La producción agrícola mundial crecerá un promedio del 1,5% al año durante la próxima década, más lento que el del periodo 2003-2012, de un 2,1%, según un informe divulgado ayer en Roma por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Una reducida expansión de las tierras agrícolas, el alza de los costes de producción, la creciente escasez de recursos y el aumento de las presiones ambientales figuran entre los factores que han determinado tal tendencia, explicaron en una nota conjunta las dos entidades internacionales.
El informe sostiene, sin embargo, que la oferta de productos básicos agrícolas crecerá al ritmo de la demanda mundial y se espera que los precios se mantendrán a medio plazo a niveles elevados. El documento, que lleva el título “Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2013-2022”, prevé que los precios “se mantendrán por encima de la media histórica a medio plazo”, tanto para los productos agrícolas como para los ganaderos, “debido a la combinación de una producción lenta y una mayor demanda, incluyendo de biocombustibles”. Durante la presentación del informe en Pekín, el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, aseguró que “las perspectivas de la agricultura mundial son relativamente brillantes, con una fuerte demanda, el comercio en expansión y precios elevados”.
Se espera que los países en desarrollo respondan por el 80% del crecimiento de la producción de carne. Se calcula, además, que esos países se quedarán con las exportaciones mundiales de cereales secundarios, arroz, semillas oleaginosas, aceites vegetales, azúcar, carne de vacuno, pollo y pescado en 2022.
Alto riesgo de volatilidad de precios
Los déficit de producción, la volatilidad de los precios y las perturbaciones en el comercio “siguen siendo una amenaza para la seguridad alimentaria mundial”, advierten las dos organizaciones.
“Mientras las existencias de alimentos en los principales países productores y consumidores sigan siendo bajas, el riesgo de volatilidad de los precios es elevado”.
“Una sequía generalizada, como la del 2012, unida a las bajas reservas de alimentos, podría empujar los precios mundiales del 15 al 40 %”.
El informe estima que el consumo de los principales productos agrícolas aumentará más rápidamente en Europa Oriental y Asia Central, seguidos de Latinoamérica y otros países asiáticos.
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