Los dos tipos principales de mercurio presentes en alimentos son el metilmercurio y el mercurio inorgánico. Ambos se pueden encontrar en el pescado y el marisco pero, mientras que el mercurio inorgánico tiene una menor toxicidad, el metilmercurio es particularmente tóxico para el sistema nervioso en desarrollo, incluido el cerebro.
Dado el daño potencial a la salud y la presencia de estos componentes en ciertos tipos de alimentos, tales como el pescado o las comidas preparadas, el Panel Científico de la EFSA sobre Contaminantes de la Cadena Alimentaria (CONTAM Panel) ha establecido a petición de la Comisión una nueva información científica sobre la toxicidad de estas formas de mercurio.
En el caso del mercurio inorgánico el Panel ha establecido una ingesta semanal tolerable de 4 µg/kg de peso corporal, lo cual está en consonancia con lo establecido por el Comité conjunto de expertos en aditivos alimentarios de la FAO/OMS (JECFA).
En cuanto al metilmercurio, nuevos estudios indican que los efectos beneficiosos relacionados con la cadena larga omega-3 de ácidos grasos presentes en el pescado pueden haber provocado una subestimación de los posibles efectos adversos del metilmercurio en el pescado. El Grupo ha propuesto una ingesta semanal tolerable para el metilmercurio de 1,3 µg/kg de peso corporal, cantidad inferior a los 1,6 µg/kg establecidos por el JECFA.
Gracias a datos más precisos sobre el consumo de alimentos y sobre los niveles de mercurio presentes en los alimentos, el Grupo Especial ha podido evaluar con mayor precisión la exposición humana al metilmercurio a través de la dieta. La carne de pescado, en particular el atún, el pez espada, el bacalao, la pescadilla y el lucio fueron identificados como alimentos que provocan una mayor exposición al metilmercurio en Europa en todas las franjas de edad, además de la merluza en el caso de los niños. La exposición a través de los alimentos en el caso de consumidores frecuentes de pescado es en general un poco mayor al doble que en la población total.
Las conclusiones de la Agencia se centran únicamente en los riesgos relacionados con la exposición a mercurio inorgánico y el metilmercurio a través de la dieta y no evalúa los beneficios nutricionales ligados a ciertos alimentos como el pescado y otros mariscos.
Por ello el Panel CONTAM señala que los gestores de riesgos deben tener también en cuenta los posibles efectos beneficiosos del consumo de pescado a la hora de considerar eventuales medidas para reducir la exposición al metilmercurio.
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