FreshPlaza entrevistó a Francesca Nadalini de la finca comercial Nadalini, ubicada en Sermide (Lombardía) para hablar sobre cómo afectó el mal tiempo a los cultivos de melón en la zona de Mantova (Lombardía).
Francesca Nadalini dice que "la situación es difícil porque el clima nos afecta en dos niveles diferentes: primero las lluvias, que complican las operaciones en el terreno y retrasan la actividad, aumentando los costos; y segundo, la falta de luz solar, que impide el crecimiento de las plantas tanto en invernaderos como en los campos.”
“Cada vez que se puede, se realizan trasplantes, pero sólo se ha plantado del 70 a 75% de lo planeado. Incluso aunque no haya llovido durante varios días, la maquinaria pesada aún no puede entrar a los campos,y en consecuencia, los costos de producción aumentan considerablemente ya sea por la mano de obra o por la incertidumbre de que los trasplantes en los campos fangosos crezcan y produzcan melones.”
"Me gustaría destacar que los agricultores son perseverantes y siguen luchando incluso contra las condiciones climáticas más hostiles".
"Viendo los datos procedentes de la estación de Arpa di Sermide, entre octubre y marzo han caído 406 mm de lluvia, y en seis meses llovió durante 64 días, 2-3 días a la semana. Además de esto, las temperaturas fueron leves, por lo que el suelo se daña, con temperaturas bajo cero se hubiera visto favorecido el crecimiento de las raíces”.
"La diferencia entre los invernaderos y el campos es considerable, de hecho, en los invernaderos, las aberturas superiores proporcionan mejores condiciones, mientras que en campos abierto todo está empapado y las plantas que habían sido trasplantadas a mediados de marzo están inactivas desde un punto de vista vegetativo, como si se hubieran plantado hace unos pocos días."
"Lo importante es que el clima no cambie de repente. A las plantas de melón les gusta el clima suave y soló necesitamos una primavera normal, sol y un poco de viento, a fin de mejorar las raíces."
En cuanto a la cosecha, Franscesca Natalini espera comenzar sin retrasos importantes en invernaderos alrededor del 20 al 25 de mayo, ya que aunque las plantas son pequeñas, éstas tienen flores con ovarios hinchados que si son fértiles, se tendrán que quitar algunos para garantizar la calidad. No obstante, la mayor preocupación son los campos abiertos, ya que la oferta será fluctuante en junio y tendrá que esperar en julio-agosto. "Sin duda, Se tendrá algo del extranjero, dudo que el mercado interno sea capaz de absorber toda la producción", concluye Francesca Nadalini.
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