AGRO20: La piel de la banana permite limpiar aguas contaminadas

Investigaciones llevadas a cabo por el Cena/USP (Centro de Energía Nuclear en la Agricultura), identificaron el potencial de la cáscara de la banana en el tratamiento de aguas contaminadas con atrazina y ametrina, herbicidas utilizados principalmente en plantaciones de caña de azúcar y maíz.

Cena informó que las muestras recogidas de los ríos Piracicaba y Capivari en la estación de tratamiento de aguas de Piracicaba en el estado de Sao Paulo, quedaron libres de estos componentes después del tratamiento, lo que demostró la eficacia de este sistema en comparación otros procedimientos más comunes, como el uso de carbón.

Para hacer utilizado como agente de descontaminación la piel de la fruta es recolectada y secada en un horno a 60° C. Después es molida y tamizada para formar una especie de polvo al cual se le agrega un volumen establecido de agua.

Sergio Monteiro, uno de los autores de la investigación señaló que esta metodología podría ser utilizada, principalmente, en el tratamiento de aguas de abastecimiento público en regiones con prácticas agrícolas intensivas.

“Todavía se deben hacer estudios para su aplicación a gran escala, pero creemos que este proceso es la mejor alternativa”, dijo.

Según lo informado, los métodos tradicionales para el tratamiento de agua no son suficientes para eliminar eficazmente los residuos agrotóxicos con el fin de alcanzar los estándares de potabilidad necesarios.

La cáscara de banana se presenta así como una técnica más barata y más competente frente a otros procedimientos.

Cabe señalar que la cáscara de la banana representa entre el 30-40% del peso total de la fruta. La piel se utiliza en la producción de fertilizantes, alimentos para animales, así como para la producción de proteínas, etanol, metano, pectina y enzimas.

Sus principales componentes son la celulosa, clorofila, hemicelulosa y pectina, entre otros compuestos de bajo peso molecular. La presencia de grupos hidroxilo y carboxilo en la composición de la pectina le dan la capacidad a la cáscara de la fruta de absorber metales pesados y compuestos orgánicos.

Fuente: Portalfruticola