera a principios del siglo XX fue el ddt, el cual ha comenzado a ser retirado de la al público, gracias a la labor que han realizado los organismos encargados de la Protección al Medio Ambiente, se ha logrado excluir dentro del paquete de agroquímicos, sin embargo, aún hay productores que lo continúan utilizando, principalmente en comunidades apartadas, pero es altamente cancerígeno y sus efectos son duraderos en el ambiente, tardan muchos años en degradarse.
Los productores comenzaron a utilizarlo por la facilidad con que se encuentra en el mercado, así como su fácil aplicación y porque facilitaba las tareas de los jornaleros.
Comenta que la UV ha establecido convenios de colaboración con el sector productor, en especial con la asociación de citricultores de Tuxpan, donde se tiene un huerto modelo, que sirve para el desarrollo de técnicas agrícolas orgánicas, se elabora composta, extractos vegetales y se aplican entomopatógenos para el control de plagas y enfermedades.
A través de estos convenios de vinculación, se ofrecen avances de los trabajos a la comunidad. Actualmente se trabaja en el control de enfermedades radiculares de los cítricos a partir de compostas orgánicas; estas se realizan con materiales propios de la región, donde se inoculan microorganismos eficientes, que permiten el control de enfermedades, con buenos resultados.
Además de las ventajas en el manejo orgánico de alimentos, esto ha representado la creación de un nuevo nicho internacional de comercio, siendo la comunidad europea una de las más fuertes para la compra de estos productos certificados.
Esta práctica, está dando un precio a todos aquellos productos orgánicos que se encuentran certificados, por lo que González Cárdenas afirma que es una buena oportunidad para los productores veracruzanos ahora que los precios se encuentran muy bajos, por lo que es necesario apostarle a la agricultura orgánica, para darle un plus a sus cultivos.
fuente veracruzanos
© 2024 Creado por AGRO 2.0. Tecnología de
¡Necesitas ser un miembro de AGRO 2.0 para añadir comentarios!
Participar en AGRO 2.0