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AGRO20: Las posibilidades de América Latina antes las variaciones climáticas

Los nuevos escenarios climáticos que se esperan a futuro no sólo tendrán implicancias sobre la producción de los alimentos, sino que también en el comercio de estos. La naturaleza ya es dependiente de las condiciones climáticas, las que plantean una serie de desafíos a la producción, como son las heladas, tormentas, olas de calor y frío, granizos y sequías. 

Así lo explicó el profesor y experto en el tema, Dr. Fernando Santibañez durante su presentación en el seminario internacional Fresh Connections Chile 2013 de la Produce Marketing Association (PMA) realizado en Santiago, ocasión en la que destacó que el cambio climático es un problema “absolutamente abordable”.

Santibañez señaló que por cambio climático se entiende que a futuro tendría que producirse alguna acentuación de los fenómenos climáticos. Esto pronosticaría para la agricultura un escenario un poco más riesgoso, probablemente con mayores amenazas.

Ya existe un calentamiento de la atmósfera. “Científicamente está demostrado que la atmósfera se está calentando. Se está produciendo un aumento de 2 partes por millón del contenido de CO2 gracias a los 35 mil millones de toneladas de gases de efecto invernadero que el mundo está inyectándole cada año a la atmósfera”, dijo Santibañez.

“Se supone que esta carga de gases debería llevar la temperatura de la atmosfera de los actuales 15° promedio hasta – esperamos – dentro de los 18°.  Sobre los 18° se podrían suceder efectos de desestabilización de muy difícil pronóstico”.

“Una atmósfera con mayor energía en el futuro es una atmósfera con signos vitales más poderosos. Al tener más energía se comportaría de una manera más difícil de predecir. No es difícil pensar que se podría registrar una acentuación del viento, que la atmósfera podría estar más húmeda y que los patrones de precipitación podrían cambiar”.

Pero, ¿qué podría significar el proceso de calentamiento, el cambio en la conducta del clima en la agricultura?

Santibañez señaló que un aumento de 2° grados en el horizonte podría traer importantes cambios en el  mundo, los cuales se van remitir a todos los sectores de la economía.

“Es previsible que algunas zonas exportadoras puedan, durante un proceso de adaptación a las nuevas condiciones climáticas, tener un rol proveedor un poco más débil”, sostuvo Santibañez, hecho que no significa que esté en riesgo, por ejemplo, la producción de cereales en el mundo, pero sí los proveedores de este alimento, como Canadá, Australia y Argentina, van a tener que adaptar el sistema productivo a las nuevas condiciones climáticas, algo que puede tomar años.

Esta adaptación se podría ver reflejada en la abundancia y en los precios de ciertos productos.

Otro ejemplo es la producción vitivinícola en Chile. “Hay una parte de la zona vitivinícola chilena que va a tener que reconvertirse, no hacia otra línea productiva pero probablemente hoy hay zonas dedicadas al vino blanco que se convertirían en zonas de vino tinto. Pero eso va a tomar unos años y se podría reflejar en el comercio”.

Para mantener la competitividad cada región del mundo deberá buscar sus mejores ventajas competitivas, dijo Santibañez, quien destacó que el continente americano tiene grandes posibilidades a futuro, en un mundo muy aproblemado por el cambio climático.

“América, fundamentalmente América del Sur, tiene una gran oportunidad en esto. No cabe duda que va a tomar un rol mucho más protagónico como abastecedor de alimentos del mundo de lo que ha sido hasta ahora porque tiene varias condiciones”.

“Tiene tierras y agua más que ningún otro continente y tiene una condiciona natural que lo defiende contra el cambio climático: está en el Hemisferio Sur rodeado de grandes océanos que regulan el clima y van a impedir que los cambios se manifiesten con tanta fuerza como lo harán en el Hemisferio Norte”.

A nivel de América del Sur preocupan las reservas de agua. A esto se suma que las sequías podrían aumentar en intensidad y frecuencia. En el sur de Brasil podría haber un aumento en las precipitaciones, así como en la zona del Río de la Plata y en el norte de Ecuador y Colombia.

Santibañez explicó que esto ya está sucediendo. Por ejemplo las precipitaciones han declinado en la costa de Chile y las lluvias han aumentado en el norte de Argentina y en la zona del Río de la Plata. Pero en el caso de las temperaturas, el continente es el menos afectado, sobre todo el Cono Sur, debido a la gran cantidad de agua, zona que también se ha visto apoyada por la corriente de Humboldt.

“Hay una oportunidad que este contienen tome un papel protagónico en el comercio internacional de alimentos”.

El profesor señaló que los principales riesgos que enfrenta la agricultura tienen relación al abastecimiento de agua, los riesgos bilógicos – qué va a pasar con los insectos, hongos y bacterias -, la caída de los rendimientos y los riesgos climáticos.

Si bien se espera un desplazamiento de las zonas productivas, el continente sigue siendo interesante productivamente, pero va a tener que pasar por un proceso de adaptación. Santibañez habla de un re-acomodo de la agricultura. “No estamos hablando de una amenaza absoluta, estamos hablando de algo que nos va a poner a prueba”, sostuvo.

Indicó que entre algunas de las medidas que se podrían tomar para enfrentar este escenario se encuentra la modernización de la gestión del agua, el cambio de variedades, un mejor manejo de los sistemas de pronósticos y alertas, pero dijo que sobre todo hace falta una mejor gestión productiva.

Fuente: www.portalfruticola.com

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