Las tres sustancias, tiametoxam, imidacloprid y clotianidina, tienen la posibilidad de tratar cultivos en invernaderos o campos al aire libre sólo después de la floración
Las tres sustancias de la familia de los neonicotinoides que están siendo objeto de la propuesta comunitaria para la restricción de su uso (tiametoxam, imidacloprid y clotianidina), podrán aplicarse en los invernaderos después de la floración de las plantas, para no perjudicar de este modo a las abejas y otros insectos polinizadores.
Son muchas las consultas que han llegado hasta la redacción de Hortoinfo sobre este tema, sobre el que existe una gran confusión por parte de los agricultores. La situación actual, según fuentes comunitarias, no ha cambiado con respecto a la anterior, aunque ahora corresponde a la Comisión Europea (CE) tomar una decisión sobre este asunto.
El origen de la propuesta comunitaria es un informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), publicado en enero que relaciona el uso de los insecticidas con neonicotinoides, sustancias derivadas de la nicotina, con la alta mortalidad que sufren las colonias de abejas.
En particular, la CE sugiere modificar las condiciones de aprobación de tres derivados presentes en algunos pesticidas: el tiametoxam, el imidacloprid y la clotianidina, para restringir su uso a los cultivos que no atraen a las abejas y a los cereales de invierno, ya que la exposición a los pesticidas durante el otoño no se considera peligrosa.
La votación
El lunes 29 de abril se sometió a votación de los estados miembros la propuesta de la Comisión sobre la restricción del uso de estos neonicotinoides. Sin embargo no alcanzaron una mayoría cualificada a favor o en contra de la iniciativa, de manera que en ausencia de acuerdo será a la CE decidir sobre la adopción de la restricción propuesta, ha indicado el Ejecutivo comunitario.
La CE ha anunciado que proseguirá con su plan de prohibir el uso de tres pesticidas neonicotinoides que contribuyen al declive de las colonias de abejas, consideradas vitales para el ecosistema, tras respaldar su propuesta una mayoría de Estados miembros.
En total, quince Estados miembros votaron a favor (dos más que en un voto precedente en marzo): España, Alemania, Francia, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Chipre, Letonia, Luxemburgo, Eslovenia, Malta, Holanda, Polonia y Suecia.
En contra se mostraron ocho países (Reino Unido, Italia, Portugal, la República Checa, Austria, Hungría, Rumanía y Eslovaquia).
"Aunque ahora una mayoría de Estados miembros apoya la propuesta, la mayoría cualificada necesaria no se ha conseguido. La decisión ahora corresponde a la Comisión", indicó el comisario europeo de Sanidad, Tonio Borg.
Borg recalcó que, "dado que nuestra propuesta se basa en diversos riesgos para la salud de las abejas identificados por la EFSA, la Comisión seguirá adelante con su texto en las próximas semanas".
El comisario recordó que las abejas son "vitales para nuestro ecosistema" al favorecer la polinización, y que su contribución anual a la agricultura europea se cifra en más de 22.000 millones de euros.
Semillas e invernaderos
Además, plantea prohibir la venta y uso de "semillas tratadas" con productos que contengan esas tres sustancias (excluyendo también en este caso las semillas de las plantas que no atraen a esos insectos y las de los cereales de invierno).
Las excepciones se limitarán a la posibilidad de tratar cultivos en invernaderos o campos al aire libre sólo después de la floración.
La CE precisó que las restricciones se aplicarían a partir del próximo 1 de diciembre, y que tan pronto como hubiera información disponible, y a más tardar en un máximo de dos años, deberá revisar las condiciones de aprobación de esas tres sustancias para "tener en cuenta las novedades científicas y técnicas relevantes".
El presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, el socialdemócrata alemán Matthias Groote, celebró en un comunicado la decisión de la CE pero advirtió de que "aún faltan datos por conocer" para entender exactamente cómo los neonicotinoides afectan a las abejas, al tiempo que aseguró que esas sustancias no son las únicas amenazas para estos animales.
Por su parte, la eurodiputada francesa de Los Verdes Sandrine Bélier destacó que esta decisión es sólo "una primera etapa" al considerar que estos pesticidas deberían ser prohibidos "totalmente" para la adecuada recuperación de las abejas, mientras que el liberal británico Chris Davies manifestó que "hay evidencias suficientes" para creer que los neonicotinoides perjudican a los polinizadores.
Greenpeace celebró en un comunicado igualmente la decisión, que salió adelante a pesar de la "presión" ejercida por empresas que fabrican esos pesticidas como Syngenta, Bayer o BASF.
La postura de AEPLA
Por su parte, la Asociación de Empresas de la Industria Fitosanitaria (AEPLA) considera "desproporcionada" la medida de la Comisión Europea de prohibir durante dos años el uso de los tres neonicotinoides más frecuentes como plaguicidas en la siembra del girasol, la colza, el algodón y el maíz, por los riesgos que plantean para la salud de las abejas.
Carlos Palomar, presidente de AEPLA, ha señalado que la medida comunitaria no tiene base científica que lo justifique, asegurando que algunos estudios señalan que el uso de los neonicotinoides no son la causa principal de la disminución de colmenas en la Unión Europea, sino que figura como la séptima causa.
Palomar ha subrayado que, si se quiere proteger a las abejas y otros polinizadores, se debería abordar "de forma global" su salud, atendiendo sobre todo a los primeros factores, que son las enfermedades y parásitos. A su juicio, se debería hacer un muestreo lo suficientemente amplio y potente para que, en estos dos años, se puedan discernir los efectos reales de los neonicotinoides sobre las colmenas, en vez de prohibirlos.
Ha recordado que en Francia ha regido una prohibición de estos fitosanitarios entre 2007 y 2009 y, cuando se volvieron a autorizar en 2010, 2011 y 2012, aumentaron las colonias de abejas.
EEUU apunta a otras causas
Un informe del Gobierno estadounidense señala "múltiples factores", como responsables de la reducción de la población de abejas durante los últimos años, tales como parásitos, enfermedades, mala nutrición y la propia genética, además del uso de determinados pesticidas.
El informe, realizado conjuntamente por el departamento de Agricultura y la Agencia de Protección Medioambiental, fue publicado después de que la Comisión Europea anunciara que proseguirá con su plan de prohibir el uso de tres pesticidas neonicotinoides, que contribuyen al declive de las colonias de abejas.
El informe estadounidense añade al uso de pesticidas otras causas, que explicarían el retroceso en la población de abejas, como por ejemplo el ácaro Varroa, señalado por el departamento de Agricultura como "el mayor factor tras el declive" del número de abejas en EE.UU. y otros países.
Este parásito ha aumentado la resistencia durante los últimos tiempos a los productos químicos usados en las colmenas para controlar su daño sobre las abejas, según destaca el informe.
Fuente. hortoinfo.com
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